TEA Tenerife Espacio de las Artes acogió este viernes, por segundo día consecutivo, la presentación de un proyecto expositivo nuevo. Para que haya fiesta tiene que danzar el bosque es una colectiva que estará abierta hasta el 12 de septiembre en la Sala C de esta sala de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife. Comisariada por Michy Marxuach, su ubicación y coincidencia temporal con Jardín satélite no es casualidad. «Me parece extremamente interesante que estas dos exposiciones coincidan», explicó el director artístico de TEA, Gilberto González. «De hecho, el espacio se ha pensado de forma circular. Hay un momento en el que ambas muestras se entremezclan porque ambas están reflexionando sobre el momento, sobre este tiempo de crisis –una crisis más amplia y epistemológica–», añadió.

Los gestores de la sala y la curadora puertorriqueña coincidieron en afirmar que esta colectiva –integrada por una veintena de proyectos multidisciplinares de un centenar de artistas– nace con el objetivo de «abrir este espacio de diálogo con el objetivo de derruir una serie de conceptos y cuestiones en las que estamos anclados».

El horario de visita se extenderá de martes a viernes de 12:00 a 20:00 horas y los sábados, domingos y festivos de 10:00 a 20:00 horas. Además, la exposición llega acompañada de varias actividades paralelas. Hoy, por ejemplo, tendrá lugar la proyección de la película Kon Kon, de Cecilia Vicuña. Tendrá lugar a partir de las 12:00 horas y para asistir es necesario solicitar plaza a través del correo electrónico actividades@teatenerife.es.

El consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes a la presentación de este viernes. «En ocasiones, los artistas nos hacen reflexionar sobre los aspectos cotidianos de la vida, aspectos que llevamos a cabo casi de manera automática y sin prestar demasiada atención. Esta exposición es una muestra de ello», explicó el portavoz insular.

La nómina de artistas y proyectos que participan en esta experiencia incluye a Carla Zacagnini, Cecilia Vicuña, Chris Marker, Alain Resnais, Dominique Ratton, Ensayos (Christy Gast, Camila Marambio, Rosario Ureta, Alejandra Figueroa, Hemany, Carolina León Valdebenito, Gabriela Mataloni, Nicole Püschel, Antonieta Eguren, Adriana Urciuolo, Bárbara Saavedra, Carolina Saquel, Caitlin Franzmann, Hemany Molina, Carla Macchiavello, Denise Milstein y Randi Nygård), Florian Dombois, Jochi Melero, Mónica Rodríguez, Onda Corta (Néstor Delgado y Maria Laura Benavente) y Transhemisférica (Jonatan Habib Engqvist, Luis Berríos-Negrón, Maria Kamilla Larsen, Taru Elfving y Michy Marxuach). Todos ellos, de forma individual o colectiva, muestran sus obras en Para que haya fiesta tiene que danzar el bosque.

Hay que sumar, además, al proyecto colaborativo Portales. Participan en esta experiencia, que cuelga por las salas en forma de carteles, los artistas Adrián Flores, Ernesto Pujol, Daniasa Curbelo, Jenny Perlin, Runo Largomarsino, Ramiro Chaves, Chaveli Sifre, Nikolina Ställborn, Gala Berger, Band of weeds, Diego del Pozo Barriuso, Alia Farid, Karla Claudio-Betancourt, Nesta, MitiMiti, Lotta Petronela, Eliana Otta, Kristine Strømberg, Alana Iturralde, TVGOV, Mai Ulrikka Sydendal, Sarah Hamilton, Blockadia Tiesfee, Galas Porras Kim, IC-98, FRAUD, Ela Spalding y Mai Ulrikka Sydendal, entre otros. Además, durante los tres meses que se extienda la exposición, seguirán uniéndose a estas propuestas otros creadores de todo el planeta.

«En los últimos tiempos y casi de forma casual, hemos dedicado esta sala a reflexionar sobre la arquitectura. Esta que abrimos hoy no es una exposición de arquitectura pero sí piensa el espacio y en cómo, a veces, diseñamos de tal forma que no propiciamos que estemos juntos para poder hablar de aquello que nos interesa, aquello que nos podría incluso hacer sobrevivir como especie», insistió González.

Por su parte, la comisaria animó a la ciudadanía a acudir y participar en una propuesta que no se da por zanjada con su apertura sino que necesita de la participación de los espectadores para completar sus «múltiples capas».

«Este proyecto habita en un lugar, que es el museo. El museo ya tiene seres que viven aquí y no solo los seres humanos», explicó Marxuach. «No soy arquitecta ni diseñadora pero me interesa pensar en que a veces la manera en la que nos organizamos en los espacios también dicta procesos de dominio y determinan nuestra forma de entender las relaciones y las narrativas. Quería identificar cuáles eran los espacios que ya funcionan como herramientas que este museo para trabajar desde ahí y en conversación con los artistas», añadió.

La muestra se completa con piezas de los fondos de TEA que se dialogan con las ideas de artistas como Mónica Rodríguez o Florian Dombois. Es el caso de obras firmadas por de Andreu Alfaro, José Ramón Anda, María Belén Morales, Joaquín Rubio Camín, Martín Chirino, Esperanza D’Ors, José Luis Fajardo, Jorge González, José Herrera, Walter Marchietti, Aurelia Muñoz, Stipo Pranyko y Eusebio Sempere.