Entrevista | Pepe Valladares Presidente del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife

Pepe Valladares: «Pensemos un nuevo Círculo de Bellas Artes adaptado a estos tiempos»

El diseñador Pepe Valladares es, desde hace apenas una semana, el nuevo presidente del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. Afronta el reto, asegura, con la convicción de que la institución tiene que asentarse en el presente para tomar el impulso necesario hacia el futuro. Entre sus ilusiones para esta nueva etapa está la celebración del centenario y la incorporación de nuevos socios e ideas.

Pepe Valladares

Pepe Valladares / Andrés Gutiérrez

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Esta semana fue elegido presidente del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz pero no es la primera vez que dirige esta importante entidad cultural.

No. Sin apenas darme cuenta resulta que llevo más de diez años vinculado a la Junta del Círculo en varias etapas y en varias posiciones dentro de esa Junta. Cuando Dulce Xerach, y por motivos personales, dejó la presidencia yo asumí el puesto porque ella así me lo pidió. Pero bueno, yo siempre he sentido pasión por el Círculo. Luego fui elegido por mayoría en la única lista que se presentó y he estado también de vicepresidente con Alejandro Tosco. Y ahora, desde hace solo unos días, asumo la presidencia de nuevo.

Resultó vencedor el pasado lunes en unas votaciones con un resultado muy reñido. Superó a su contrincante, Dulce Xerach, por apenas cinco votos.

Sí, y eso demuestra la pluralidad que tiene el Círculo. En nuestra institución siguen conviviendo dos visiones que son también una constante en el mundo del arte y de la cultura. Es algo muy bueno que estas visiones existan y convivan de forma natural. No veo problema ninguno en ello sino todo lo contrario.

Presentó su candidatura bajo el lema «Un nuevo Círculo». ¿Cree que es necesario renovar la institución?

Era la propuesta que nos unió a una serie de socios después de varias conversaciones mantenidas a lo largo de algún tiempo con gente del mundo del arte en distintos momentos, en ciertas inauguraciones de arte y en tertulias. Desde hace mucho tiempo había un movimiento muy fuerte –que se acentuó incluso con el cierre que nos hicieron desde la Gerencia de Urbanismo debido a la denuncia de un vecino– y que tenía como conclusión que el círculo tiene que renovarse y repensarse. Esa frase se ha asentado de manera muy clara entre mucha gente, entre nuestro equipo y entre gente de fuera. Es un concepto que significa que si cumplimos 100 años, es necesario que digamos, pensemos y decidamos un nuevo Círculo adaptado a estos tiempos.

Un nuevo Círculo adaptado a estos tiempos, pero que afronta, como bien acaba de decir, una fecha muy importante que es la celebración de su centenario el año que viene. ¿Tiene ideas ya pensadas para esos festejos o va a someterlo a consulta entre los socios?

Bueno, el trabajo en sí comenzará esta semana cumpliendo con los plazos habituales. Hasta ahora esto ha sido primero una carrera y después una avalancha. Hemos tomado impulso y todo se irá asentando a partir de esta semana. Por supuesto, tenemos este reto y el debate se va a llevar a lo largo de este año. Completaremos lo que ya se inició con gran acierto por parte de la Junta anterior, que era el tema de la obra, la culminación de las subvenciones y la preparación del centenario. El centenario del Círculo va a representar un anhelo común de todos, va a partir de un diálogo con todas las partes y con todos los socios. No es un proyecto definido desde ahora, es un objetivo y se va a crear desde el consenso, está claro.

Cuando habla de ese nuevo Círculo adaptado a los nuevos tiempos, parece que no hay mejor momento que ahora que coinciden dos cosas. Por un lado, la feliz reapertura de la institución después de estos años cerrado. Por el otro, está el centenario. ¿Es el momento de recuperar el protagonismo del Círculo en la vida social y cultural de Tenerife?

Eso es algo que está en la cabeza de todo el mundo. Son las cosas malas, como lo fue el cierre, que se convierten ahora en buenas cuando lo ves con una visión positiva, con una visión de optimismo e histórica, incluso. La reapertura y esa renovación del edificio –que no es que sea solo el corazón del Círculo, es nuestro lugar y nuestro cuerpo– es la apertura del lugar donde van a ocurrir las cosas. Y el centenario es una conjunción que en el fondo es maravillosa. Inevitablemente se van a celebrar nuestros orígenes, que son muy valiosos. El Círculo nació en un momento de vanguardia, de debate e integración. El año que viene es probablemente un año que va a ser muy importante para el Círculo, por supuesto, pero también para la ciudad, para la Isla y para el mundo de la cultura de Canarias. Va a tener que serlo.

Hablaba el otro día con Alejandro Tosco, que cierra su periodo como presidente del Círculo, de que el edificio está terminado y solo falta dotar el teatro. El dinero para ello ya está consignado, ¿no?

El compromiso de las tres administraciones está ahí. Este tipo de trámites con las administraciones públicas requieren de una elegancia absoluta, de una transparencia y una vigilancia permanente, porque es dinero público. Es dinero de todos y a mí me parece muy bien que sea así. Hay que completar todos los procesos. Sabemos que el Ayuntamiento ya lo tiene muy avanzado y que probablemente ya esté prácticamente listo para hacerse efectivo. Tenemos que resolver con el Gobierno y con el Cabildo. Pero, vamos, esto es una tarea que se afronta con normalidad. Alejandro Tosco fue la primera persona que me vino a felicitar y a darme un abrazo cuando terminó el recuento de votos y me dijo que contara con él. Y por supuesto que será así. Esto es el Círculo, aquí no hay otra cosa.

Si no me equivoco, en su plancha dejó unos puestos libres de vocales porque quiere incorporar nuevas ideas. ¿Cómo es esto?

Para mí lo más importante es hacer equipo y no me gustan los modelos que se han ido estableciendo, ese modelo que se ha ido estableciendo de manera natural en los que la figura del presidente tiene demasiado peso. Creo que la forma de empezar a cambiarlo es empezar a plantear las cosas de manera distinta. No quisimos completar todos los puestos de vocales que nos permiten los estatutos, que son 12. Todo lo contrario, dejamos eso muy abierto para que, de forma natural y con diálogo, se incorpore cualquier persona del mundo de la cultura –esté ya en el círculo o se vaya a incorporar– que aporte algo desde las distintas ramas del arte y desde la perspectiva de ilusionante de crear una entidad que vaya a renovarse. Esto era una decisión estratégica. Por eso dejamos libres siete puestos y de hecho hay gente que ya tiene ganas de entrar.

Actualmente, y si no me equivoco, el Círculo cuenta con 245 socios. ¿Entra dentro de sus objetivos lograr atraer a nuevos socios?

Con el cierre del Círculo hubo una caída natural, y comprensible, de socios. La realidad es que ya se han incorporado unos 80 socios nuevos a lo largo de estos cuatro años. Ahora estamos asistiendo a un retorno de muchos socios que están volviendo de manera natural. Fíjate que incluso a partir del día de las elecciones, al día siguiente, ya estábamos recibiendo un montón de llamadas de mucha gente diciendo que quería entrar. Personalmente me alegro mucho de que ciertas personas que tienen mucho que ver del mundo de la cultura hayan manifestado ese deseo.