El escritor y periodista tinerfeño José Gregorio González mantiene viva la curiosidad que siempre le ha caracterizado y se ha lanzado, recientemente, con otra aventura editorial con el misterio como protagonista. El autor se mete de lleno, con su nueva obra, en una época oscura: el nazismo. De esta investigación surge Magia, ocultismo y sociedades secretas en el tercer Reich.

"La verdad es que no sé exactamente qué número de libro hace este. Creo que llevo una quincena entre libros míos en solitario y algunas obras colectivas", comenta el tinerfeño, lo que da cuenta de su pasión por la escritura. Su interés por el ocultismo nazi y por las sociedades secretas que de alguna forma influyeron en esa ideología y algunos de sus líderes viene, explica, de hace décadas. "Es un tema que me interesa desde el punto de vista histórico y me di cuenta de que era un asunto que no era abordado en profundidad y que era obviado".

En muchas ocasiones, esas vinculaciones, pasaron desapercibidas e "incluso fueron abiertamente despreciadas". "Cuando profundizas un poco te das cuenta de que hay estudios muy serios y autores fuera de España que abordan el asunto. En los últimos años hay un especial interés por parte de los investigadores académicos en comprender el mundo de creencias, de símbolos e historias que ellos crearon para armar todo ese ideario", añade.

En este nuevo libro, González acerca a los lectores a la historia de organizaciones como la Sociedad List, la Orden de los Nuevos Templarios, la Thule-Gesellschaft o la Germaneorden. Entidades, todas, inspiradoras de iniciativas racistas donde el uso de símbolos esotéricos era algo habitual.

El escritor tinerfeño define como una "auténtica pasión" su interés por conocer los entresijos y los aspectos más heterodoxos de la historia. "En general, mi interés por estas cuestiones misteriosas viene de la infancia y es producto de la curiosidad". Haber nacido en el Archipiélago, reconoce, también ha fomentado esta pasión innata por lo oculto. "El hecho de vivir en Canarias, donde abundan muchas manifestaciones de lo misterioso, es como estar en un terreno abonado para indagar en fenómenos muy diversos", detalla.

Tal y como asegura en Magia, ocultismos y sociedades secretas del tercer Reich, los nazis intentaron hacerse con la Sábana Santa, buscaron el Grial, intentaron encontrar evidencias de un pasado ario glorioso e incluso recuperar especies animales extintas. De nuevo, un terreno fértil donde sembrar el afán investigador de González.

El "asunto nazi es muy complejo", dice. El antisemitismo "como es sabido, no es una cosa exclusiva ni que se inventaran ellos", añade. "En Alemania, el antisemitismo es muy anterior. A caballo entre los siglos XIX y XX hay una efervescencia de sociedades y colectivos -algunos ocultistas y otros de corte político- que lo abanderan".

En todas esas sociedades secretas, continúa González su relato, la supremacía aria es un dogma. "Al igual que tenían asumido que Alemania más pronto que tarde volvería a recuperar un lugar predominante en el mundo", detalla. Todas esas creencias serán las que serán abrazadas y convertidas en ideario, luego, por parte de los nazis. Especialmente a partir de la Sociedad Thule, una sociedad ocultista que financió y promovió la formación inicial del partido.

Cuando llegaron al poder, los nazis desarrollan lo que en palabras de González es una "relación de amor-odio con los temas ocultistas". Las creencias esotéricas de algunos miembros del partido se convirtieron en uno de sus puntos débiles. Un ejemplo que menciona en el libro es la supuesta manipulación a la que fue sometido Rudolf Hess, convencido por los aliados de que su destino era viajar hasta Inglaterra para firmar un tratado de paz. "Hubo una especie de guerra de brujos. Los aliados también tenían a sus propios astrólogos que trazaban cartas para ver cómo actuar y, más aún, para poder predecir cómo iban a actuar los nazis", asegura.

Pese a estar oficialmente prohibidas, algunas de esas sociedades secretas permanecieron en activo. El propio Himmler, sostiene González, montó un castillo que "era una especie de monasterio para oficiales de la SS donde se dedicaban a hacer reuniones ocultistas y rituales". "Entre sus consejeros más cercanos había iluminados. Auténticos médiums que de pronto empezaron a canalizar mensajes de los ancestros arios", añadió el autor. Todos estos datos y los resultados de la investigación de González forman parte de una obra que aborda una época "muy particular". El propio Hitler, tal y como recoge en el libro, "estaba convencido de que era un elegido y que su destino era dirigir los designios de Alemania". Una convicción tan potente que permite explicar su "determinación y perseverancia" y "el haber sobrevivido a múltiples atentados reforzó esa convicción", concluye.