El primer error en todo el partido de Shermadini y el enésimo fallo de Huertas cerca del aro permitieron al Andorra correr y apretar el marcador (53-50, 24’). Incluso tuvieron los del Principado un tiro para empatar. Dio ahí la sensación de que el Iberostar Tenerife le iba a tocar nuevamente sudar sangre para sacar adelante su duelo y apuntarse así la decimotercera victoria liguera. Pero nada más lejos de la realidad. En el momento en el que más apretaba su rival, y como si hubiera entrado en estado de convulsión, el conjunto lagunero explotó y firmó seis minutos casi perfectos para un parcial de 19-2 que dejaba el choque casi sentenciado (72-52). Un ciclón de mucho sacrificio atrás (dos robos y 1/6 de los andorranos en el lanzamiento), pero especialmente de acierto en la parcela ofensiva (5/7 en tiros de dos y 3/4 en triples), esa en la que cuando los de Vidorreta se desmelenan parecen no tener quien les detenga.

Los laguneros supieron sufrir hasta el descanso (pese a costarle horrores cerrar su rebote), se agarraron al acierto superlativo de Shermadini bajo el aro, y empezaron a minar la moral de su oponente desde el momento que pudieron amenazar desde el 6,75: 12/17 entre el minuto 9 y el 30. Fue el preámbulo a ese estallido de brillantez que a la postre resultó desequilibrante para un nuevo resultado positivo. Por mucho que los aurinegros se relajaran en el epílogo y el Andorra buscara la heroica desde el triple y a la carrera (78-73, 35’). La confianza que los resultados previos –pese a caer en Vitoria– evitó que el Canarias fuera presa del miedo y acabó sacando adelante un nuevo compromiso.

No estuvo cómodo de entrada el Iberostar pese a un par de buenas defensas. Atrás sufrió con las segundas opciones de un rival que cargó el rebote y produjo ocho puntos (9-12) de las tres capturas que robó en el aro aurinegro. Y delante porque tanto Paulí como Palsson colapsaron, por físico, la movilidad de los pequeños canaristas, que apenas encontraron opciones de tiro desde el arco (0/1 en casi nueve minutos), y acabaron en malas selecciones cuando decidieron penetrar. Ni la prematura entrada en cancha de Huertas (con 2’50” jugado) cambió el panorama para un conjunto, el lagunero, que en ese arranque vivió en exclusiva de la producción anotadora de Shermadini, que hizo lo que le dio en gana con Olumuyiwa: nueve puntos sin fallo en poco más de cinco minutos.

Insuficiente para el Iberostar que no solo reprodujo sus errores cerca del aro (también Guerra), sino que también fue incapaz de frenar las penetraciones, tanto en 1x1 como por el carril central, de su adversario (11-17). Solo cuando ganó algo de fluidez (tres asistencias de Huertas) logró encadenar el conjunto tinerfeño un par de buenas acciones de Butterfield y otras tantas de Guerra para llegar por delante al final del primer acto (21-20). Reacción momentánea pese al triple de Sulejmanovic para abrir el segundo cuarto (24-22), ya que el Canarias reeditó errores en defensa (no cerró el rebote, llegó tarde en el 1x1 y no corrió lo suficiente hacia atrás), lo que unido a varias acciones a trompicones en el otro lado le llevó a encajar un parcial de 2-10 (26-32).

Al rescate, quién si no, Shermadini. El georgiano cortó la sangría en la primera bola que tocó en su regreso a cancha, y luego ayudó a media pista como solo él sabe con 2x1 junto a Fitipaldo para electrocutar al Andorra. Incluso ejerció de pantalla para que Huertas se atreviera con el triple. Tan desequilibrante fue su segunda puesta en escena que el Canarias firmó un 11-0 (37-32), labrado no solo por un aumento en su acierto, sino también por haber comprendido que era necesario subir el nivel de intensidad en campo defensivo. Solo ciertos momentos de locura evitaron que los de Vidorreta abrieran todavía mayor brecha, si bien entre su actividad atrás (seis pérdidas del Andorra en este periodo) y el empecinamiento de Huertas para arreglar desde el triple (3/4 en ese cuarto) su mal día cerca del aro (0/6) permitió al Iberostar no solo llegar en franquicia al descanso sino hacerlo incluso con su mayor renta hasta ese momento (45-40).

A la vuelta de vestuarios Shermadini dio su tercer puñetazo sobre la mesa (canasta y asistencia para el triple de Salin) para el 50-42 en lo que fue la génesis de la ruptura definitiva del choque. Ni el poder correr varias veces seguidas le sirvió al Andorra (53-50) para frenar la maquinaria canarista, ya perfectamente engrasada. Cinco puntos seguidos de Huertas, la combinación inversa Guerra-Fitipaldo (con el pívot asistiendo y el base finalizando en bandeja tras cortar por el centro), varias acciones defensivas del interior teldense, un matazo de Yusta y dos triples de Buttierfield fabricaron un parcial de 19-2 con el que el choque quedó casi sentenciado (72-52). Su puntería desde el 6,75 (6/8 en este cuarto), y el haber cerrado su aro (ningún rebote ofensivo del Andorra) fueron los mejores argumentos del 30-15 de esos diez minutos (para el 75-55) en los que el Canarias reeditó su versión más arrolladora de semanas atrás. Esa en la que hace un baloncesto de memoria y deja noqueado a su oponente.

Pero quizá convencido de que el trabajo ya estaba totalmente finiquitado o bien creído que su rival ya no se levantaría de la lona, el Iberostar se llevó un susto en el periodo final. El Andorra buscó la heroica desde el 6,75 y también –aprovechando las malas selecciones exteriores de los locales– a la carrera, dos situaciones en las que Gielo se movió como pez en el agua para liderar un parcial de 1-15 (76-70). En poco más de tres minutos el Canarias tiró por la borda un cuarto casi impoluto. El cuadro del Principado llegó a jugar para ponerse a tres, pero una canasta de Sulejmanovic, un par de buenas defensas interiores y otros cinco puntos de Huertas sofocaron el intento de incendio andorrano (86-76). Una buena gestión de las últimas posesiones, pese a no estar del todo fino desde el libre y apenas amenazar desde fuera, permitió al Canarias amarrar su decimotercer triunfo del curso y agarrarse a la segunda plaza de la tabla. El Iberostar regresa a su rutina más divertida.