Con el objetivo inicial de la permanencia en Primera asegurado, la UDG Tenerife saborea el camino recorrido y aspira a mantener el nivel en lo que queda de campaña 

La UDG Tenerife llega a las vacaciones de invierno en el cuarto puesto de la clasificación de la Primera Iberdrola, con los mismos puntos que el tercero y a solo tres del líder, el FC Barcelona. ¿Imaginó este resultado al comienzo, tras perder el primer partido en casa con el Madrid?

La verdad es que no. Evidentemente, sabíamos que el potencial que teníamos era superior al que habíamos mostrado en esa jornada inaugural, porque habíamos visto trabajar a las chicas y sabíamos que había calidad en la plantilla. Todos teníamos la ilusión de hacer una buena temporada, pero lo que hemos conseguido hasta ahora, vernos en la parte alta de la clasificación en medio de grandes clubes, no lo vaticinó ni el más entendido. Hemos seguido una trayectoria importante que hemos ido construyendo con trabajo, esfuerzo y la predisposición de las jugadoras.

Las jugadoras reconocen que tenían un buen presentimiento. ¿Le pasó lo mismo en el verano?

Sí, sin duda. Al ver a las jugadoras trabajar, su predisposición y sus ganas de crecer, las sensaciones eran positivas. Es algo que nos siguen dando cada día. Eso nos facilitan las cosas a la hora de plantear los aspectos del juego que queremos introducir en el funcionamiento del equipo. Creo que todo es una mezcla. El cuerpo técnico ha establecido una conexión muy fuerte con la plantilla y ellas creen en lo que les contamos en cada entrenamiento. Todo eso se ve reflejado en el campo, en los partidos.

Volviendo a los comentarios de las futbolistas. Las más veteranas destacan que en esta etapa están recuperando la esencia del Granadilla que subió a Primera y jugó sus primeras temporadas en esta categoría. ¿Era la idea?

Desde que llegamos al club –enero de 2020– hemos planteado retos cada semana. Con la planificación que tenemos establecida, hemos intentado recuperar la esencia que tenía este equipo, la de trabajar, darlo todo en el terreno de juego, ser valiente... Ya dije en su día que este equipo no iba a dejar de ser valiente en el campo, con un trabajo constante durante los 90 minutos, y que luego la clasificación nos iba a poner donde lo mereciéramos. Ahí es cuando aparece una doble lectura. Hay partidos como el del pasado martes en Sevilla (2-1) en el que fuimos merecedores de un mejor resultado, pero nos vimos condicionados por nuestro estilo de juego. Pero eso es lo que tiene este deporte. Cuando arriesgas, te ves condicionado a la hora de establecer ciertos patrones que existen en el fútbol. Lo único que hacemos es seguir creyendo en lo que hacemos pase lo que pase hasta el final, con todo lo que ello conlleva.

Pero hay equipos que son valientes o intentan serlo y luego no son fiables. La UDGT no se mueve con picos altos o bajos de resultados. No necesita marcar tres goles para ganar un partido.

Cuando llegamos, pensamos que hacía falta estabilidad, ser lineales en el trabajo y construir el equipo desde la defensa hacia el ataque. Creo que en cada partido se está viendo que cada jugadora aporta mucho trabajo, no solo las que participan de inicio, sino también las que salen desde el banquillo. Aquí todas suman. Tenemos una idea clara, que es en la que trabajamos y en la que creemos todos, y el resultado está siendo evidente.

Por lo que comenta, ha conseguido tener alerta a toda la plantilla. ¿Ha resultado complicado?

He recibido muchas críticas que considero constructivas. Pero por mi forma de ver el fútbol, entiendo que todos los jugadores y las jugadoras deben ser protagonistas, y no solo en este equipo. Si veo que no es así, pienso que los caminos se tienen que separar. Si crees en una futbolista, debe tener su parte de protagonismo. En este equipo, pase lo que pase, hemos hecho partícipes a todas. No hemos repetido una alineación en las trece jornadas que llevamos. Esa es la esencia de este equipo. Todas son importantes, no hay una jugadora destacable. Lo principal es el grupo. Es lo que hemos intentado establecer y, por ahora, no nos ha ido nada mal.

¿Se refiere a críticas en esta temporada o durante su carrera?

Hablo de críticas normales, no en un sentido negativo. Las críticas constructivas te ayudan a aprender. Pero hay gente que no entiende que no pongas un once habitual cada domingo, que hagas cambios... Creemos que hay jugadoras para partidos y partidos para jugadoras. Esa es mi filosofía, la que he implantado en todos los equipos en los que he estado y la que voy a seguir implantando. Si tienes una buena plantilla, esa filosofía te da mucho más margen a lo largo de una temporada que contar solo con las once jugadoras habituales.

Le pregunto por algún caso concreto, pero muy significativo. María José Pérez reconoció que hace un año se planteó salir de la UDG Tenerife. Ahora está compitiendo con el entusiasmo de alguien que empieza. ¿Cómo se madura un cambio como ese?

