Una mañana de domingo a lo grande. Sin necesidad de exprimirse en el que era su cuarto partido en apenas nueve días, y dando descanso a aquellos jugadores más desgastados físicamente; recuperando para la causa a Salin y Yusta, baja el jueves pasado en Burgos; con un nuevo festín ofensivo, esta vez anotando por encima de la centena con exhibición –la enésima– de Shermadini; y con un premio adicional, el de la victoria del UCAM Murcia contra el Baskonia, ahora mismo su rival directo en la tabla. Más no puede pedir el Lenovo Tenerife a una jornada en la que doblegó sin aparentes apuros al Movistar Estudiantes (101-77), no solo para alargar su racha (seis victorias seguidas en ACB) y alcanzar –en solo 28 partidos– su vigesimotercer triunfo liguero, sino además para asentarse en la tercera plaza de la tabla gracias al tropiezo baskonista. Una vez atado el playoff y con pie y medio en la cuarta posición, convertirse en alternativa más inmediata a Madrid y Barça cobra tintes de realidad para los aurinegros.

La puesta en escena canarista ya fue notable. Sólido atrás tanto para ahogar la circulación rival a base de 2x1, y activo cerca del aro con el fin de evitar que el Estu hiciera daño en el rebote. Delante, los de Vidorreta insistieron primero dentro, y sacaron partida de la capacidad de definición de Huertas en el 2x2, pero sobre todo se aprovecharon de su buena mano en el perímetro (3/3 en el primer cuarto) con dos triples (más una canasta) de Salin, que dejó patente que su problema en el dedo de la mano izquierda no le ha mermado su puntería.

De esta forma el Lenovo fue amasando diferencias que rondaron la decena (12-4, 17-7 y 21-11), y en las que también tuvo que ver la aportación interior de Shermadini. Aún así, el Estudiantes se agarró al choque con la entrada de Djurisic, que generó para él y, de manera indirecta, para un Delgado mucho más activo. Así, el conjunto estudiantil se llegó a poner primero a cuatro (21-17, 9’) y más tarde a solo tres (31-28) tras dos triples del pívot montenegrino, al que Sulejmanovic flotó demasiado.

Pero en el momento de dificultad apareció Huertas para hacerle la cobertura a un Shermadini que, con 12 puntos, marcó diferencias cada vez que recibió dentro. El brasileño asistió para el propio Gio, luego anotó dos triples seguidos –el segundo con adicional–, también le dejó media canasta hecha a Guerra y robó para que Salin corriera y Cavanaugh machacara. De esta manera el paulista ejerció de catapulta para disparar a los suyos hasta el 48-34 (16’). Desatado delante, el Canarias llegó a una renta máxima de 20 puntos (56-36, 17’), gracias en buena medida a su acierto ofensivo y en concreto desde el perímetro (estuvo con un 7/9), pero también merced a una meritoria actividad defensiva. Una implicación que descuadró a un Estudiantes cada vez más colapsado. Actividad sin necesidad, incluso, de gastar faltas, toda vez que la primera personal aurinegra del segundo cuarto llegó a 1’21” para el descanso. Solo varios malos ataques finales impidieron que la renta canarista al intermedio fuera más abultada (56-41).

Una zona 2-3 pareció atascar al Lenovo a la vuelta de vestuarios (56-45 tras dos canastas de Brown), pero la ventaja previa permitió a los laguneros no impacientarse. Así, a la tercera intentona por fin pudo producir (2+1) Gio cerca del aro. Lo hizo a asistencia de Huertas, que también sirvió para el triple de Cavanaugh (62-45), antes de que un par de acciones más de Shermadini (la segunda corriendo para robar la bola en saque de fondo), abortaran cualquier remontada estudiantil (69-47).

Situación más que plácida, con un techo de +25 (74-49) en la que el Lenovo se permitió, mientras trató de gustarse en alguna que otra acción, bajar algo el pistón. Dejó así que el Estu le robara nueve rebotes ofensivos en el tercer cuarto, si bien el daño fue mínimo, toda vez que los colegiales solo produjeron cuatro puntos de segunda oportunidad y además se vieron lastrados por un paupérrimo 0/9 en triples.

Por mucho que su rival trató de trampear con diversas zonas, el Canarias no se inquietó lo más mínimo (78-56, 30’) antes de un último cuarto sin historia alguna. Diez minutos finales que sirvieron para establecer una renta máxima de 28 (92-64), dar descanso a los habituales, e incluso que el vinculado Brnovic tuviera algunos minutos en cancha. Otro plácido triunfo, el vigesimotercero en 28 jornadas, para consolidar a los aurinegros en la tercera plaza. Mañana mismo, sin apenas posibilidad de coger aire, espera el Real Madrid en un encuentro de campanillas.