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Liga Endesa

El Lenovo se abona a rachas con demasiado riesgo

El cuadro aurinegro se está acostumbrando a grandes arreones, pero también a enormes pájaras, entre ellas la sufrida contra el Joventut en el duelo liguero en Badalona (30-8)

El Lenovo se abona a rachas con demasiado riesgoACB Photo

Un 3-18 en poco más de cuatro minutos permitió al Lenovo salir airoso el martes en su duelo contra el Bilbao. Parcial significativo con el que se está acostumbrando a convivir el cuadro lagunero últimamente. No siempre con signo positivo ni con final feliz. Los duelos contra el Joventut son un ejemplo más de ello.


Hace exactamente tres meses (10 de diciembre) el Lenovo Tenerife caía derrotado en su visita al Joventut. Lo hacía el cuadro lagunero de una forma un tanto extraña. Tras una desconexión absoluta en los minutos finales que hizo que tirara por la borda la renta de 11 puntos de la que llegó a disfrutar en el arranque del cuarto acto (48-59).

Los canaristas empezaron a fallar un triple tras otro (2/13 en el acto final) y dieron vida a un rival liderado por un descollante Andrés Feliz, autor de 17 puntos en esos fatídicos minutos. El parcial llegó a ser de 30-8. Un apagón tan fatal -el peor en lo que va de curso- aquel día como prohibitivo para episodios cercanos si el Lenovo desea mantener su habitual solvencia.

También contra el Joventut, y hace apenas tres semanas en la semifinal de Copa del Rey, el Lenovo amagó con cierta reincidencia en este particular debe. Y es que del 8-11 inicial pasó, en solo ocho minutos, al 36-23 por culpa de un 28-12. Otro bache al que, esa vez sí, pudieron responder los canaristas con un 1-16 (37-39) gracias al que se mantuvieron en partido.

Precisamente en la cita copera de Badalona al Lenovo Tenerife también se le fundieron los plomos en la final. Y de nuevo en el tramo definitivo del partido. El haber jugado tres encuentros en un escaso periodo de 50 horas lo acabó pagando el conjunto lagunero frete al Unicaja. Así, del 56-47 se pasó, en 10 minutos, a un 69-77. Por mucho que remó hasta la bocina definitiva, el 13-30 encajado fue una losa demasiado pesada para los laguneros.

Tampoco hay que alejarse mucho en el tiempo para dar con otro bache significativo de los pupilos de Txus Vidorreta. Incluso hace menos de una semana, ya que en La Fonteta el Canarias pasó de ir ganando 25-40 (gracias a un 18-38) a verse seis abajo 13 minutos después (56-50). No hubo capacidad de enmienda.

Igualmente a domicilio, al Lenovo se le bajó la persiana contra el Zaragoza. En un partido controlado casi por completo, los isleños pasaron de ganar 42-57 a verse por debajo en el marcador en menos de siete minutos: 19-2 para un 61-59. Una reacción a tiempo y la portentosa actuación de Shermadini en la prórroga evitaron males mayores.

Otro final feliz se dio para el Canarias en el Buesa Arena, donde los de Vidorreta mandaron con mano de hierro durante el primer cuarto y medio (23-35) para luego verse siete abajo mediado el tercer periodo. Encajaron los aurinegros un 35-16 (58-51) que luego quedó en nada gracias a la aportación de Jaime Fernández y Sasu Salin, 16 puntos entre ambos en el último cuarto.

Más complicado es ver algún pajaron canarista en el Santiago Martín. El más significativo se produjo contra el Unicaja, cuando los isleños encajaron un 4-21 (25-33). Con tiempo más que suficiente por delante, el Lenovo se sacó de la manga un 30-9 en apenas siete minutos y medio, y pasó de verse 13 abajo (31-44) a encarrilar la victoria (61-53).

Denominador común, este del signo positivo, cuando el Canarias ha jugado como local. Así sucedió, por ejemplo, contra el Obradoiro que se llevó un 42-17 en 14 minutos de furia aurinegra. En BCL los arreones canaristas más significativos los han sufrido el Rytas Vilnius (22-4) y el UCAM Murcia (21-6).

En su comparecencia previa al duelo contra el Joventut, Vidorreta, como ya había hecho en episodios anteriores -especialmente tras haber adquirido sustanciosas ventajas-, admitió que los suyos están pasando por “demasiados parciales en los últimos encuentros”. Una irregularidad que el preparador vasco achaca “sobre todo al tiempo que llevan los jugadores fuera de casa”. “Les está costando recuperar el ritmo y eso nos hace ser menos sólidos; especialmente fuera de casa cuando los rivales tienen buenas rachas no estamos siendo capaces de controlarlos”, argumenta el responsable del banquillo canarista.

Altibajos que no parecen preocupar demasiado a Vidorreta, no solo por la capacidad de respuesta que en ocasiones muestran los suyos, sino porque “cuando se acabe este larguísimo periplo con tantos partidos fuera de casa, el equipo cogerá el ritmo normal”.

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