El cuerpo técnico tiene un papel muy protagonista dentro del trabajo que se está desarrollando, y no estoy hablando de mí, sino del resto de compañeros. Un entrenador es grande si tiene un gran equipo detrás, y yo soy muy afortunado en ese aspecto. Son auténticos profesionales, gente muy joven. Es la clave de este equipo: gente joven con muchas ganas de aprender y de crecer. Eso me permite también crecer cada día. Estoy muy agradecido por ello. Y María José es un claro ejemplo. Estamos hablando de una futbolista con mucho bagaje e importancia, no solo en el fútbol canario sino a nivel nacional, porque es una referente para muchas personas, y es una de las jugadoras importantes en el equipo, como la mayoría. Tampoco me gusta resaltar a una jugadora en concreto, porque eso me parece injusto. Aquí todo el mundo tiene su cuota de importancia. Pero estamos muy orgullosos de las jugadoras que tienen un poco más de experiencia dentro del equipo, como las capitanas, que nos ayudan muchísimo en el día a día, nos dan una lección de cómo se debe llevar un grupo y trabajar; y después del resto de futbolistas, el cuerpo técnico, los directivos... Lo único que tengo son palabras de agradecimiento. Cuando hay una buena conexión y todos vamos en el mismo sentido, es más fácil.

¿La base es esa química?

Este es un deporte colectivo. A la parte individual le damos la importancia que tiene, pero el grupo está por encima de todo, incluso del primer entrenador. Hemos respetado eso por encima de situaciones que se presentan en el día a día, cosas que a veces pueden entorpecer el trabajo grupal. Hasta eso lo hemos sabido gestionar de forma positiva. Son circunstancias normales que pasan tras tantas horas compartidas. Pero este equipo es tan maduro que, al final, convierte los pequeños problemas en grandes anécdotas que nos ayudan a crecer. Estoy absorbiendo un aprendizaje brutal no solo de parte de la directiva y del cuerpo técnico, sino también de las futbolistas. Cada día aprendo muchísimo. Me considero afortunado por poder llevar las riendas de este equipo y gestionarlo.

¿Esta experiencia está siendo muy diferente a otras que ha vivido como entrenador?

Si te refieres a la diferencia entre el fútbol masculino y el femenino, te digo lo mismo que le dije a las jugadoras cuando llegué. Me planteé la idea de entrenar a futbolistas, y ellas lo son en el sentido más amplio de la palabra. Son jugadoras con unas ganas tremendas de crecer, de hacerse un sitio en el fútbol. Y esa es una meta muy difícil, porque ya sabemos lo que el fútbol masculino mueve a nivel mediático. Pero si nos ponemos a comparar, cometeremos un grave error. Cada uno debe tener su sitio. El fútbol femenino está ganando crédito a base de mucho trabajo y sacrificio. Ese es el camino a seguir.

¿Nota ese auge? Por ejemplo, ¿hay más interés en las más jóvenes en practicar este deporte?

Desgraciadamente, por el coronavirus, los proyectos que tenía el club no se han podido establecer de la forma que todos hubiéramos querido. Está el tema de la Academia, que le da a las chicas la llave para continuar con su proceso de aprendizaje. Teníamos muchas ilusiones volcadas en eso, porque se trata de un proyecto muy bonito. Pero sí vemos que hay muchas niñas que sienten curiosidad y tienen ilusión por llegar a ser algún día como Pisco, María José, Silvia Doblado, Patri Gavira... Al final, todo eso se lo han ganado a pulso. El fútbol femenino ha llegado para quedarse y de forma importante.

La UDG Tenerife forma parte de ese crecimiento, pero lo hace con el inconveniente de no contar con instalaciones propias o comparables a las de clubes como Barcelona, Athletic... ¿Le parece que es una batalla perdida?

Esta semana estuvimos en Sevilla, y cuando ves sus instalaciones... También hemos estado en Lezama, en Zubieta. En cada sitio que visitas, te das cuenta de lo lejos que estamos, y no solo por la condición de insularidad. Estamos lejos en infraestructuras. Lamentablemente, este equipo no tiene el nivel que merece en este sentido. Cada vez que salimos de Tenerife, notamos que Granadilla y el nombre de la UDGT se han hecho muy grandes. El que tiene que apostar por este tipo de cosas debe entender que somos lo que enseñamos, vivimos de exportar y de mostrar qué grandes son nuestras Islas; y la imagen que estamos dando no está a la altura de lo que el equipo consigue cada temporada. Pero esto no es nuevo. Sentimos muchísimo el respeto que nos tienen en la Península, pero también mucha envidia sana de las instalaciones que tienen los demás, sin menospreciar las que usamos aquí. San Isidro es nuestra casa y nos sentimos contentos de que sea así, pero con un equipo de Primera habría que hacer un mayor esfuerzo para intentar tener unas instalaciones dignas.

Teniendo en cuenta que el Club Deportivo Tenerife ya ha creado su base de fútbol femenino, ¿cree que la posibilidad de que las dos entidades caminen de la mano ha desaparecido?

