Suma y sigue en la versión más coral de la temporada. Con paciencia, sin la necesidad de recurrir a la aportación superlativa de ninguno de sus cabecillas y sí tirando en cambio de su fondo de armario (37 puntos de los reservas) el Iberostar Tenerife doblegó ayer con autoridad al Movistar Estudiantes (64-90). Un triunfo contundente que se explica gracias a que los aurinegros fueron minando paulatinamente la moral de su rival, esquivando las trampas que le puso su rival en el camino y abriendo brecha paso a paso. Tras una primera parte un tanto espesa, pero agarrándose siempre a una notable actividad defensiva, los isleños se fueron desmelenando con el paso de los minutos para acabar arrollando a los colegiales.

Ni el cansancio por haber jugado apenas 48 horas antes, ni el hecho de que su rival tuviera diez días para preparar el choque influyeron en el rodillo canarista. Una máquina casi perfecta que se fue hasta los 39 puntos en los últimos 14 minutos de partido para cerrar 2020 a lo grande. Una locomotora en la que todos aportan, hasta el punto de que los 12 profesionales aurinegros anotaron al menos tres puntos, mientras que ocho de ellos alcanzaron o superaron los ocho puntos. Factor diferencial para un Iberostar sobrado de recursos y que se consolida –ya en solitario– en la segunda plaza de la tabla, incluso con las mismas victorias que el Real Madrid, su contrincante para abrir 2021.

De entrada el Iberostar equilibró desde las esquinas de su perímetro (Cavanaugh y Doornekamp) el enésimo mal comienzo para poder cerrar su rebote (6-6). Con Gentile cargando mucho el juego de los locales (y Aaron aguantándolo como bien pudo), el Estudiantes logró hasta cinco segundas opciones en apenas tres minutos y medio. Con Shermadini bien tapado, la entrada en pista de Guerra dotó de movilidad y de más espacios a los laguneros, que insistieron en hacer daño desde el 6,75 (triples de Fitipaldo y Rodríguez para un 4/7 global) o bien siendo verticales hacia canasta (penetración del propio Bruno). Pese a la enorme actividad defensiva de los locales tratando de asfixiar la dirección aurinegra (con constantes cambios de asignación), el Iberostar también sacó las garras atrás y secó por completo la producción de los de Javi Zamora. Cerrado el rebote de su tablero, un parcial de 3-16 disparó a los laguneros hasta el 11-22. Y todo pese a que el cuadro canarista no estuvo del todo certero desde el 4,60 (2/5).

Ya en el segundo acto, incidió el Estu con la zona 2-3 con la que ya había amagado minutos antes; recurso que por momentos colapsó el ataque aurinegro. Descolocado, el equipo de Vidorreta no encontró situaciones claras, se dejó un par de balones por el camino y además vio como los madrileños corrigieron, con los triples de Brown (2) y Abramovic, el 0/6 del primer periodo (24-28). Aunque Doornekamp respondió de inmediato (24-31, 15’), el Iberostar no terminó de verlo claro desde el perímetro.

Con cinco pérdidas ya en su casillero en el segundo acto, el Canarias recurrió de nuevo a su aplicación atrás para mantener la delantera. Tanto de solidez en el uno contra uno (tapón de Guerra) como en las ayudas interiores (robo de Salin). Sin poder despegarse como en el arranque, aunque manteniendo a raya al Estudiantes, el cuadro lagunero tiró, justo antes del intermedio, de la puntería de la que ha hecho gala en las últimas jornadas. Primero Sulejmanovic desde la esquina y luego Fitipaldo sobre la bocina del descanso. Entre ambos arreglaron el 1/6 previo desde el minuto 8 y dejaron la renta canarista en la decena coincidiendo con la pausa (29-39).

No pareció sentirse cómodo el Iberostar a la vuelta de vestuarios, básicamente porque el Estu volvió a hacer daño en el rebote ofensivo (canasta de Brown) y porque Delgado le ganó por momentos la partida a Shermadini en los dos aros (36-42). Pero, como de costumbre, el cuadro lagunero no perdió los papeles, apretó los dientes atrás (robo de Fitipaldo) jugó con paciencia y se aprovechó del desquite de Shermadini, que con cinco puntos seguidos puso a los isleños con su mayor renta hasta ese instante (37-51, 25’). Estabilizada la situación, y negado de nuevo en el tiro exterior (1/7 en el tercer cuarto) los canaristas hicieron pivotar su juego en la polivalencia de Cavanaugh para ir al rebote y para producir desde el poste alto descifrando la zona local, y también en la contundencia interior de Guerra. Así una asistencia del norteamericano al teldense amplió aún más la ventaja visitante (43-58, 29’).

Con el duelo cada vez más cerca de decantarse hacia el lado tinerfeño, Huertas aportó su granito de arena: saque de fondo para canasta de Butterfield, falta en ataque provocada y penetración. Todo en apenas un minuto, lo que obligó a Javi Zamora a frenar el duelo con un tiempo muerto (46-62). Margen de maniobra más que suficiente ya para el Iberostar, al que no le importó recibir algunas canastas toda vez que había puesto en marcha su máquina anotadora. Un 2+1 de Cavanaugh, un par de acciones interiores de Gio, y sendos triples de Salin y Huertas llevaron a los canaristas a anotar 17 puntos en apenas cinco minutos y sentenciar la contienda (56-75). Con el duelo ya totalmente roto Vidorreta pudo dar descanso, sin riesgo alguno, a sus primeros espadas –los reservas mejoraron el porcentaje global desde el 6,75– para tratar de llegar lo más frescos posibles a la batalla del sábado contra el Real Madrid.