Entrevista | Roberto Santiago Director de cine, guionista y escritor / Autor de 'La rebelión de los buenos'

"Lo mío con Tenerife es fruto de un amor a primera vista"

El director de cine madrileño, creador de 'El penalti más largo de mundo", escribió en Los Abrigos parte de la trama que le dio el Premio de Novela Fernando Lara

Roberto Santiago (Madrid, 1968).

Roberto Santiago (Madrid, 1968). / Javier Ocaña

Como director de cine se atrevió a tirar ‘El penalti más largo del mundo’ hasta recaudar en taquilla 5,1 millones de euros y, un poco más tarde, como novelista ganó el Premio Fernando Lara con ‘La rebelión de los buenos’, una trama que Roberto Santiago (Madrid, 1968) impulsó desde su retiro vacacional de Los Abrigos (Granadilla) en la que unos abogados van a cuchillo contra una empresa farmacéutica.

Después de experimentar con géneros literarios algo más «blandos» y publicar ‘Anna’, da la sensación de que se quiere quedar un ratito más en el lado oscuro.

La rebelión de los buenos es mi segunda novela negra, un género que he devorado como lector, pero al que le tengo mucho respeto. Haber «jugado» con intrigas y misterios en muchas de las historias que he escrito me sirve para que no me sienta un extraño en este terreno.

Salvando las distancias, esto debe ser algo así como abrir un bar de tapas... ¿Todos saben que el chef tiene buena pinta, pero hay que probarlas?

Ja, ja, ja... ¡Está bien visto; me la apropio! [vuelve a sonreír] Nunca lo había pensado, pero sí, el ejemplo es bueno. Todo tiene buena pinta y parece rico, pero hasta que no lo pruebas no puedes decir que te gusta... No sé si tienes esta información, ¿pero sabes dónde he escrito casi todos los capítulos de La rebelión de los buenos.

No tengo ni idea...

...en Los Abrigos.

Para un tío nacido en Carabanchel poder ir a la playa en noviembre o diciembre es algo maravilloso"

¿Buenas zonas de baño, mucho viento y buen pescado?

Y buenas personas... Llevo tres años pasando los inviernos en el sur de Tenerife.

¿Me está contando que es uno de esos escritores que emigran al sur cuando el frío «secuestra» a la España continental?

Para un tío nacido en Carabanchel (Madrid) poder ir a la playa en noviembre o diciembre es algo maravilloso. Los días más ventosos –en Los Abrigos– me acerco hasta Las Américas.

¿Qué le trajo tan al sur?

Mi primera película, Hombres felices, la rodé en Tenerife y aquello se convirtió en un amor a primera vista... Me quedé un tiempo allí y tuve la fortuna de conocer bien la Isla. A los madrileños nos agrada perseguir el mar, buscar algo como lo que yo he encontrado en Tenerife, que, por cierto, aparece en la trama. También Carabanchel.

«Para que el mal triunfe sólo es necesario que los buenos no hagan nada». A partir de esa frase, impresa en las primeras páginas de la novela, es difícil no enganchar a los lectores.

Es una frase de Edmung Burke que he utilizado como cita y que ilumina toda la novela. En ella se concentra la lucha de unas personas anónimas, en este caso abogados e investigadores, que logran rebelarse en contra de una gran farmacéutica internacional... La sociedad está un poquito anestesiada y necesita provocar estas sacudidas; no es bueno dar por hechas las cosas sin luchar por ellas.

No sé por qué, pero tengo la sensación de que hay algunos anclajes con la película ‘El informe pelícano’.

Algo hay [admite sin rodeos]; sí, algo de eso hay... En mi caso, un grupo de abogados se enfrenta en un gran proceso judicial a una corporación farmacéutica. Yo también he leído mucho a John Grisham [El informe pelícano, El jurado, La tapadera...]. Son historias de David contra Goliat que nos gusta leer porque al final vienen a demostrar que nunca hay una causa perdida del todo...

Ésta es una trama prepandémica, ¿no?

La ficción de La rebelión de los buenos (Planeta) se desarrolla entre 2018 y 2019, es decir, días antes de que estallara la crisis sanitaria del coronavirus. No cito ni al covid ni a la pandemia, pero esta trama acaba justo en esas navidades... Todos sabemos lo que empezó ahí y por esa razón es normal que muchos lectores piensen: ¡Ostras, lo que viene ahora!

Vuelve a Carabanchel, que es un barrio que ya retrató al dirigir ‘El penalti más largo del mundo’.

Sin desvelar mucho más de la novela, al principio de todo aparece una empresaria farmacéutica muy poderosa que se presenta en Carabanchel para contratar a un humilde despacho de abogados. El lector se puede llegar a preguntar cómo es posible que una mujer con tantos recursos vaya a un bufete tan modesto. La respuesta hace que el lector se enganche a la trama de salida...

‘Anna’ fue algo así como un laboratorio literario para mostrar su perfil menos amable...

...eso estaba dentro de mí, sólo había que tirar de él para enseñarlo. Millás, que es uno de mis maestros, tiene una frase que es antológica: «uno en la vida se dedica para lo segundo que tiene más talento, porque si te dedicaras a lo primero y fracasas no lo soportarías». 

¿Cómo lleva lo de tener un pie en el cine y el otro en la literatura?

Yo no me planteo decidir en qué lado estoy porque entiendo que ambas escrituras [guiones y novelas] me enriquecen como autor... Yo me siento un contador de historias que ha tenido la fortuna de dirigir películas, algunas series de televisión y escribir unas cuantas novelas –ganador del Premio Barco de Vapor, el Cervantes Chico y el Fernando Lara–, es decir, que he estado en alerta para cambiar de lenguaje, formato y género cuando más me apetecía. Un escritor está obligado a aprender algo nuevo cada día.

Vamos, que la piel de ‘La rebelión de los buenos’ y ‘El penalti más largo del mundo’ es distinta, pero el alma no.

Al margen de la evolución y las mejoras que haya acumulado como narrador, que espero que sean apreciables por los lectores, esas historias comparten calles en Carabanchel, las dos tienen un héroe anónimo y ambas, a pesar de que una sea una novela negra y la otra una película de comedia, hablan de personas de a pie que, de repente, luchan contra el poder establecido a diferentes escalas.  

¿Habrá más?

Por lo menos una tercera. No sé aún cómo la voy a armar, pero intuyo que el thriller y la novela negra serán los ingredientes principales.