Ethyan Jesús González Morales tiene apenas 18 años. Lleva siete temporadas en la cantera del CD Tenerife, lugar al que llegó procedente de la UD Cruz Santa. Su equipo de origen, para la presente temporada, es el Juvenil A que entrena Cristo Marrero. Pero el pasado sábado apareció en el filial de Tercera División para deslumbrar a propios y extraños. Dos goles y una asistencia. Esa fue su tarjeta de presentación a las órdenes de Leandro Cabrera Mazinho.

Le queda mucho camino por recorrer. Es pronto para aventurarse a vaticinar que llegará al primer equipo. Pero los que le conocen sí le ven “algo especial”. Diestro, con buena talla y gran envergadura, Ethyan es un delantero “capaz de aguantar al contrario en el apartado defensivo” y que siempre ha tenido “muy buena actitud para el aprendizaje”. En palabras de Sesé Rivero, director técnico de filiales del CD Tenerife, estamos ante un “goleador, algo que lo define todo”. A su juicio, se trata además de un chico “técnicamente muy bien dotado”.

No se le ocurre al mandamás de la cantera blanquiazul asegurar que pronto veremos a esta joven promesa a las órdenes de Luis Miguel Ramis. Pero sí cuenta que ha crecido “en cada categoría” y que lo hace “con determinación”. Durante su trayectoria en las categorías inferiores del club, ha sido “importante” en todas las categorías. “Lo ha sido en el Juvenil A, antes en el B, en cadetes...”. Y empieza a notarse su presencia en Tercera, donde “en poco tiempo se ha adaptado a la categoría”. De hecho, repitió presencia el pasado miércoles contra el Atlético Tacoronte por segundo encuentro consecutivo.

Sus siguientes pasos van dirigidos a asentarse en los planes de Mazinho y a ocupar un papel protagonista en el filial. Pero su crecimiento debe seguir siendo sostenido. “Si no pierde el hambre, llegará”, se aventuran a decir varios de sus exentrenadores. “Tiene el gol entre ceja y ceja”, agregan para definir a la joya blanquiazul.

Le ven “de ese nivel necesario, del de otros que han abierto esas puertas”. Rivero, más prudente, sí reivindica “no tener miedo a lo que vemos en nuestros chicos” e invita a Ethyan a seguir el camino de Félix o Dylan, entre otros. Trabajo, trabajo y más trabajo.