El Iberostar Tenerife recupera su capacidad de sufrimiento para seguir sumando. Pese a su discreto día en el triple (6/24), el conjunto lagunero nunca perdió la paciencia para acabar doblegando al MoraBanc Andorra (83-89). Los isleños llegaron a tener 10 puntos de ventaja en el arranque (4-14), y pese a que los locales apretaron (41-40), los de Vidorreta no se pusieron nerviosos (49-56) ni cuando el encuentro se alocó (78-76). Después de que entre Shermadini y Guerra se combinaran con 33 puntos, en el momento de la verdad apareció Sasu Salin para anotar 11 puntos en poco más de seis minutos y sentenciar la decimoséptima victoria del curso para los aurinegros.

Fue la dupla Fitipaldo-Guerra la que marcó diferencias para el Iberostar en los compases iniciales del duelo. El grancanario anotó en continuación, también rebloqueó para el triple del uruguayo (2-9) e igualmente aprovechó por arriba una asistencia del base. Además, ambos estuvieron muy activos en los 2x1 defensivos lejos del aro. Ya con la primera rotación interior, el Iberostar ganó presencia en el rebote ofensivo con tres seguidos de Shermadini para que el último de ellos acabara en triple de Fitipaldo (4-14). Arranque muy equilibrado el de los laguneros, que además cortaron por completo una de las vías de anotación local: el tiro exterior de Gielo, que apenas lanzó un triple en todo el primer acto.

Sin embargo, un par de imprecisiones aurinegras regalaron varias canastas a los locales (11-15), y aunque el Iberostar volvió a castigar desde fuera en segunda oportunidad (triple de Butterfield para el 13-20), el Andorra encontró la fórmula para hacer daño jugando sin un cinco puro. Así, entre la movilidad de Llovet y Sy, más la aportación exterior de Jelinek el choque se apretó (19-20). Superado el desajuste, Vidorreta respondió con la superioridad interior de Shermadini (20-25), y aunque los locales volvieron a apretar desde el perímetro (triples de Jelinek, Pérez y Hannah), el relevo de cincos, con Guerra otra vez a la carga, mantuvo a los isleños por delante (31-34).

A partir de ahí el duelo discurrió en márgenes muy escasos. Cavanaugh anotó en penetración y Doornekamp desde la esquina (34-37), pero los locales respondieron con una efectividad plena en el tiro libre (11/11 en el segundo acto), con la impronta física de Pérez debajo del aro, y la capacidad de desborde interior de Llovet sobre Shermadini (41-40). Con los bases canaristas continuamente incomodados y constantes ayudas cerrándose sobre Shermadini, solo las segundas oportunidades (ocho para producir luego 12 puntos), y una canasta a la carrera de Fitipaldo (10 puntos en dos cuartos) justo antes de la bocina del cuarto permitieron al Canarias irse en franquicia (41-43) al descanso. Mal menor cuando los canaristas tuvieron que lidiar con un mal día desde el perímetro: 4/14. 

La salida canarista de vestuarios fue bastante acertada en ataque (43-48 tras triple de Cavanaugh en la esquina). Y aunque el Andorra hizo mucho daño jugando por encima del aro y con las puertas atrás para sus interiores, en el otro aro Shermadini volvió a marcarse otro de sus momentos de máxima inspiración, al margen de ayudar muy bien en el rebote. Así, con ocho puntos consecutivos del georgiano el conjunto isleño volvió a poner tierra de por medio (49-56, 25').

Pese a que Fitipaldo erró dos penetraciones consecutivas y Senglin anotó de tres al límite de la posesión (56-60), Guerra volvió a asumir responsabilidades, sabiendo enmendar en el otro lado de la cancha los problemas sufridos para frenar la corpulencia de Parakhouski. El grancanario fue rápido hacia dentro, forzó faltas, reboteó y además anotó en alley oop, a lo que añadió, de nuevo un par de notables flashes cerca de medio campo (58-63). Pese a su 1/6 en triples en este periodo los isleños equilibraron sus malos números desde el arco con siete puntos más de segunda opción.

Se abrió por completo el partido en el inicio del cuarto periodo, una situación que sobre el papel debió favorecer los intereses del Iberostar. Pero ayer, negado desde el arco el intercambio de canastas perjudicó por completo a los isleños. Un 2+1 de Senglin y los triples de Gielo y Jelinek igualaron la contienda (71-71). Ahí el duelo se metió en un mano a mano entre Paulí y Salin, y aunque el catalán se mostró mucho más versátil (78-76), el finés desniveló la balanza. Primero con un triple, luego con tres tiros libres y finalmente -con una canasta bajo aro de por medio de Cavanaugh tras el enésimo rebote ofensivo canarista-, y pese a un error infantil que provocó un 5-0 (para el 83-84) con varios aciertos más desde el 4,60 (83-89).