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Reyes Calderón | escritora / Autora de ‘El juego de los crímenes perfectos’

«Todas las sociedades tienen velos que impiden ver la realidad»

Reyes Calderón (1961, Valladolid). | | CARLOS RUIZ B.K.

¿Cómo se siente al borde de su proyecto literario 12+1?

Yo no creo demasiado en ese tipo de cosas. Hoy [por el miércoles] me han preguntado en varias ocasiones si me gustaba el título El juego de los crímenes perfectos. A mí sí pero a la que no le hace mucha gracia es a mi madre, que siempre me dice que a ver si escribo algo de poesía y, además, fue ella la que me llevó a un colegio de monjas.

¿Y de un colegio de monjas se pasó al lado oscuro?

Es un lado oscuro en el que hay mucho contexto blanco. De hecho, la portada del libro es muy blanca.

Antes de hacer la «autopsia» a su última novela, ¿qué le parece lo que está ocurriendo alrededor de los abusos sexuales supuestamente cometidos en el pasado en varios colegios religiosos?

Usted sabe que soy una mujer de Matemáticas a la que le cuesta más de la cuenta realizar un análisis sin tener los datos en mano... Sí que he visto que hay muchos casos antiguos y, por lo tanto, eso significa que hemos mejorado como sociedad... Todo lo que se tenga que juzgar donde haya niños en medio hay que juzgarlo. No se puede dejar de lado a los vulnerables y, sinceramente, creo que la Conferencia Episcopal acaba de dar un paso firme al anunciar que está por la labor de investigar todo aquello que genere sospechas.

Fosas comunes por descubrir, niños robados, catálogos de edificios que agitan la memoria histórica, abusos sexuales cometidos presuntamente por religiosos... ¿Este es el último velo del franquismo?

[silencio] Siempre existe un velo más, es decir, que no conviene descartar que aparezca algo nuevo. Todas las sociedades tienen sus velos, no solo España... Es verdad que algunas los tienen más gruesos que otras pero al final esos lastres acaban formando parte del universo literario. Sobre todo, el de la novela negra. Los escritores solemos aprovecharnos de ese «puntito» de denuncia para poner sobre la mesa temas por los que los medios de comunicación suelen pasar de puntillas o de largo.

¿Esos ángulos de opacidad se suelen convertir en un filón para un escritor/a?

Sí que lo son... Durante la pandemia, por ejemplo, no se podían realizar autopsias. Si alguien planifica un asesinato este es el instante perfecto para hacerlo usando métodos que son indetectables sin la realización de un examen forense bastante detallado.

¿Y así es como nos plantamos en las páginas de ‘El juego de los crímenes perfectos’?

No podía desaprovechar el velo de silencio que había caído encima de toda la humanidad. La morgue que se montó en el Palacio de Hielo de Madrid es el escenario de un fallecimiento que queda enmascarado por las cifras del covid-19, pero que se produce en unas circunstancias muy diferentes. No, esta no fue una muerte natural.

¿Esta es una historia que tenía pensada antes de la pandemia o se le cruzó en el camino?

Para un asesino frío la actual crisis sanitaria es el escenario ideal sobre el que dibujar un crimen. Si no hay autopsias, no hay pruebas... Jugar con ese féretro que nadie reclama mientras el Palacio de Hielo camina hacia un esperanzador vaciado se convierte en la línea de salida de El juego de los crímenes perfectos.

¿Es curioso cómo un cadáver que nadie reclama es capaz de dar tanto juego?

Y eso que me contengo [ríe]. Soy una autora que suele podar mucho los textos: las historias nacen de una manera y terminan de otra. En eso consiste la «jardinería» de la creación literaria. Esa poda es necesaria porque hay que pensar más en el lector y menos en el escritor.

En su larga y exitosa trayectoria como novelista suele jugar al «poli bueno» y al «poli malo» con jueces, sospechosos, investigadores... ¿Esa fórmula también se aprecia en los movimientos del juez Calvo, la doctora Padierna o el agente Salado?

Nunca había construido una trama en un hospital entre bambalinas y el resultado ha sido impresionante. El ecosistema que hay en un complejo sanitario es apasionante, mucho más cuando estás obligado a enfrentarte a una situación tan difícil como la que aún están sufriendo los sanitarios. Esta pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de las personas. Dos años después del inicio de este drama social desconfiamos hasta de nuestra propia sombra.

La literatura está tocando mucho y desde distintas perspectivas la crisis del coronavirus.

Es lógico que todos hablemos de la pandemia cuando aún llevamos la mascarilla puesta... En la primera conversación con mi editora aparecieron dudas sobre si era bueno escribir del tema, si aún era demasiado pronto, si el lector lo iba a entender... Todas las incertidumbres desaparecieron en cuanto leyó los primeros capítulos.

¿Qué lleva a una mujer de números a consolidarse como una de las grandes damas de la escena negra nacional?

Esa es una labor que han hecho los lectores que han apostado por una de mis historias. Mi objetivo es sumar aliados que estén dispuestos a viajar a los escenarios que les propongo.

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