Michelle Alonso sumó ayer a su brillante trayectoria olímpica un diploma en la prueba de 200 libres S14, después de conseguir su primera meta, que era acceder a la final y poder nadar entre las ocho mejores. La nadadora tinerfeña, que ya protagonizó el emotivo momento inicial en los Juegos como abanderada nacional, acabó en la octava posición, con un tiempo de 2.19.67.

Alonso logró la clasificación como cuarta en su serie con un tiempo de 2:18.39, por detrás de Bethany Firth, Louise Fiddes y Ruby Storm. En la final, el oro lo consiguió la rusa Valeriia Shabalina (2:03:71), plata fue la británica Bethany Firth, que había ganado la serie en la que compitió la tinerfeña (2:03:99), y el bronce se lo colgó Jessica-Jane Applegate, también inglesa (2:09:53).

La nadadora del club Midayu Tenerife tiene su objetivo prioritario fijado en la tarea de revalidare su título olímpico en la distancia que ha dominado en los Juegos anteriores de Río y Londres, la final de los 100 braza. Primero tendrá que alcanzar una plaza entre las mejores, en la clasificación que se disputa la próxima madrugada, a partir de la 1:00. Ya, a las 9:26 de la mañana en España, Michelle espera estar luchando por su tercer oro olímpico en la final.

Jornada productiva.

Por tercer día consecutivo la natación volvió a impulsar el medallero. De nuevo fue con dos platas, una de la burgalesa Marta Fernández en los 50 metros mariposa, clase S4-S5 de parálisis cerebral, y otra del joven guipuzcoano Iñigo Llopis en los 100 metros espalda categoría S8 de discapacitados físicos. Cerca de las medallas se quedó María Delgado, que no tuvo su día y se quedó cuarta en los 100 espalda y sexta en los 400 metros estilo libre S13 de discapacitados visuales.