Tradición y modernidad son dos conceptos en apariencia antagonistas que, sin embargo, forman parte de un debate casi ancestral en el mundo de la creación. Una exposición ubicada en el Centro Cultural Llano del Camello de San Miguel de Abona (calle Tomás Cruz, sin número) plantea, hasta el próximo 30 de junio, una revisión sobre esa vieja confrontación. Andar por las ramas es una muestra comisariada por el sociólogo, cineasta e investigador tinerfeño Dailo Barco que reúne las piezas de artistas procedentes de cuatro de las Islas: Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote. En total, este espacio cultural del sur de Tenerife acoge once piezas entre las que se incluye pintura, escultura, dibujo, fotografía, instalaciones, proyectos editoriales y cine.

El proyecto es un encargo enmarcado dentro de un festival que organiza el Ayuntamiento de San Miguel de Abona y que se llama FusionArte-Tradiciones. Arrancó el pasado día 22 para fomentar el arte a través del desarrollo de actividades que pongan en valor diferentes disciplinas artísticas. «La premisa era hacer algo a través del arte contemporáneo y sobre cómo un artista puede tratar el tema de la tradición», explicó Barco.

Los artistas escogidos para acompañar al comisario en esta nueva aventura son Alexis W, Carlos Rivero, Gerson Díaz, Juana Fortuny, Lilia Ana Ramos, Macu Machín, Marco Alom, Santiago Palenzuela y Sema Castro. «Suelo emplear la metáfora del árbol, del tronco o la raíz. La cultura vista como una especie de todo en el que las raíces son lo más tradicional y el arte contemporáneo es la rama, lo más vanguardista», expuso.

El comisario reconoce que el debate que pone en relación conceptos como tradición, modernidad y contemporaneidad es habitual entre los creadores que participan en esta muestra. «Siempre hay un nexo. Por muy lejos que esté la rama siempre tiene una conexión de algún tipo con la raíz y a veces, incluso, tienen formas parecidas».

La exposición está disponible para su visita en horario de lunes a viernes entre las 9:00 y las 13:00 horas y desde las 16:00 a las 20:00 horas. El listado de artistas escogidos para esta iniciativa cuenta con referentes del Archipiélago en sus disciplinas. «He ido seleccionando por complicidad. La mayoría son amigos, conozco su obra y he tenido con ellos este debate o reflexión conjunta muchas veces», precisó.

La relación del arte contemporáneo con lo tradicional es, a veces, contradictoria. «Hay una especie de doble trayecto, que a veces es de un acercamiento –o descubrimiento de cierta idea de tradición– y también hay una especie de huida. Hay un encuentro y un rechazo, por eso no son artesanos sino artistas contemporáneos. Digamos que quieran o no hay algún tipo de conexión», continuó Barco.

Juana Fortuny, por ejemplo, presenta una casa confeccionada a partir de textiles que podrían relacionarse con la trapera herreña pero que a la vez pueden vincularse con el mundo del carnaval. La cineasta Macu Machín revisa el segundo largometraje de la historia del cine canario, La hija del mestre (1928), en su proyecto Quemar las naves. «Es paradigmático porque lo que ha hecho es coger algo, que sería la raíz del cine canario, y construir otra cosa, ramificarlo y llevarlo a un extremo que posiblemente esté en lo opuesto del autor que hizo la película original», celebró el joven investigador.

Sema Castro, por su parte, aporta la pieza Lacerías, un mosaico de dos metros elaborado con tinta de cochinilla y la técnica de la decalcomanía. Esta obra que abre la puerta a otra reflexión, la de la identidad y su proceso de construcción. «Esta idea se ve en una técnica como la extracción de la cochinilla, que vino de fuera, y que terminó teniendo mucha con lo nuestro es importante. La tradición habla de identidad. En paralelo a todo esto, se crea un nosotros y vosotros. La tradición sirve para identificarnos», recordó el responsable de la exposición.

La obra de Lilia Ana Ramos parte de su libro Atlanticidad (2020), del que se han tomado imágenes para crear un montaje de en torno a tres referentes visuales muy canarios: una manilla de plátanos, una caña de azúcar y una piña de millo. «Son productos muy arraigados que en realidad no son de aquí sino que vienen de América».

Asimismo, Santiago Palenzuela presenta la pieza con la que arranca el recorrido: un taburete con una simulación de los restos del cráneo de un camello encima. Está conectada directamente con la zona donde se encuentra la exposición. Alexis W, por su parte, aporta un montaje a partir de su proyecto Nosotros.