El caso de Jose Naranjo pasa a engrosar la larga serie de enigmas sin resolver en la historia reciente del Tenerife. Su fichaje, en 2018, fue celebrado como una conquista. No en vano, el Tenerife incorporó entonces a un futbolista diferencial, un talento natural que llenaba la vista cada vez que tomaba el balón en tres cuartos de campo. Técnica individual, recorrido y mucho gol llegando desde zonas más retrasadas. Esas virtudes, con la que colocó entre los mejores de la categoría al Nástic, le abrieron las puertas de un gran contrato con el Celta en Vigo. No llegó a consolidarse en el primer equipo vigués y, desde entonces, los aspirantes al ascenso en Segunda siempre estuvieron rondándole. «Sé que el Tenerife quiere a Naranjo, pero es que le quieren todos los equipos de Segunda», llegó a reconocer Felipe Miñambres, que manejaba ya entonces los hilos de la plantilla celeste. A la vuelta de su cesión a Bélgica (al Genk), Naranjo pasó desapercibido por Butarque, y el Tenerife ganó la carrera de su fichaje.

Solo han pasado tres años, uno y medio fuera del club como cedido. Naranjo, que tenía una ficha de crack en el Tenerife (en torno a 700 mil euros), se marcha sin demostrar su valía. Jugó de punta, de segundo delantero, en la derecha y en la izquierda... nadie, ninguno de sus 6 entrenadores (Joseba Etxeberria, José Luis Oltra, Luis César, López Garai, Sesé Rivero y Rubén Baraja) lograron sacarle el rendimiento que se corresponde con su indiscutible categoría como futbolista. Ahora, precisamente a partir de datos como el de la ristra de técnicos que tuvieron que dirigir sus pasos en el club blanquiazul, se aprecia como factor desequilibrante para un futbolista de su estilo, la falta de continuidad, de consolidación en un sistema de juego estable y con cierta continuidad. A Naranjo lo fichó en el Tenerife Alfonso Serrano, lo cedió Víctor Moreno y lo rescindió Juan Carlos Cordero... Lo difícil para un jugador es adaptarse a un club en circusntancias como las que ha vivido el Tenerife en su etapa.

Su hoja de servicios.

Los datos fríos con los que el club expone su hoja de servicios nos remiten a una temporada y media como blanquiazul, tiempo en el que marcó 8 goles, en un total de 49 partidos oficiales (46 de LaLiga SmartBank y tres de la Copa). Solo tiene 26 años, es agente libre y va a ser uno de los mirlos blancos de este mercado de fichajes. Atrás deja un enigma.

«Hay situaciones que se escapan»

En su carta de despedida, el futbolista destaca que el contrato que firmó en la Isla estaba presidido por «la ilusión y las ganas». Y añade que «en aquel momento, tenía claro que esos cuatro años iban a ser un punto de inflexión en mi carrera», pero señala que «en la vida hay situaciones que se escapan a nuestro control. Me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo. Somos humanos y tenemos derecho a fallar y a acertar. A caernos y a levantarnos. A hacerlo bien y a hacerlo mal», señala, antes de destacar que se despide de «la isla y de la afición con todo el cariño del mundo. Es un adiós con un sabor agridulce. Pero, sin duda, es un adiós sincero y con el que quiero desear toda la suerte al club que, en aquel julio de 2018, me brindó la oportunidad de ser parte de él», termina su carta.