Todas aquellas personas que acuden estos días al Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA) de Santa Cruz de Tenerife pueden realizar una visita completa a la Isla sin salir de estas emblemáticas instalaciones. Desde el litoral canario, pasando por el cardonal-tabaibal, el bosque termófilo y la laurisilva hasta llegar al pinar y a la vegetación de alta montaña, el visitante del museo puede recorrer centenares de kilómetros por las laderas canarias descubriendo los secretos de la vegetación canaria. Esta increíble aventura es posible gracias a las visitas científicas guiadas complementarias a la exposición Coraza vegetal que tienen lugar a lo largo de esta semana para conmemorar el Día Internacional de lo Museos, que se celebró ayer 18 de mayo. En concreto, en esta actividad los conservadores del Museo de Ciencias Naturales del MUNA ofrecen recorridos detallados a lo largo de diferentes estancias del museo chicharrero para explicar algunos aspectos concretos de la vegetación canaria, ampliando de este modo conocimientos de la flora representada en la muestra, así como de otras especies de interés en el paisaje isleño, presentes en las dos salas dedicadas a la botánica en el MUNA.

Un momento de una de las visitas en el MUNA. Carsten W. Lauritsen

Alejandro de Vera es el conservador de Biología del Museo de Ciencias Naturales que se encargó de dirigir esta actividad en la que los asistentes tuvieron que dividirse en grupos reducidos para garantizar las medidas sanitarias. Se trata de una visita eminentemente botánica, explicó el experto que inició este recorrido en uno de los patios del museo, en el que se dan cita numerosas especies vegetales de gran envergadura. Tal y como precisó De Vera, se trata de un jardín en el que se intervino hace unos dos años y en el que ahora crecen majestuosos ejemplares de pitanguera, tamarindo o drago que, como explicó el guía, tienen más de 80 años de vida. «Aunque este no es el ambiente ideal para que crezca un drago, ya que necesitan mucha luz, este, al igual que otras muchas especies, crece aquí desde que este edificio albergaba el Hospital Civil, antes de ser un museo», indicó De Vera. Cada una de las especies que allí habitan están identificadas con su nombre, lo que dota de valor didáctico a este espacio.

Una de las salas del MUNA. Carsten W. Lauritsen

Este patio conduce a uno de los módulos de más reciente creación en el MUNA, en el que diferentes piezas audiovisuales ayudan al visitante a conocer los diferentes pisos de vegetación que existen en Canarias. Las increíbles imágenes de los vídeos que completan esta muestra invitan al visitante a disfrutar de Canarias desde la costa hasta la zona más alta de las Islas. Con este recorrido, el guía ofreció algunos detalles sobre la flora del lugar y explicó, por ejemplo, que «los pinos han desarrollado una madera ignífuga debido al pasado de erupciones volcánicas de las Islas». En este punto, Alejandro de Vera expresó que «la asignatura pendiente de el Teide como parque nacional es terminar con los muflones» puesto que «los biólogos estamos cansados de decir que es un disparate que haya muflones en un espacio como el Teide, donde están terminando con la flora autóctona».

En la primera planta del MUNA, la visita llega hasta un antiguo gabinete científico en el que el visitante puede descubrir las ilustraciones de diversas especies canarias. El guía expresó en este punto que este espacio «sirve de reivindicación del trabajo botánico» pero lamentó que ninguna de las plantas descritas fueran plasmadas por científicos canarios. En este sentido añadió que tan solo dos o tres de las láminas están realizadas por investigadores españoles. Alejandro de Vera expresó que «a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX no había apenas cultura científica en Canarias porque la cultura estaba toda en Europa, a muchos kilómetros». «Y ni que decir tiene que todos ellos eran hombres, lo que da una idea del gran sesgo de género que siempre ha existido en la ciencia», concluyó el experto.

Este gabinete de época da paso a una maqueta de la isla de Tenerife en la que se puede descubrir la distribución potencial y la actual de los diferentes pisos de vegetación. Este punto genera gran sorpresa al visitante, que puede observar cómo las zonas de laurisilva son muy escasas si se compara con todos los territorios que serían capaces de albergar las especies que componen este bosque. De Vera indicó que, en el caso del pinar, por ejemplo, estos árboles ocupan en la actualidad más terreno del que le corresponde de manera natural debido a la reforestación masiva que se llevó a cabo durante el pasado siglo, lo que obliga ahora a realizar un trabajo de contención para eliminar el exceso de ejemplares en algunas zonas y eliminar las especies que no son endémicas.

La visita finalizó en la exposición temporal de Lola del Castillo Coraza vegetal, una muestra ideada durante el confinamiento, cuando la artista veía desde su ventana diferentes especies vegetales que fue pintando. Ahora, el Museo de Ciencias Naturales completa esta propuesta con pequeñas muestras de las diferentes especies vegetales dibujadas, que ofrecen una idea más concreta de lo que la artista veía desde su ventana durante los días de encierro.

Los museos tinerfeños recuperan de esta forma las actividades presenciales después de que el pasado año esta jornada tuviera que celebrarse a través de internet debido a las restricciones establecidas para hacer frente a la crisis sanitaria. Así, para celebrar este día, Museos de Tenerife ha elaborado toda una serie de actividades gratuitas que comenzaron ayer y se prolongarán hasta el fin de semana. Además de las visitas guiadas y los talleres, la entidad ha lanzado dos retos para buscar la colaboración de la sociedad tinerfeña a través de las redes sociales.

En el caso de las visitas que se desarrollarán durante estos días, las personas interesadas pueden inscribirse desde dos días antes. Estos encuentros se unen además a las visitas escolares que poco a poco se van recuperando en los museos de la Isla, que recuperan así la actividad normal junto a la tímida llegada de turistas, que no dejan de visitar espacios tan interesantes como estos.