Probablemente sea uno de los rostros más conocidos en la historia reciente de la televisión. Rostro incontestable de la prensa rosa de nuestro país, con el paso de los años se ha convertido en una celebrity en sí mismo, pero se niega a vivir de las rentas o a poner el piloto automático (pese a que en 2019 sufriera un ictus que le obligó a pisar el freno durante algunos meses). Por eso Jorge Javier Vázquez (Badalona, 1970) compagina en la actualidad su faceta como presentador con su pasión por las tablas, por el teatro. De hecho, desde que en 2015 estrenara Iba en serio, el catalán no ha dejado de girar, y ahora regresa a la Región –y en concreto, al Teatro Villa de Molina de Segura– con su último espectáculo: Desmontando a Séneca, una obra que, dice, ha sido y es una lección de vida para él. En ella, Jorge Javier intenta dar un discurso, pero no uno cualquiera. No, para nada. Un discurso sobre el libro De la brevedad de la vida, de Lucio Anneo Séneca, el gran filósofo cordobés. ¿La razón? Cansado de que todo el mundo considere frívola su labor en la televisión, y después del susto médico de hace ya un par de años, cree que ha llegado el momento de ponerse serio y compartir con el público algunas de las cuestiones fundamentales que nos preocupan a todos: ¿qué es la vida?; ¿qué hacemos para aprovecharla?; ¿malgastamos nuestro bien más preciado, el tiempo? "Sin embargo, y a pesar de los constantes esfuerzos de Jorge porque su charla vaya por unos derroteros rigurosos y profesionales, una sucesión de catastróficas desdichas –que él deberá aguantar con ese estoicismo que Séneca predica y que él quiere adoptar– harán que su discurso se vaya convirtiendo en una auténtica romería", señala la promotora del evento. Por cierto, la representación –programada para este viernes– cuenta ya con todas las butacas disponibles reservadas.

-¿Cómo nació la idea de este nuevo espectáculo, Desmontando a Séneca?

-Fue cosa de mi director, Juan Carlos Rubio. Ambos somos de la misma generación y sentíamos la necesidad de hacer un espectáculo en el que nos preguntásemos o incluso intentáramos dar respuesta a todas esas cosas que nos vienen importando tanto cuando cumples una determinada edad, como pueden ser los 50. ¿Qué es la vida? ¿Cuál es el sentido de la vida?... A partir de ahí nació este espectáculo, con el que ha pasado una cosa muy curiosa...

-¿A qué te refieres con lo de que "ha pasado algo muy curioso"?, ¿de qué se trata?

-La obra se empezó a gestar y luego yo sufrí el ictus, con lo cual, para mí era también como una especie de catarsis emocional, porque esas preguntas que antes te mencionaba me las he formulado de una manera más profunda después de lo que me paso.... Además, el espectáculo, con todo esto de la pandemia, ha adquirido un vuelo que nos ha dejado, al director y a mí, muy impactados, porque la función se tendría que haber estrenado en Córdoba el día que se declaró el estado de alarma...

-Podríamos hablar entonces de un antes y un después, ¿no?

-Al no realizar el estreno y dejarla descansar, nos dimos cuenta de que hay frases que se dicen en la función que con la actual situación de pandemia y crisis sanitaria adquirían una validez tremenda, así que sí.

-El hecho de poder subirte a un escenario y representar esta obra después de todo lo que ha pasado –y por lo que has pasado– imagino que es un gran estímulo para ti...

-Para mí Desmontando a Séneca ha sido una lección de vida. La verdad es que la gente que vaya al teatro se dará cuenta de que Séneca dice verdades como puños en cuanto a nuestra existencia...

-La figura de Séneca, siendo probablemente uno de los grandes filósofos de nuestra historia, es todavía un tanto desconocida para el gran público...

-Sí. En un momento de la función se dice: «A ver, todo el mundo sabe quién era Séneca», pero es verdad que luego es muy complicado ubicar lo que hizo, por qué pasó a la Historia, etc. Con esta función –a parte de otras muchas cosas– intentamos, de una manera didáctica, descubrir al público quién era Séneca.

-¿Tienes la energía suficiente para afrontar una gira larga e intensa como esta, Jorge Javier?

-Espero que sí. Yo confío mucho en mí mismo. ¿Sabes qué pasa? Cuando haces un trabajo con ganas y con ilusión, el cansancio no existe; lo creo de verdad. Para mí, viajar, llegar a una ciudad y hacer teatro es una válvula de escape maravillosa.