Cucurella, con la Sub 21. | | EFE

La del miércoles contra el Real Madrid, con los tantos de Clare Pleuler y Patri Gavira, ha sido la quinta ocasión –en tan solo siete jornadas– en la que la UD Granadilla Tenerife ha logrado enderezar un resultado desfavorable. Una demostración palpable de la capacidad de sacrificio que viene demostrando el conjunto preparado por Francis Díaz, que pese a verse por abajo en el marcador, ya sea en su campo o a domicilio, nunca baja los brazos en pos de alcanzar sus objetivos.

Remontadas que vienen marcadas, en la mayoría de los casos, por una hoja de servicio casi intachable cuando los partidos se acercan a su epílogo. Sin presión y con una gasolina de mayor octanaje que la de sus rivales, los números hablan por sí solos: en los 30 minutos finales de sus partidos el Granadilla ha logrado sacar 11 de los 16 puntos con los que cuenta actualmente y que le han aupado al liderato de la Liga Iberdrola. Es más, la efectividad de cara al arco rival tiene también su correspondencia en el otro área, toda vez que en esa tercera media hora de sus encuentros el cuadro isleño suma ya ocho tantos, mientras que la brasileña Aline Reis no ha visto perforada su portería ni una sola vez.

El primer episodio del idilio granadillero con el alambre se produjo en la segunda jornada del campeonato. Tras su estreno con derrota frente al Madrid CFF (0-1), el equipo de Francis Díaz visitó al poderoso Atlético de Madrid. Las colchoneras se adelantaron en el 53, pero lejos de venirse abajo las sureñas apelaron a la épica e igualaron la contienda gracias a un penalti transformado por Pisco en el 90.

Esa especie de satisfacción por esperar hasta el instante final para marcar la escenificó dos partidos después Silvia Doblado, que en el 92 anotaba para certificar la victoria del Granadilla en su visita al Rayo Vallecano (2-3). Sin aguardar a ese último aliento, pero dentro de la media hora definitiva, los tantos de Natalia Ramos (68) y María José (73) sirvieron para que el cuadro tinerfeño doblegara al Espanyol (2-0).

Hace apenas cinco días, en suelo vasco, todo apuntaba a una derrota del conjunto sureño, pero Pleuler en el 82 y Allegra Poljak en el 86 obraron la remontada (1-2). El último episodio de redoble de fuerzas llegó el miércoles en La Palmera. Una muestra más de que a este Granadilla no hay que darle por muerto antes de tiempo. Otro ejemplo de que, más que sufrir, las de azul y blanco se divierten cuando se acerca el pitido final. La constatación de que las de Francis Díaz se han propuesto no pasar desapercibidas en esta Liga Iberdrola 20/21.

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De manera directa o indirecta, Ana González es una de las principales protagonistas de ese

final que el Granadilla viene protagonizando en cada partido. La capitana no ha sido titular aún este año, pero en cambio ha disfrutado de minutos, saliendo desde el banco, en los siete encuentros de su equipo. Incluso, debía haber sido la primera en inaugurar esa lista de

Ana González: “La clave es darlo todo hasta el final”

, ya que en el duelo de la primera jornada contra el Madrid CFF, y ya en el minuto 80, la árbitro del choque le “anuló un gol totalmente legal” ya que un autopase inicial de Kayla Adamek confundió a la jueza de línea e imposibilitó que el tanto de la sureña subiera al marcador. “Bueno, cualquiera puede fallar, lo importante es poder ayudar al equipo”, se consuela al recordar aquella acción.

“Las que entramos como suplentes lo hacemos con el mismo deseo y con muchas ganas de aportar al equipo; lo estamos dando todo hasta el final y realmente esa es la clave, el no bajar los brazos en ningún momento, sino seguir luchando y resistiendo”, comenta Ana a modo de explicación sobre el buen hacer de las suyas en la recta final de los partidos. Racha positiva y “momentos de suerte que se deben aprovechar”, reconoce, porque “habrá días en los que se intente y no se logrará ganar”.

Voz autorizada en su octava temporada en el club sureño, la atacante isleña alaba el aire fresco que ha supuesto la llegada de Francis Díaz y sus ayudantes. “Con Víctor Dámaso y con Laura Díaz estuvimos bien, pero este cuerpo técnico nos tiene muy bien preparadas, tanto física como mentalmente, para darlo todo durante el partido y en especial en esos minutos finales”, apunta en relación al rendimiento ofrecido en estas siete jornadas y que tiene también mucho que ver con otros aspectos ya conocidos. “Se ha recuperado la esencia de este equipo, que era la lucha y el trabajo, y eso se ve en los resultados. Da igual quién tengas delante, la clave es trabajo, trabajo y más trabajo”, argumenta Ana, que aprecia un Granadilla “más equilibrado”. Los hechos corroboran su discurso.