El primer día que entró en el agua con una tabla tenía algo menos de 7 años. Fue durante un campamento de verano en Kontraola Escuela de Surf y desde el primer contacto con las olas el propio Cairo, sus padres y su entrenador -Félix Trujillo-, supieron que ese era el lugar al que pertenecía. 

“El agua fue su medio desde que nació y estuvo años pidiéndonos una tabla, pero no nos atrevimos a apuntarle a clases de surf hasta asegurarnos de que era un buen nadador”, afirma su padre, quien no tenía mucho conocimiento de este deporte hasta que su hijo pidió con insistencia comenzar a practicarlo. Al fin y al cabo el surf implica más que subirse a una tabla para coger una ola, es importante conocer el mar, las corrientes, y estar cómodo en un entorno que a veces puede llegar a ser hostil; y sus padres no querían pecar de imprudentes. 

Pero al fin consiguió que le inscribieran en el surf camp de Kontraola en Arona, y entonces se subió a la tabla y se puso en pie el primer día. Tardó menos aún en descubrir que ese era su deporte. Se enamoró del surf perdidamente y desde entonces no ha parado de surfear, crecer y ganarse un hueco entre los profesionales y aficionados de las islas, que ven en él un talento y estilo innegables con grandes perspectivas de futuro. 

El primero en ver ese amor compartido por las olas fue el propio Félix Trujillo, al que accedieron a través de unos amigos en común de la madre de Cairo. “Félix ha estado a su lado desde el principio, convirtiéndose en su entrenador, mentor, amigo y segundo padre”, afirma Sara, la madre de Cairo. Gracias al empeño y cariño de Félix a las pocas semanas de comenzar las clases estaba cambiando el corcho por la tabla dura y la arena por las rocas, con todo lo que ello conlleva. 

Desde hace tres años Cairo entrena casi a diario; donde compagina sesiones de surf acompañadas de vídeo-tecnificación con surf-skate… y el resto de días surfea libremente. Una media de 3 horas diarias -siempre que el mar lo permita- que puede compaginar con el colegio público al que acude en el sur de la isla gracias a que termina las clases a las 13h30. Al terminar las clases almuerza, hace la tarea y corre a buscar olas donde las haya. Aquí le acompaña su mentor Félix, “al que no sabemos cómo agradecer todo lo que está haciendo por nuestro hijo. Sin Félix esto no sería posible”, reconocen sus padres emocionados.

Esto tampoco sería posible sin el apoyo de patrocinadores como Spring Hotels, la tienda especializada de surf Palm Beach SurfShop, YOW Surfskate, y las cremas solares Seventy One Percent, diseñadas para surfers.

“Quiero seguir entrenando y llegar a ser profesional, pero también me encantaría ser biólogo marino para proteger a las orcas, mi animal favorito”, explica el pequeño Cairo desde el colorido vestuario para surfers del Hotel Bitácora, uno de sus principales patrocinadores y soporte en su desarrollo. 

Cairo tiene la suerte de tener a sus ídolos nacionales y locales como el gran Yago Domínguez (actual campeón de España) o la surfer e influencer Daniela Boldini, que le cuidan como a su propio hermano pequeño dentro del agua. Aunque éstos ya son adultos, la relación y tiempo que dedican a Cairo supone una gran motivación. En el pico de la ola sus compañeros destacan de Cairo su amabilidad y simpatía y reconocen que en cuanto entra en el agua “alegra el ambiente”.