Jaume Plensa relata su proceso creativo y los secretos de sus rostros de mujer

El artista catalán visita Tenerife con motivo del 50 aniversario de la ‘I Exposición Internacional de Escultura en la Calle’

El escultor Jaume Plensa durante su intervención en Tenerife.

El escultor Jaume Plensa durante su intervención en Tenerife. / Alex Rosa-Fundación CajaCanarias

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

«Por favor no tocar, acariciar». Este es el cartel que el artista catalán Jaume Plensa querría que acompañara a todas sus esculturas. Y este podría ser perfectamente el que se mostrara junto a la última obra suya que ha sido inaugurada el jueves 14 de diciembre en Santa Cruz de Tenerife. El artista mundialmente reconocido presentó Carla, uno de sus gigantes rostros de mujer y que ha llegado a Canarias con motivo de los actos de conmemoración del 50 aniversario de la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle. «A veces con la vista no es suficiente para admirar una obra y por eso necesitamos percibir la rugosidad o la temperatura de una escultura a través del tacto», expresó Jaume Plensa durante un encuentro en que habló de su obra y de la importancia de exponer en el entorno urbano.

La sesión llevó por título El espacio público: un diálogo con la comunidad y, en ella, el artista barcelonés invitó a los asistentes a conocer su proceso de creación, no solo a través de sus palabras sino además con fotografías de los trabajos que viene realizando desde hace años alrededor de todo el mundo. La sesión, que también contó con la intervención de arquitecto Rafael Escobedo de la Rīva, fue el último de los encuentros programados con motivo del 50 aniversario de la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle. La Fundación CajaCanarias ha conmemorado con estos diálogos este cumpleaños para visibilizar políticas e iniciativas culturales que fomentan la inclusión del arte público en el entramado urbano. Precisamente Escobedo aseguró que con los actos que se han celebrado a lo largo de este año «hemos recuperado el espíritu de la primera muestra, porque hemos trabajado gracias al esfuerzo de muchas personas y, gracias a las instituciones, hemos podido llevar a cabo grandes hitos», como ha sido la inauguración de una nueva escultura de Plensa en Tenerife.

El escultor catalán se ha vuelto a reunir así con el público tinerfeño después de que en el año 1994 recalara por primera vez en Canarias con la inauguración de Islas, una pieza que forma parte de la segunda edición de la Exposición de Escultura en la Calle y que, aunque inicialmente se ubicó en la Rambla de Santa Cruz, desde el pasado mes de marzo se puede admirar en el Parque García Sanabria. Jaume Plensa sentenció que estar de nuevo en Tenerife «es como jugar en casa» y por eso comenzó hablando del proceso de creación de Carla, el rostro de mujer que ya se puede contemplar en el exterior de TEA Tenerife Espacio de las Artes.

Reconoció que la instalación de esta pieza en la capital chicharrera ha supuesto un largo camino que no obstante ha terminado en un dulce regalo para el escultor ya que «mi vinculación con la palabra escrita ha sido muy fuerte desde siempre y me parece estupendo que esta pieza se haya colocado finalmente en la entrada de una biblioteca». Por eso, ahora, el catalán espera poder ver a los tinerfeños leyendo bajo su escultura, que además se ha orientado mirando hacia la torre de la Parroquia de la Concepción, como referencia hacia el lugar fundacional de la ciudad y de la Isla.

Pero no solo el rostro es lo importante en esta pieza. «Cuando era niño, iba al Museo Nacional de Arte de Cataluña y me encantaba admirar las tallas, aunque lo que más me gustaba en realidad era mirar sus espaldas porque eso me hacía preguntarme hacia dónde estaba mirando la escultura», expresó el artista, quien reconoció que «me ha costado decidir cuál sería la orientación final de Carla». En ese punto de su intervención mostró algunos de los inmensos rostros de mujer que ha venido instalando en diferentes ciudades de todo el mundo a lo largo de los últimos años. «Defiendo la diversidad con estas obras», afirmó.

Así, la ilusión óptica siempre ha interesado al autor catalán con estas piezas realizadas en hierro fundido, «de manera casi ancestral en un taller de Zaragoza».Se trata de un proceso «muy vinculado a lo que podría ser el nacimiento del mundo». Precisamente el artista comenzó a trabajar con este material porque le fascinó el proceso de fundición «que no permite el retoque». «Hablar de todo esto en una isla como Tenerife, que tiene esa naturaleza tan extraordinaria, me hacía pensar que Carla era una pieza muy adecuada», concluyó el artista quien defendió la instalación de piezas de arte en el espacio público: «La calle tiene algo que no tiene todo lo demás, y es que no hay reglas. El objeto artístico ha de sobrevivir por sí mismo».