En el arranque del que será su tercer curso en la Liga Femenina, el Clarinos Tenerife afronta una ocasión única: jugar una final de una competición nacional. Oportunidad que se les presenta a las de Claudio García en su condición de anfitrión de la Supercopa Endesa, a celebrar este fin de semana en el Santiago Martín. Eso sí, el Valencia Basket, rival de las moradas en semifinales (19:30 horas), no invita al optimismo en el cuadro lagunero... como tampoco lo hubiera hecho un cruce contra Perfumerías Avenida o Spar Girona, los otros dos contendientes del trofeo con el que arranca la temporada.
Precisamente ese papel de víctima es el que mejor puede interpretar esta tarde el conjunto isleño, sabedor de que no tiene nada que perder en su eliminatoria. El Clarinos llega a este primer choque oficial como un equipo prácticamente nuevo y aún sin hacer. Con el añadido de varias ausencias. Una, la de la nigeriana Anotye Nyingifa, que sigue arrastrando un edema óseo producido por una lesión de tobillo sufrida en el inicio de la pretemporada. La otra baja, ya prevista, la de Megan Walker, todavía jugando las series por el título de la WNBA. Una situación que obligará a asumir mayor responsabilidad a jugadoras como Kaela Davis, Janelle Bayley y María Pina, todas nuevas en la escuadra de Aguere.
«Llegamos bien», afirma su técnico Claudio García, satisfecho por la reciente gira por tierras peninsulares, «no tanto en lo que a baloncesto se refiere, sino para terminar de conocerse y unirse». Argumento, junto con el de «la veteranía de algunas jugadoras», para pensar que el Clarinos «podrá competirle al Valencia», al menos «durante muchos minutos del partido». «A la vez el ser nuevos y habernos conjuntado mucho mjás rápido de lo que yo esperaba puede ser una ventaja en estos momentos y hacer que el partido no resulte sencillo para ellas», añade el preparador isleño.
La situación es prácticamente inversa en el conjunto taronja. Y es que las de Rubén Burgos se presentan en esta Supercopa con prácticamente el mismo bloque con el que se proclamaron el curso pasado campeonas de la Eurocup. Solo un fichaje, el de Ángela Salvadores, mientras que recupera a la belga Janna Raman para cubrir su única ausencia, la de la australiana Rebecca Allen, también inmersa en los playoff de la WNBA. La calidad y experiencia de jugadoras como Queralt Casas, Cris Ouviña, Laura Gil y Anna Cruz son motivos más que suficientes para que el Valencia salga este sábado con el cartel de favorito. Como plus, Raquel Carrera, hasta hace nada promesa y hoy ya una firme promesa del basket nacional. Aún así, su técnico recela del Clarinos. «El anfitrión siempre tiene una motivación extra, y con el público en las gradas serán más competitivas. Es un equipo que siempre nos ha causado problemas, especialmente en su pista», apunta Burgos.
El Perfumerías Avenida tratará de defender el título conseguido la temporada pasada en el Bilbao Arena, con la posibilidad de conseguir su décima Supercopa. Lo hará contra el Spar Girona en la primera semifinal (17:00 horas) y con varias bajas: Bella Alarie, las dos hermanas Samuelson y Kahleah Copper. Su fichaje temporal, la croata Mia Masic es duda por una lesión muscular. Peor aún afronta esta cita el Girona, ganador de la Supercopa en 2015 y 2019 y subcampeón en 2012, 2017 y 2018. Llega sin las lesionadas Laia Palau, Frida Eldebrink y María Araújo y sin las norteamericanas Michaela Onyenwere y Kennedy Burke, que aún no se han incorporado al equipo de Alfred Julbe. «El Girona siempre quiere ganar. Faltan jugadoras, y está siendo difícil entrenar, pero el equipo saldrá a ganar», avisó la pívot Julia Reisingerová, convencida de que participar en la Supercopa es un premio y «un bonus al trabajo y al juego de la temporada pasada».
Perfumerías-Girona, primer cruce
