Tenerife puede ser un buen ejemplo para explicar cómo cada disciplina deportiva ha encontrado la manera de sobrevivir en medio de una drástica reducción de presupuesto, sin público siguiéndolos in situ y con protocolos sanitarios estrictos para evitar los contagios.

El CD Tenerife, por ejemplo, ha visto mermados sus ingresos en más de dos millones de euros con respecto al ejercicio anterior. El capítulo destinado a entradas y abonos acaba de ser borrado en su totalidad por LaLiga. Además, ha visto frenadas las obras de la Ciudad Deportiva que debía financiar el Cabildo Insular y su fundación percibirá 500.000 euros menos que en el ejercicio anterior del Gobierno de Canarias.

En el apartado de gastos, viajes y cuidados. LaLiga financia gran parte de los desplazamientos en chárter del conjunto insular, que ha cambiado sus hábitos y está el menor tiempo posible en destino cada dos semanas. Además, sus jugadores se someten a dos PCR semanales y otros dos test de antígenos para controlar posibles contagios. No usan los vestuarios de El Mundialito o el Heliodoro y restringen su paso por los gimnasios. De momento, cero positivos (Elliot tuvo coronavirus, pero en periodo vacacional).

El Salud ha aplazado varios partidos por casos de Covid-19; el Clarinos sufre económicamente la falta de ingresos. El Día

Fútbol no profesional

Auspiciado por la RFEF, el Granadilla Egatesa se somete también a test semanales o bisemanales en función del calendario. Por ahora, sin sustos. El cuadro que dirige Francis Díaz ha podido competir y lo ha hecho con brillantez, llegando a ocupar el liderato durante semanas. El parón le va a venir bien para reponer fuerzas a la plantilla sureña, en medio de una Liga Iberdrola que sí ha sufrido numerosos aplazamientos, tantos que el Barcelona tiene tres partidos menos que muchos rivales. Tanto la directiva del Granadilla como la del Marino, de Segunda B, han levantado la voz por sus limitaciones económicas y los escasos recursos de procedencia pública con los que cuentan en comparación con otros. No obstante, la viabilidad de ambos proyectos está garantizada. Y eso que solo los aroneros, que sí sufrieron un positivo (Samu Arbelo) pudieron contar con aficionados en dos de sus partidos. Luego, las restricciones cerraron sesiones y partidos.

Francis Díaz, con mascarilla, dirigiendo a la UDG Egatesa. El Día

Baloncesto

El Iberostar Tenerife también sigue protocolos sanitarios estrictos instaurados por la Liga Endesa. Antes de cada jornada se someten a PCR para detectar posibles positivos y aislarlos, reservándose para entonces test de antígenos que validarían la participación del resto de la plantilla en el partido correspondiente. Durante el curso, los encuentros ante Casademont Zaragoza y Herbalife Gran Canaria sufrieron sacudidas, pero solo se aplazó el derbi por positivos en el equipo contrario. En agosto lo sufrió un jugador (no fue oficial), pero la competición no había arrancado. También estuvo aislado por contacto estrecho Georgios Bogris.

Económicamente, la entidad aurinegra salvó el ejercicio presentando tenues beneficios (85.000 euros) y con solo un 20 por ciento de abonados pidiendo la devolución del importe de los partidos no disfrutados. Este ha sido uno de los caballos de batalla del consejo que preside Félix Hernández: la presencia de aficionados en el Santiago Martín. Lo logró en un choque de la BCL, pero la situación epidemiológica de Tenerife evitó nuevas experiencias. De momento, un ejercicio de austeridad trata de contener los números rojos para la presente temporada mientras deportivamente triunfan los de Txus Vidorreta.

El Ciudad de La Laguna Clarinos estuvo a un paso de tirar la toalla. A principios de noviembre, Claudio García anunció que el siguiente podía ser “el último partido”. Varias jugadoras se planteaban la desvinculación por las deudas. Los retrasos en las aportaciones previstas de dinero público dejaron sin liquidez al representativo tinerfeño en la Liga Endesa femenina. Después de un brillante arranque de campaña que ha permitido clasificarse para la Copa de la Reina, la parcela económica amenazaba con llevarse por delante el proyecto. La celeridad del Ayuntamiento de La Laguna, una vez se dispararon las alarmas, y la ayuda del Cabildo a los equipos de élite por la pandemia solventó el mal momento. Con controles obligados antes de la competición europea, se estrenaron las moradas también en estas lides. Lo hicieron ante el Mechelen y con éxito. En Liga algún sobresalto, sobre todo con los rivales, y dos aplazamientos.

