Atletismo | Aythamy Afonso Marchador del Tenerife CajaCajanarias

Aythamy Afonso, marchador del Tenerife CajaCanarias: "El próximo año me planteo el objetivo de alcanzar la marca de mi entrenador, Basilio Labrador"

El atleta señala que la gente está muy equivocada cuando dice que el atletismo es un deporte individual

Aythamy Afonso, en una prueba del Campeonato de Canarias.

Aythamy Afonso, en una prueba del Campeonato de Canarias. / El Día

El tinerfeño en la prueba de 20 kilómetros marcha fue uno de los protagonistas de la selección española Sub-23 durante el pasado Europeo de Helsinki, quedándose a un paso de subirse al podio tras hacer una gran marca de 1h25:17, la mejor a nivel personal, coincidiendo con su estreno con el combinado hispano.

¿Cómo ha resultado esta temporada 2023?

Bien, estoy terminándola y solo me queda un solo campeonato para terminar y la verdad es que estoy muy contento.

¿Tal vez se encuentra en su mejor momento deportivo, por eso de su marca de 1h25:17 en el Europeo Sub-23 de Helsinki, la mejor a nivel personal suya?

La verdad es que sí, ya que nunca he hecho un año tan bueno. El Campeonato de Europa, sin duda fue mi mejor competición.

¿Y cómo valora esa actuación en Espoo?

Iba muy motivado, la verdad, enfocado en el objetivo que quería. Ansiaba una medalla, pero no pude lograrla. El primero fue un compañero de equipo, Paul McGrath (1h21:03) y soñaba estar en el cajón con él y no fue posible. El cuarto puesto me llena bastante, eso sí, porque tampoco me lo imaginaba, pero sabía que tenía que luchar por ello.

¿Y qué le faltó para alcanzar al finlandés Jerry Jokinen (1h24:41), el tercero?

Di mi mejor versión, hice mi mejor marca en 20 kilómetros bajándola en un minuto y 10 segundos y el segundo parcial de la prueba, desde mitad de carrera, fue más rápida que mi marca de 10 kilómetros. Lo di todo, llegué en mi mejor estado de forma, en condiciones, pero no fue suficiente. Estamos compitiendo a nivel internacional y era mi primera competición y todo se une. Al final, el plantar cara y decir estoy aquí, creo que ha sido un golpe sobre la mesa para que me tengan en consideración. El finlandés no me veía como un rival y ahora sí. De todas maneras si hubiera cogido al finlandés hubiese sido extraordinario, más fuera de lo normal. No me puedo quejar, la verdad.

La lectura es que se encuentra ahí, on fire.

Exacto, pero más que estar ahí, deberíamos decir estamos, porque somos un equipo. De ser un chaval hijo de ramblero (San Juan de la Rambla) y criado en Arona en un barrio de Buzanada e ir a Finlandia a competir, conocer gente, pues la verdad es que es algo bastante grande e impresionante, desde mi punto de vista.

¿Y qué pensó cuando cruzó la meta y quedarse a un paso del podio?

Muchas cosas cosas. Tenía a un francés detrás y tenía que defender ese cuarto puesto mirando al tercero. Seguía luchando para dejar tierra de por medio y tiraba para poner nervioso al finlandés a ver si cometía un error en la técnica o pendiente de que le pasara cualquier cosa. Solo pensaba en medalla y ver si podía lograrlo, la verdad. Llegué con bastante hambre.

¿Qué ha significado este estreno con la selección española?

A nivel colectivo fue una experiencia única. El sentimiento de que teníamos de hermandad los españoles nos diferenciaba del resto, no solo en la competición sino en lo cotidiano, en la convivencia, en la previa, siempre extrovertida y bohemia, incluso. Los que pisábamos la pista para competir o luchar contra el crono sentíamos la grada porque éramos una piña. Me sentí competitivo no solo durante un día, sino por las jornadas en las que competíamos como equipo. Los españoles lo vivimos, la verdad.

¿El objetivo es pensar en la absoluta?

Ahora estamos en año preolímpico y evidentemente el nivel de la marcha que tiene España es increíble y pensar en estar ahí para alguien como yo sería descabellado ya solo por intentar la mínima olímpica. Es algo sobrenatural. Soñar es gratis, pero también hay que ser consciente de mis posibilidades. El próximo año como atleta absoluto me planteo un objetivo base: hacer 1h23:00, es decir, alcanzar el registro de mi entrenador Basilio Labrador y con eso ya tener una referencia de mejora. Es una marca respetable y ese es mi principal objetivo, alcanzar la marca de Basilio.

¿Qué le aporta Basilio, otro histórico marchador?

Mucho, en lo deportivo y en lo psicológico ha sabido endurecerme y hacerme rudo compitiendo y entrenando. También me ha educado en valores del atleta, del respeto, compañerismo... fuera de la pista también hay aspectos que entre nosotros trabajamos que nos ayudan a avanzar en lo que es el equipo. No es solo dar un par de vueltas a la pista en un tiempo determinado, sino también hay aspectos externos en los que Basilio me ha ayudado. Ha sido un suplemento psicológico. Son valores impagables que me ha mostrado él y personas como Teresa Linares u otros más. La gente está muy equivocada cuando dice que el atletismo es un deporte individual.

Hay mucho trabajo, entonces.

Sí, por parte de todos. Especialmente por parte de mis padres especialmente, que me han apoyado bastante. Mi padre me despierta a las 7:00 horas para entrenar porque es lo que me gusta para conseguir el sueño. Ellos sí que han hecho el trabajo, son unos padres excelentes y gracias a ellos he podido tener tiempo para entrenar.

¿Y porqué la marcha y no otras especialidades?

Desde pequeño siempre me han gustado las pruebas de fondo y no sé si es por cultura o mentalidad, mi familia siempre me ha inculcado valores del esfuerzo y trabajo. No es una especialidad que precise de un esfuerzo corto o de un trabajo muy preciso y explosivo, sino que las marchas son pruebas que requieren más tiempo compitiendo y a nivel físico te permiten explotar cualidades físicas y mentales. Por eso me gusta la marcha, porque te da la posibilidad de competir más allá de lo que viene siendo tu motor, tus piernas.