El Lenovo Tenerife se colapsa con otro preocupante final

El cuadro canarista sufre su tercera derrota seguida, esta vez contra el Murcia (80-68) en un partido que se le volvió a hacer largo tras encajar un parcial de 21-0 en el último cuarto

Fernández trata de superar la defensa de Jelinek en el encuentro entre el UCAM Murcia y el Lenovo.

Fernández trata de superar la defensa de Jelinek en el encuentro entre el UCAM Murcia y el Lenovo. / Agencia LOF

Se repite la película... y el desenlace final. El Lenovo Tenerife ha vuelto a sufrir una derrota, la tercera en otros tantos partidos, tras caer en su visita al UCAM Murcia (80-68). Como contra el Unicaja y el Valencia los aurinegros ofrecieron una buena imagen durante más de dos cuartos, llegando a disponer una renta de 10 puntos (31-41, 22'), pero en la recta final bajaron alarmantemente sus prestaciones. Aún así, aguantaron los canaristas hasta el final del tercer acto (55-57). Pero ahí le llegó la desconexión. Un apagón tan brutal que los de Vidorreta estuvieron sin producir un solo punto durante siete minutos, periodo en el que encajaron un parcial de 21-0 que dejó totalmente sentenciado el duelo (76-57).

Con la sensación, por momentos, de ser un juguete en manos de su oponente, el Lenovo Tenerife, sí protagonizó una tímida reacción final liderada por Cook (14 puntos) y que al menos permitió que la desventaja no acabara siendo escandalosa. Sin un referente interior (Ristic jugó menos de cuatro minutos y medio), ni tampoco exterior (entre Fitipaldo y Salin sumaron un 0/8 en triples), la aportación de un Huertas (11 puntos y siete asistencias) que al final acabó apagándose, fue a todas luces insuficiente para detener una caída que, por sensaciones, ya se torna preocupante.

Pese a los dos primeros libres convertidos por Cook, la puesta en escena del Lenovo fue totalmente deslavazada en ambos lados de la cancha. Detrás porque los pequeños se quedaron enganchados en los bloqueos dando ventajas a un Hakanson imparable (10-5 con ocho puntos del sueco), y delante porque todos sus tiros eran sumamente precipitados, en especial desde el arco, toda vez que dar con Shermadini dentro derivó en dos pérdidas seguidas por la mayor movilidad en defensa de Sleva.

Aunque Vidorreta se percató enseguida de las carencias de los suyos (tiempo muerto a 7'15”), el Canarias bailaba ya al son que le marcó su rival. Una marcha que agitó por completo el encuentro con un ritmo vertiginoso y un mayor deseo en cada bola suelta, aspectos que descentraron a los aurinegros, cada vez más precipitados. Un triple de Salin desde nueve metros fue el mejor ejemplo de ello.

Sin referencia interior y con un porcentaje horrendo desde el arco (llegó a ser de 1/8), el Lenovo llegó a verse 10 abajo (17-7, 7'). Y pese a su limitado fondo de armario, fue en las rotaciones donde Vidorreta pudo revertir la delicada situación de su equipo. Lo hizo gracias a la aportación de tres hombres: Guerra, que por fin dio presencia al juego en pintura de los aurinegros; Abromaitis, que con dos triples cortó la mala racha desde el perímetro; y, sobre todo, un Huertas que empezó a recordar el de sus mejores días gracias a su clarividencia en el juego y su anotación.

No solo se alejó del precipicio el cuadro isleño sino que gracias a un parcial de 2-14 volvió a tomar la delantera en el marcador tras el 0-2 inicial (19-21, 12'). Estabilizada la situación el Canarias volvió a mostrar dudas, tanto porque la pareja Fitipaldo-Shermadini carecía de fluidez alguna, como por un parcial de 6-0 (25-21) con el duelo a un solo paso de volver a disparatarse.

Ahí, dos triples de Sastre y Fernández disiparon las dudas, y aunque el Lenovo no le dio continuidad a su acierto exterior, sí sacó tajada del regreso a la pista de Huertas para inclinar el partido de su lado. Con el brasileño ofreciendo una master class (con cinco asistencias, pese a algunos errores en el tiro) y de nuevo Guerra haciéndose grande en los dos aros, el cuadro canarista obró otro notable arreón, esta vez de 4-16 con el que llegó al intermedio con su máxima renta (29-37).

Si loable fue su capacidad de levantarse de la primera tarascada nada más empezar, mayor aún fue la aplicación defensiva de los aurinegros, tanto en el 1x1 como en abnegadas ayudas (cuatro robos) que colapsaron por completo el ataque de los de Sito Alonso, que solo fueron capaces de hacer dos puntos en los seis minutos previos al descanso, a la vez que no gozaron de una sola segunda opción.

Dio continuidad el Canarias a sus buenas prestaciones justo a la vuelta de vestuarios (mate de Cook tras robo para el 29-39), pero enseguida empezó a mostrar manifiestas fisuras en los dos lados de la cancha. Con una defensa más agresiva de los locales, los tiros de los isleños resultaron muy precipitados, aunque donde más aguas hizo el Lenovo fue debajo del aro, donde Birgander encontró un filón mayúsculo ante la salida de su par fuera de la zona en busca de 2x1 que siempre resultaron infructuosos.

Ante el desajuste canarista el pívot sueco se puso las botas una y otra vez, y con sus 13 puntos (más seis rebotes y una asistencia) en poco más de seis minutos hizo que la ventaja aurinegra fuera esfumándose poco a poco, toda vez que el Murcia también sumó desde el perímetro (triple de Hakanson) y varias veces en segundas opciones (cinco rebotes ofensivos) con libre adicional (52-53). Solo dos buenas apariciones finales de Shermadini bajo el aro permitieron a los de Vidorreta afrontar el acto final con una pequeña ventaja (55-57).

En medio de una inercia ya negativa, al Lenovo se le atragantó el aumento de intensidad de su adversario, más agresivo desde los tres cuartos de la cancha, y aplicado en el 1x1 cerca del aro, con tapones de Birgander y Ennis. Totalmente colapsado, al conjunto tinerfeño se le hizo de noche (agotó varias posesiones de 24 sin llegar siquiera a mirar aro), permitió a su rival volver a jugar a campo abierto (Sant-Ross hizo un daño tremendo), recibió los triples de Ennis y Sleva (inéditos hasta ese momento desde el perímetro) y además se metió enseguida en bonus.

En barrena no encontró el Lenovo la fórmula ni para frenar la sangría ni para al menos sumar en ataque. Un apagón que duró prácticamente siete minutos. Un mundo traducido en un parcial de 21-0 (76-57) que volvió a poner en evidencia las limitaciones de un conjunto al que, como en los dos antecedentes ligueros, le sobró el cuarto final. Tercera derrota seguida, pero sobre todo muy malas sensaciones finales en una desconexión mucho más notoria y que vuelve a hurgar en el average general de los canaristas.