Test PCR a un jugador del CD Marino. El Día

Voleibol y balonmano

El Sanaya Libby’s Haris marcha tercero en la Liga Iberdrola, aunque con un partido menos que sus rivales directos. Es ante el débil Emevé Lugo y se suspendió por el positivo por Covid-19 de un componente del cuerpo técnico blanquiazul. Era el segundo ataque del virus a un club que pagó con su eliminación de la Challenge Cup europea las ausencias de Jenelle Jordan y Patricia Suárez. Las dos jugadores, titulares en el cuadro que dirige Juan Diego García, dieron positivo en las PCR previas al desplazamiento a Rumanía para disputar la burbuja de octavos y cuartos de final de la competición continental.

Ambas regresaron el pasado sábado ante el Ibsa Gran Canaria a la competición, pero lo hicieron con una lógica merma física. Sus compañeras, en cuarentena hasta la confirmación de una nueva PCR negativa, apenas pudieron entrenarse antes de esa visita a Las Palmas. El coronavirus ha lastrado, por tanto, la trayectoria deportiva de un equipo que ha pasado del liderato a la tercera plaza y ya sin presencia en Europa. Y eso que los controles son aleatorios (y no semanales) en España.

Económicamente hace equilibrios casi imposibles David Martín. Se acogió el presidente a una ayuda del Cabildo para teñir de azul las cuentas. Y ya había realizado un ejercicio de responsabilidad en la conformación de la plantilla de la temporada, más corta y con salarios reducidos. Todo después de un curso anterior que no llegó a finalizar por el confinamiento. El Haris mandó a sus jugadoras precipitadamente a casa antes incluso de que la Federación echara el cierre. Prudencia manda.

El Balonmano Salud, en la intermitente Liga Guerreras, se vio beneficiado inicialmente con la suspensión de las competiciones. Su destino parecía el descenso, pero la Federación Española congeló los viajes hacia abajo en la temporada 19/20 al darla por finalizada de manera precipitada. Trabajó la directiva que preside Javier Doblado en confeccionar una plantilla más competitiva y pareció lograrlo. No obstante, los resultados no terminaron de acompañar en el arranque. A finales de octubre, dos positivos por Covid-19 sorprendieron a la plantilla saluteña. Se suspendió un partido de Copa y otro de Liga. Superado el escollo, el cuadro de Lolo Galván ha enderezado el rumbo y marcha quinto de su grupo. En el apartado económico, pudo contar con público en sus primeros partidos. Luego llegaron las restricciones. Pendiente de alguna subvención sin cobrar, el cuadro insular sobrevive como puede. Sus dirigentes esperan saldar la temporada sin sobresaltos, aunque siguen a la espera de que la pandemia dé una tregua.

Jenelle Jordan se perdió tres partidos oficiales por Covid-19 en el Sanaya Libby’s. El Día

Waterpolo sin piscina

El CW Echeyde salvó los muebles con la suspensión del pasado Campeonato. Sin descensos por la congelación de competiciones derivada de la pandemia, el cuadro tinerfeño decidió emprender una reforma para ganar en pujanza. Entregó los mandos a Albert Español, un exinternacional de reconocido prestigio, que ahora comparte las labores de jugador y entrenador. Por el momento, siguen las dificultades para abandonar las últimas plazas pero da otra cara el representativo tinerfeño en la Liga Premaat. Empezó, eso sí, de forma accidentada la competición. Primero por los positivos Covid-19 en el CN Sabadell que obligaron a aplazar el duelo de la primera jornada. Además, el Echeyde tuvo que jugar fuera de la Acidalio Lorenzo el primer mes de competición por el retraso del Ayuntamiento de Santa Cruz en la reapertura de la instalación. Se entrenó, durante ese periodo, en la piscina de 25 metros ubicada junto al Palacio de Deportes Quico Cabrera. Con una economía bastante ajustada, el club que preside David Rivas no ha podido contar siquiera con el apoyo de sus aficionados por la situación epidemiológica de la Isla. En 2021 luchará por la permanencia.

El resto

Un escalón más abajo. Se multiplican las dificultades para los equipos tinerfeños que compiten en las categorías de plata de sus disciplinas. Adareva en baloncesto femenino, Náutico y La Matanza en la Liga EBA, el filial del Salud en balonmano o los cuatro de voleibol en Superliga 2 (Cisneros, Arona, Aguere y Cuesta Piedra) añaden austeridad a sus economías y cuentan con menores mecanismos de control, en forma de test, antes de sus competiciones. Aún así, alguno se ha visto afectado por algún caso. Le pasó a Cristina Sanz, colocadora del Cuesta Piedra, en el tramo inicial de la temporada.