Tenis

Alcaraz baja al barro para sobrevivir al gigantón Struff y ya está en los cuartos de Madrid

El vigente campeón se impone con dramatismo al alemán en el desempate del tercer set (6-3, 6-7 y 7-6) en la reedición de la final de 2023 y se cita con el ruso Rublev por un puesto en semifinales

Carlos Alcaraz celebra su victoria.

Carlos Alcaraz celebra su victoria. / EFE

Daniel Gómez Alonso

Era la primera piedra de toque real. Después de dos tardes plácidas, perfectas para rodarse tras un mes de baja por los problemas en el antebrazo derecho, Jean Lennard Struff, número 21 del mundo y al que rindió en la final del año pasado, emergía como el primer rival de peso para Carlos Alcaraz en su intento por conquistar por tercera vez consecutiva el Masters de Madrid. La revancha, si es que puede considerarse como tal, llegaba en octavos de final, y el resultado, tanto en el marcador como en las sensaciones, acabó siendo muy similar (6-3, 6-7 y 6-7).

Como viene siendo habitual durante todo el torneo, Alcaraz no tiró de su versión más rococó para llevarse una nueva victoria. Sin florituras, con altibajos y sin llegar a sentirse cómodo del todo en ningún momento, el murciano hizo valer su estatus de favorito ante el gigantón alemán, que venía de conquistar su primer título ATP la semana pasada en Múnich sin ceder ni un set y volvió a llevarle al límite por segundo año consecutivo en la capital.

Al resto, Struff no regaló prácticamente ningún juego fácil durante todo el choque, haciendo sufrir a Alcaraz en casi todos sus turnos al servicio. A excepción de tres, en todos sacó al menos un par de puntos el alemán siendo, como el año pasado, muy agresivo al resto, devolviendo la bola desde dentro de la pista y tratando de robar la iniciativa a su rival. Hasta en siete ocasiones llegó al 'deuce' y dispuso de otras ocho bolas de rotura, pero solo remató en dos de ellas, algo que acabó pesándole al final del choque.

Al tercer set como en 2023

Porque al vigente campeón no se le puede dar aire. Despachó Alcaraz el primer set con oficio, aprovechando prácticamente la única oportunidad que le permitió e bombardeo al saque de su rival (siete 'aces' y 213 km/h de media con el primer servicio) y achicando agua en sus turnos. Apoyándose en un golpe de revés que está volando en la altura de Madrid (670 metros), en esta ocasión, ante un rival de mayor entidad, acusó por momentos la reticencia que siente todavía a soltar del todo su derecha, algo que él mismo reconoció en la previa del choque. Lo notó en el 'tie-break' del segundo, donde se llegó al trabarse entre saquetazo y saquetazo de Struff, y donde apenas le hizo sufrir, dejándolo todo para el tercer parcial.

No fue hasta ese momento cuando Alcaraz logró subir su nivel al saque, lo que le permitió sobrevivir al órdago del alemán. Rompió a la primera y, sin estar del todo fino (29 golpes ganadores por 17 errores no forzados en todo el partido) llegó a sacar para ganar. Pero Struff no había dicho aún su última palabra. Con 40-0 y tres bolas de partido al saque, cuando ya parecía todo hecho, el alemán resurgió, quebrando en el mejor momento y llenando de dudas la cabeza de Alcaraz camino del drama del tie-break definitivo. Una muerte súbita de las de verdad, de las que solo dejan dos opciones: ganar o irse a casa.

No quedaba otra que reaccionar y olvidarse de las oportunidades perdidas, y Alcaraz lo hizo. Reconexión. Con todo en contra, Alcaraz sacó la magia, administrada a cuentagotas, y finiquitó tras un globo espectacular para llegar a los cuartos. Ahí le espera el ruso Andrey Rublev, número ocho del mundo. Más madera para el campeón.