Basketball Champions League

El Lenovo Tenerife despierta a tiempo para evitar el ridículo

El conjunto lagunero cae en Murcia (82-67) pero asegura la primera plaza de su grupo tras parchear una imagen desconocida y una desventaja que llegó a ser de 26 puntos (67-41)

Huertas protege el balón ante la defensa de Bellas.

Huertas protege el balón ante la defensa de Bellas. / BCL

Solo algunos minutos de inicio (12-9) y una recuperación a tempo ya dentro del cuarto periodo (5-19) evitaron males mayores para el Lenovo Tenerife que, pese a caer de forma clara en su visita al UCAM Murcia (82-67), se asegura la primera plaza de su grupo para disponer del factor cancha en la eliminatoria de cuartos.

Los aurinegros estuvieron tan desconocidos (especialmente desde el perímetro, con un 1/19 ya en el cuarto periodo y un 4/26 en total) como superados por un rival con mucho más deseo, hasta el punto de llegar a verse 26 abajo con poco más de 10 minutos por jugarse (67-41). La providencial aparición de Fitipaldo (nueve puntos, cinco rebotes y dos asistencias) corrigió buena parte de los despropósitos anteriores y evitó un escarnio mayor.

Los primeros compases del duelo se convirtieron en un duelo casi exclusivo entre Pustovyi y Shermadini. Una batalla de la que generó mayores dividendos el ucraniano, que pese a verse surtido de menos balones que el poste aurinegro aprovechó un rebote ofensivo y lo que acabó siendo una tendencia: que el poste local tratara de explotar el tiro exterior (10-7).

Trató de agarrarse el Lenovo al choque con un robo finalizado en mate por Diagné (12-9), pero entre las tres faltas del propio interior senegalés en menos de dos minutos, un par de pérdidas innecesarias, un discreto acierto en el tiro libre y aún peor desde el 6,75 (0/3 al final del primer periodo), y la irrupción en cancha de Trice, el cuadro canarista empezó a hacer aguas (20-12).

Lo tuvo que parar Txus Vidorreta (8') porque su rival seguía haciendo demasiado daño desde el perímetro, y además en llegada (23-12 tras triple de Jelinek), a lo que unió el cuadro lagunero aún mayor espesura en ataque. Solo un par de acciones en las que Huertas (cinco asistencias en el acto inicial) encontró a Fran Guerra bajo el aro permitieron al cuadro tinerfeño detener la sangría (27-18). Freno necesario porque la producción ofensiva de los de Sito Alonso rozaba tintes preocupantes al término del primer periodo: 5/5 en tiros de dos y 5/8 en triples.

Con un quinteto algo inusual (Bolmaro, Doornekamp y Abromaitis), insistió el Canarias con el interior (canasta de Gio), también se aprovechó luego de la electricidad de Fernández y sumó en su haber alguna que otra buena defensa (30-25). Pero fue solo un amago de recuperación, ya que el Canarias reprodujo y recrudeció buena parte de los errores cometidos en los minutos anteriores, permitiendo sobre todo que los interiores locales anotaran a placer.

Sumaron con facilidad Radovic (con el que no pudieron ni Abromaitis ni Doornekamp) y Pustovyi, éste incluso con un 2+1 a la contra llegando el primero por la calle central (41-27 tras un 10-2). Tras seis errores en el triple y casi 17 minutos de partido, la primera canasta de tres para el Canarias la anotó Salin (41-30) en otro intento estéril de cambiar la dinámica.

Radovic siguió a lo suyo (4/4 al descanso). Al igual que el Lenovo, totalmente peleado desde el perímetro (1/10 al descanso) y excesivamente displicente a la hora de apretar los dientes atrás. De esta manera el UCAM Murcia mantuvo su tendencia alcista hasta el punto de poner al límite la renta de colchón para poder asegurar el primer puesto con la que llegaba el cuadro aurinegro a este encuentro (49-30). Bolmaro maquilló de forma minúscula el despropósito para llegar al intermedio con 49-32.

El paso por vestuarios, lejos de aclarar las ideas de los isleños les metió, más si cabe, en las profundidades de una imagen totalmente irreconocible. Sumido por completo en un cruzada particular con el lanzamiento de tres, el Lenovo siguió permitiendo que el Murcia corriera a su antojo para terminar de limar el average (52-32). Más de seis minutos se pasó el cuadro lagunero con una sola canasta en juego, y aunque volvió a dar pequeños síntomas de recuperación (52-36), su discontinuidad en el juego evitó cualquier tipo de inversión de la dinámica.

Lejos de estar pagando el lastre de una mala puesta en escena, el partido de los de Vidorreta era ya para el olvido (56-36). De la excesiva relajación pasaron los isleños a los nervios, las prisas y prácticamente a la impotencia. Así, Shermadini cometió antideportiva sobre Diop, Bolmaro picó en una de las de Rojas (técnica) y varios jugadores más se perdieron protestando (algunas veces con justificación) contactos interiores en los que los colegiados miraron para otro lado.

Solo con tiros libres (0/8 en triples en el tercer episodio) el Lenovo vio como no solo no podía reducir su desventaja, sino que con la aparición en cancha de Trice el Murcia volvió a dar otro empujón y llegó a situarse 26 arriba (65-39 y 67-41). Con unas discretas prestaciones en el 4,60 y Huertas totalmente negado en el tiro (0/6 excepto una bandeja), al Canarias le tocaba un lavado de cara para evitar el ridículo.

Pero inesperadamente el Lenovo encontró una tabla de salvación en el rebote ofensivo. Cargaron varias veces los isleños en aro ajeno para subsanar sus propios errores, aunque estas segundas oportunidades no dieron el rédito deseado. Con varios puntos más de implicación defensiva (lo que le reportó unos cuantos robos o, como mínimo, saber cerrar su propio rebote) y un triple (tras 1/19) de Fitipaldo, los de Vidorreta estabilizaron su delicada situación. Pese a un par de malos tiros de Shermadini el citado base uruguayo asumió responsabilidades (en los dos lados de la cancha) para dejar el desaguisado en un más que esperanzador 72-60 tras un 5-19 y a menos de cinco minutos para el final.

Radovic volvió a asomar al Canarias al precipicio (76-60), pero de nuevo el liderazgo de Fitipaldo (canasta y dos asistencias para cinco puntos de Abromaitis) evitó males mayores para un irreconocible equipo lagunero al que ese empujón final le sirvió al menos pactar una derrota, fea, y asegurarse la primera plaza de su grupo, lo que le permitirá afrontar la última jornada (recibe en casa al Galatasaray) sin exigencia alguna.