La Laguna recibe el VIII Festival Internacional de Cortometrajes Tenerife Short, que se desarrollará hasta el domingo 27 de junio en el Teatro Leal. Se proyectarán 45 cintas de cuatro continentes y, con un marcado acento canario, esta edición incluye una clase magistral y las habituales secciones a competición.

Esta edición se centra sobre todo en el cine, frente a otras anteriores que contaron con actividades como conciertos.

Mantenemos la parte formativa en esta ocasión pero los conciertos no, y nos da mucha pena. Espero que en la novena edición podamos recuperarlos e incluso ya estamos pensado lo que haremos en la décima con algunos de los grupos que han colaborado con nosotros a lo largo de todos estos años y que nos han prestado gratuitamente sus canciones para los anuncios del festival. Sería muy bonito hacer algo con ellos en directo para celebrar los diez años. Es algo que nos gusta y queremos continuar, pero este año no toca.

¿A qué responde la presencia tan importante del cine hecho en Canarias en esta edición?

La retrospectiva de cortometrajes canarios con la que cerraremos esta edición fue una propuesta de Jairo López y me pareció perfecta. A ambos nos pareció el momento perfecto y nos gustó centrarnos en la primera década del siglo XXI. Fue en este momento cuando se produjo la revolución digital que trajo tantos cambios y democratizó el cine en Canarias e hizo que mucha gente que estaba empezando o quería hacer cine pudiera hacerlo. No era una cuestión de dinero sino de voluntad. El cine digital permitió que cualquier cámara de cine casera fuera una cámara para contar una historia. En Canarias eso ha hecho que en las últimas dos décadas se haya hecho más cine que en los cien años anteriores. En las Islas hubo una generación que creció bajo el paraguas del Festival de Cine de Las Palmas, que hace cine con un sesgo menos narrativo y más experimental y que cede importancia a lo conceptual y a los espacios y menos a los personajes y los diálogos. Me parecía muy interesante resaltar este fenómeno ahora que ya ha pasado cierto tiempo. Hablamos de directores que ya tienen una carrera formada y por eso creo que es una idea perfecta para este año, cuando vamos a poder contar con su presencia para que el público esté en contacto con ellos.

Tiene la oportunidad de visionar multitud de cortometrajes al año, con motivo de este festival y de otros en los que participa. ¿Qué valoración hace de la producción de estos últimos tiempos?

Es un año raro pero a nivel de calidad y de número de películas interesantes no es un año peor que otros. En la competición canaria tenemos un nivel muy alto y además con mucha gente joven que hace su primer o segundo corto. Hay una generación nueva que está llegando y que nos apetece mucho que tengan una ventana en Tenerife Shorts para mostrar sus trabajos. Yo diría que cuatro de los seis cortos seleccionados son de cineastas noveles y también están muy presentes las mujeres.

En ese grupo de nuevos directores, ¿qué destaca más, el mensaje o la forma del trabajo?

Hemos tratado que en la competición canaria se mantenga el estilo y la forma del festival, el concepto de que el cine es multiforme y no queremos encorsetarlo en un único género sino que queremos mostrarlo como un lenguaje que se puede enfocar desde diferentes géneros, puede hibridar temas y puede mostrar pequeñas cosas nuevas que hacen que, no solo el espectador, sino que tampoco los programadores caigan en la monotonía. Se hacen muchas películas, muy parecidas, con una forma de narrar estándar, aprendida en escuelas de cine que trabajan de una forma industrial y aunque podemos tener algo así en el festival, a nosotros nos interesan más las historias propias, subjetivas, que tengan algo que decir.

Parece que este año el festival hace más hincapié en las mujeres cineastas.

El festival siempre ha mostrado el trabajo de un número importante de directoras, quizás por esa visión subjetiva que ellas aportan y porque en la última década cada vez hay más mujeres que cuentan historias distintas y de una forma diferente. Son cosas que antes no se veían porque no había dirección femenina y eso se notaba en las historias. Ahora las cintas hablan sobre muchas experiencias personales que quizás los hombres no han contado o al menos no lo han hecho de la misma forma porque no trasmiten esa profundidad o verdad que tienen las historias narradas por mujeres. Creo que existe esa diferencia y que nosotros siempre la hemos apreciado. Además, ahora que Andrea Patru está encargándose de la programación, a lo mejor se nota un poco más.

Por primera vez una película de Senegal se proyecta en el festival. ¿Han ampliado la búsqueda a propósito en nuevos países o ha sido una casualidad?

Llevábamos tiempo tratando de encontrar una película de allí. Pero, al igual que no programamos para que haya directoras, tampoco buscamos películas de un país determinado, simplemente nos tiene que convencer la cinta, sea del género que sea. Nos tiene que parecer una película valiosa y esta en concreto, Sër bi, de Moly Kane, nos gustó mucho. Nos parece una película muy fina en el plano de la dirección y en el reparto, y creemos que la gente la va a disfrutar. Además, la hemos programado de forma que generará una conversación muy interesante después de la proyección porque se mostrará en el tercer bloque junto a otras películas que van a dialogar de forma muy interesante con esta cinta.

Este festival siempre se ha mostrado muy a favor de las nuevas generaciones de cineastas y en esta ocasión incluso usted ha destacado la presencia de estos nuevos talentos. ¿Cuáles son los retos a los que se deben enfrentar estos nuevos profesionales en la actualidad?

Los retos son, sobre todo, los creativos. El presupuesto de la película puede influir pero lo importante es querer hacerla y seguir adelante y sacar el proyecto de una forma o de otra. Otros años hemos tenido clases magistrales para gente joven de parte de directores o productores y vemos que hay una gran cantidad de gente que quiere hacer cosas. En su intervención, Jairo López le va a dar un aire diferente porque no es el típico productor sino que es un productor creativo que busca cineastas y también ayudar con su punto de vista para ver cómo podría funcionar mejor una obra que se va a proyectar en salas.