Manuel Torrado, 'Mámel', un hueco imposible de llenar: "Entrañable, amigo y, como entrenador, maravilloso"

El club santacrucero de fútbol sala se queda huérfano por el repentino fallecimiento de un hombre que "siempre estaba ahí para lo que se necesitara"

Tenía 53 años y era técnico del filial, pero había desempeñado numerosas funciones

Manuel Torrado, 'Mámel'

Manuel Torrado, 'Mámel' / Iberia Toscal

A 'Mámel' le querían, y le respetaban, en todas partes. Pero era en el Iberia Toscal, un histórico y el club de su vida, en donde el mutuo sentimiento de amor se hacía todavía más fuerte. Por eso el fútbol sala de la Isla llora su pérdida y, por eso, la familia del Iberia se queda rota con su marcha. Un adiós repentino, que llegó a la pronta edad de 53 años (cumplía 54 el próximo mes de mayo) mientras dirigía un partido del filial del equipo santacrucero. En el Iberia B hacía de entrenador, pero Manuel Torrado había pasado por todas las tareas en el club. Desde jugador, hasta preparador de porteros, técnico del juvenil y hasta de aficionado cuando animaba a uno de sus hijos, el mayor, que actualmente es jugador del primer equipo.

Fue en el pabellón de La Salle, durante la primera mitad de un partido que se disputaba el sábado, cuando el indeseado protagonista se encontró indispuesto. Aguantó hasta el descanso y salió a tomar algo de aire a un patio anexo a uno de los laterales del edificio. Le acompañaba uno de sus jugadores, que fue quien alertó a los presentes del empeoramiento de su entrenador. La ayuda llegó pronto, puesto que entre el público había una médico y un bombero. La policía y una ambulancia llegaron poco después. Todos pusieron lo mejor de su parte para, durante casi una hora, tratar de reanimarlo. No hubo éxito.

Allí estaban sus jugadores, su mujer, su hija y su hijo menor. El presidente del club, José Tejera, tampoco tardó en llegar. “Mámel siempre ha sido parte de nosotros, ha estado en todas las categorías del club, como jugador y como técnico. Tenía una gran calidad técnica en el conocimiento del fútbol sala, pero sobre todo una gran calidad humana. Siempre lo demostró. Era una persona reservada a la que le gustaba el trabajo, el trabajo de cancha. Disfrutaba de los entrenamientos, de estar cerca de los chicos... como jugador fue un luchador. Se encontró a porteros que eran mejores que él y al final terminaba siempre jugando por su empeño, su capacidad de trabajo y su fortaleza mental”, recuerda emocionado Tejera.

Al dirigente del Iberia se le rompe la voz cuando explica que, en los últimos años, “siempre estaba ahí para lo que el club necesitara”. “Si hacía falta un entrenador para el juvenil, él se ofrecía aunque tenía categoría para algo más. Entrañable, amigo y, como entrenador, maravilloso”.

Fotografía de la plantilla del Iberia Toscal en la temporada 95/96. 'Mámel', el segundo por arriba de derecha a izquierda.

Fotografía de partido del Iberia Toscal en la temporada 95/96. 'Mámel', el segundo por arriba de derecha a izquierda. / E.D.

“Nuestro equipo B se creó con la intención de que los chicos del juvenil tuvieran un paso previo antes del absoluto. Salvo alguna excepción, es un grupo muy joven. Imagínate cómo están. Nadie está preparado para algo así. Todos estábamos allí. Su mujer, su hija pequeña y uno de sus dos hijos. También su familia del fútbol sala. En un momento así, quieres pensar que va a salir bien... pero no pudo ser. No pudo ser”, lamenta Tejera.

Mámel era especialmente querido en el Iberia, pero también en otros muchos lugares. Dejó huella en todos los clubes por los que pasó. Por eso, aunque es pronto, en el club del Quico Cabrera ya piensan en rendirle el homenaje que se merece. Para que sea recordado con orgullo, y no con la tristeza en este momento inunda los corazones de los que tuvieron el privilegio de conocerle. Con “su tenacidad” como inspiración, en el equipo han tomado la decisión de mantener los entrenamientos y los partidos de la próxima semana. “Hay que seguir adelante, aunque nos duela. Lo que sí se hará, es que antes de cada práctica habrá una pequeña charla. Queremos que, incluso los más jóvenes, los que apenas sabían de él, entiendan lo importante que era nosotros y lo que significaba para el club”, concluye el presidente.

"Era un cachito de pan"

Juan García Hacha, conocido en el fútbol sala por su segundo apellido, fue el técnico que vio algo especial en un joven de algo más de 20 años al que convocó con la selección canaria para disputar un campeonato nacional a principio de los años 90. “Él jugaba en el Buenos Aires. Lo vi y me gustó, por eso conté con él. Fuimos subcampeones de España. Dos años después cogí al Iberia Toscal y lo fiché para el equipo. Yo me fui y él se quedó unas ocho temporadas. Jugó en Segunda y en Autonómica. Luego empezó a hacer sus pinitos como entrenador. Estuvo en el Famegonza, de La Laguna, como ayudante, y luego volvió al Iberia. Allí fue segundo de Óscar Poveda, de hecho consiguieron un ascenso. Después, se quedó como primero. Ahora estaba en el filial”, relata Hacha.

“Manuel era un cachito de pan. Francis Aroca y yo llevamos la selección de veteranos y en verano estuvimos juntos. Era muy buena gente, siempre con una sonrisa. Recuerdo que nos saludábamos con dos besos porque nos teníamos mucho cariño. Tenía palabras de ánimo y de aliento para todo el mundo. Era una persona entrañable, siempre hacía grupo. Son las cosas que se dicen siempre que alguien fallece, pero en este caso es la verdad. Era fácil quererle, no hay más que ver la cantidad de gente que se ha pronunciado en redes sociales. Aunque se fue haciendo lo que más le gustaba, no era el momento, era demasiado joven para eso. Es un palo muy grande. Muy grande. No me lo quería creer. Parece imposible, pero la vida es así”, explica actual técnico del Agüímes grancanario.

“El Iberia es una familia”, apunta Hacha cuando le preguntan por el enorme hueco que deja la marcha de 'Mámel'. “Ese club se lleva muy dentro. Estuvo infinidad de tiempo ahí y es una referencia. No solo en la base, muchos de los jugadores del primer equipo han pasado por sus manos. Estoy seguro de que van a salir adelante, pero este ha sido un golpe muy fuerte”, concluye resignado el que empezó siendo su entrenador y acabó siendo su amigo.

La Federación Interinsular de Fútbol de Tenerife decretó ayer domingo día de luto oficial y canceló todos los partidos de fútbol sala. A nivel nacional, mientras, se guardó un minuto de silencio en la previa de la final de la Copa de la Reina.