Viviendas para una tierra rica en paisajes y creativa

Un entorno atractivo socialmente, vibrante, y con espacios verdes y naturales cercanos mejora la calidad de vida de sus habitantes

No son lo mismo las viviendas sociales de la imagen superior, de baja calidad arquitectónica, proyectadas por el gobierno de Canarias en Lanzarote y que no respetan el paisaje de esa Isla entre otras cosas, que la de la foto sobre estas líneas, promovidas por Visocan en los años 90, diseñadas por AMP con estudio de la ventilación, de la orientación al viento, a las mejores vistas y protegidas del ruido. | ELD

No son lo mismo las viviendas sociales de la imagen superior, de baja calidad arquitectónica, proyectadas por el gobierno de Canarias en Lanzarote y que no respetan el paisaje de esa Isla entre otras cosas, que la de la foto sobre estas líneas, promovidas por Visocan en los años 90, diseñadas por AMP con estudio de la ventilación, de la orientación al viento, a las mejores vistas y protegidas del ruido. | ELD / dulce xerach pérez Abogada y Doctora en arquitectura, Investigadora de la universidad europeadulce xerach pérez

Dulce Xerach

Se habla mucho de que hay que construir viviendas o poner las vacías en alquiler a precios asequibles, todos los partidos dicen lo mismo más o menos. Pero no van más allá.

Ninguno habla de ¿qué viviendas son las que necesitamos lo seres humanos para vivir con dignidad, seguridad y saludablemente? Nadie habla de ¿cómo deben ser esas viviendas?, ¿dónde se deben situar?, ¿qué materiales y y características debe incluir su diseño?

La salud mental puede verse afectada por numerosos factores, y uno de ellos es el urbanismo. La forma en la que se distribuyen las ciudades y cómo se concentran los edificios residenciales son clave en el riesgo de desarrollar numerosos trastornos y enfermedades. Un estudio realizado en Dinamarca, y publicado en la revista Science Advances, ha observado que las personas que viven en los barrios residenciales de las ciudades tienen un riesgo mayor de depresión que las que habitan en los centros urbanos o en el entorno rural. En la investigación han analizado la densidad de edificios (el área construida en comparación con el espacio abierto), los materiales, la ventilación, la luz y la altura de estos.

Por hablar de una política que en Canarias no nos afecta pues se presenta en Madrid, pero que es representativa de la generalidad de discursos sobre vivienda en esta campaña electoral. La señora Maroto dice que hay que buscar soluciones intermedias (en el tiempo). Habla de que construirán de 15.000 viviendas públicas de alquiler y que eso se puede hacer en ocho años, pero no aborda nunca el tema de qué tipo de viviendas, no habla de su calidad, de su confort, de la orientación, ni el tipo ni del lugar, ni diferencia nada de nada, obviando que ningún solar es igual a otro y todos no sirven para vivir decentemente.

En definitiva, no habla de lo que la ley de contratos públicos exige, que es la gran calidad. Y la gran calidad en arquitectura solo pueden hacerla unos buenos pliegos que lo permitan, y buenos arquitectos capaces de solucionar con destreza y eficiencia los problemas de vivienda que tenemos, con simplicidad pero con altura creativa, de manera segura y saludable y además aportando belleza a las ciudades porque también mejora la vida vivir en un entorno atractivo socialmente, vibrante, y con espacios verdes y naturales cercanos.

Así que no es suficiente prometer viviendas, sino que es necesario abordar el tipo de viviendas que se van a construir y adaptarlas a cada lugar, a cada paisaje y a cada paisanaje.

Además todos sabemos que para resolver el problema actual construir nueva vivienda no es suficiente porque el problema de la vivienda lo tenemos que abordar también en el corto plazo y eso requiere contar con viviendas ya construidas que están vacías pero, no con cualquier vivienda vacía, sino con aquellas que tengan las condiciones espaciales adecuadas, y un entorno social digno para vivir en libertad y en comunidad.

Y por supuesto contando con los privados que son los dueños de esas viviendas vacías, porque una ciudad, un archipiélago, un país no se construye sin la sociedad, y si queremos tener futuro tenemos que aspirar en todos los ámbitos de la vida a ser creativos en formas de colaboración público-privadas, y más en unas islas tan turísticas como las nuestras.

Ese ser creativos implica también una técnica correcta y un plus, lo cual no puede hacerse más que a través de una respuesta arquitectónica adecuada al lugar, a la altura de la sociedad que queremos ser en el presente y el futuro, ya sea una construcción nueva o una reutilización adaptativa de múltiples espacios existentes, como espacios históricos en declive o como algunos inmensos locales comerciales que, con inteligencia y talento arquitectónico, podrían ser reconvertidos en viviendas a una velocidad muy alta.

Es decir, la política de hoy ha olvidado algo que los buenos políticos de las primeras décadas de la democracia tenían siempre presente, que la arquitectura es una herramienta estratégica para lograr los objetivos de dignidad social, de barrios inclusivos que permitan un mejor futuro.

Suscríbete para seguir leyendo