Es al presidente (Sergio Batista) a quien le compete hablar de este tipo de situaciones. Pero entiendo que más tarde o más temprano van a tener que sentarse y llegar a un acuerdo. Esta es una carrera muy dura. No hay sino que ver cómo está la Liga Reto, que es una categoría en la que tenemos a nuestro filial y sabemos que es durísima. A pesar de hacer un gran trabajo, al filial le está costando muchísimo incluso llegar a estar tranquilo para mantener la categoría sin agobios. Luego, a otros clubes como Real Unión Tacuense, que ha hecho un esfuerzo impresionante, también le está costando sacar sus partidos adelante. El CD Tenerife tiene que llegar ahí, y hacerlo con un proceso de bastante tiempo. En cambio, el Granadilla ya está en ese nivel. Por eso creo que en el futuro, más tarde o más temprano, estos dos clubes están condenados a entenderse, pero no sé de qué forma. El buen trabajo que ha hecho la UDGT, de la mano de su presidente y su junta directiva, está más que contrastado.

Retomo el argumento de la temporada. ¿Qué meta pone?

No me escondo. Para mí no es algo incómodo hablar de objetivos, porque somos deportistas. Esto es un juego y tienes que estar preparado para las tres situaciones que se pueden dar: empate, derrota o victoria. Dentro de nuestra humildad, siempre hay que ser optimistas y mirar el futuro con valentía. Nunca he escondido que lo primero que tiene que hacer este equipo es continuar en una categoría que es muy difícil. Llegar a ella es muy complicado y mantenerse lo es mucho más. El equipo ha hecho en trece jornadas el trabajo de casi toda una temporada, porque hemos conseguido el primer objetivo, el de asegurar la continuidad en Primera de forma holgada y sin pasar apuros. Y a partir de ahí, soñar. Porque soñar es gratis. Nos lo hemos ganado en el campo. Pero esto es fútbol y uno nunca sabe cómo van a ir las cosas, porque no todas son manejables. Pero vamos a ser ambiciosos y valientes. Vamos a competir en cada partido como si fuera el último, como hasta ahora. Y después, que la clasificación nos ponga donde merezcamos. No voy a negar que el segundo objetivo del club es clasificarnos entre los ocho primeros para jugar la Copa de la Reina. Y a partir de ahí, sabiendo que muy mal se nos tiene que dar para que no garanticemos ese objetivo, porque tenemos un colchón de 10 puntos, ya veremos qué pasa. Vamos a competir y a trabaja día a día muy duro para poner a este equipo donde merece. Y si podemos estar entre los cuatro primeros, bienvenido sea. Sabemos cuál es el potencial de clubes como el Barcelona, pero hay otras grandes potencias en esta Liga, con grandes inversiones, y es para estar muy orgullosos de que este club, humilde y que no está a la misma altura de los grandes transatlánticos en cuanto a infraestructuras e inversiones, esté codeándose con ellos y hayamos hecho historia al haber estado tres o cuatro semanas liderando esta gran competición. Es para disfrutarlo y para estar felices. Con el tiempo nos daremos cuenta de las importancia que tiene.

¿Qué planes tienen respecto a la ventana de fichajes de enero?

Siempre estamos atentos. No tenemos ninguna necesidad de hacer fichajes. Creemos en todas las futbolistas que tenemos. Estamos muy contentos y orgullosos de la plantilla que tenemos. Y si viene alguien para ayudar, primero tendrá que cumplir el perfil que tienen nuestras jugadoras, de ser buenas deportistas, buena personas y, por último, buena futbolistas. En ese orden. Este equipo se compone de muchos parámetros que entendemos que se tienen que cumplir. No solo nos vale una gran futbolista, sino una gran persona, alguien que esté dispuesta a trabajar y a darlo todo en el campo. Después, que nos ayude mejorar. Además, tenemos un filial y hay muchas niñas que están tocando la puerta muy fuerte. Algunas ya han debutado con el primer equipo. Tenemos un especial interés en nuestro B, porque ahí hay muchas cosas que no hace falta que busquemos fuera. Si tiene que venir alguien, que venga para ayudar, pero no es una necesidad fichar en el mercado de enero.

¿Qué está siendo lo peor? Las futbolistas coinciden en echar de menos a los espectadores.

Estamos tristes, porque la afición es una parte importantísima de este equipo. Solo tuvimos el gran placer de tener a la gente con nosotras en un partido, aunque fue bastante lejos, porque con las medidas de seguridad que hay fue así, poco pudimos acercarnos. Pero la gente estuvo con nosotros. La afición fue muy importante en el desarrollo de ese encuentro, porque le ganamos a todo un Real Madrid en su primera visita a la Isla. Estamos tristes porque no hemos tenido la fortuna de compartir esta temporada con el público. Lamentablemente, con la situación que tenemos, no ha podido ser. Espero que las cosas mejoren y podamos recuperar a la afición para que sea una jugadora más de este equipo, tal como había sido antes.