El número 32 en el barrio de Malasaña no existe. Pero eso no ha impedido que el director cinematográfico Albert Pintó haya creado toda una historia de terror alrededor de esta dirección y que, además, está inspirada en hechos reales. Malasaña 32 llegó a los cines de toda España el viernes para mostrar la historia de un matrimonio de Extremadura que se traslada al madrileño barrio de Malasaña, junto a sus tres hijos y el abuelo Fermín en busca de la prosperidad que parece ofrecerles la capital de un país que se encuentra en plena transición democrática. Pero en la casa que han comprado no están solos.

El actor madrileño José Luis de Madariaga, quien reside en Tenerife desde hace décadas, asume el papel del abuelo Fermín en esta cinta de terror cuyo elenco está compuesto por Begoña Vargas, Iván Marcos, Bea Segura, Sergio Castellanos, Javier Botet, María Ballesteros, Rosa Álvarez y el joven Iván Renedo. Esta película también supone el estreno de Concha Velasco en el cine de terror. Es la primera vez también de Madariaga en este género y, días antes del estreno esta misma semana, comentaba que tenía muchas ganas de ver el resultado final. Adelantó que seguro que se sobresaltará con algunas de las escenas puesto que durante el rodaje "estamos inmersos en un ambiente técnico y que no da la misma sensación que en el cine, donde todo es más claustrofóbico". No obstante, reconoció que durante el rodaje "se dieron momentos de mucha tensión, en los que no se vivió terror pero sí miedo".

Esta también es la primera vez de Madariaga en un proyecto del director barcelonés Albert Pintó. "Espero que no sea la última porque es un director fantástico, saca la mejor parte de los actores y, además, nos brinda un trato exquisito", relata el actor quien añade que "es fácil encontrar directores buenos técnicamente pero Albert trata a su equipo con una exquisitez extrema y eso es de admirar".

Fermín le ha permitido al intérprete explorar las posibilidades de un personaje con demencia senil. "Fermín es un hombre de campo, de aspecto afable pero castigado de tanto trabajar. De joven tuvo que ser un hombre rudo, de carácter fuerte, pero ahora tiene demencia senil y eso lo ubica en una situación muy especial: pasa de momentos de lucidez a otros de demencia". Así, se trata de "un trabajo con poco diálogo pero sí muchas miradas y muestras de estados anímicos". En este sentido, el actor explica que "he trabajado con el director y con una coach fantástica para afrontar los momentos de lucidez y de no lucidez del personaje y poder mostrar al público esa pérdida de la realidad sin que haga falta decir nada, para que se note que el personaje está fuera de la realidad".

Y todo ese trabajo lo ha hecho acompañado de grandes actores, como el debutante Iván Renedo, un joven que reconoce que "ha sido toda una sorpresa por su capacidad de trasmitir, y nos ha sorprendido y enamorado a todos". Esta joven promesa del séptimo arte "nos tomó a todos como su verdadera familia y nos incorporó como a sus padres, abuelos y hermanos, así que ha sido muy fácil trabajar con él porque además entendía rápidamente lo que quería el director. Ha sido todo un descubrimiento".

Así, en el Madrid de los años 60 del pasado siglo esta familia que llega a Madrid buscando un cambio y una vida mejor ve truncado su sueño y, afirma Madariaga, "esta historia muestra que lo más terrorífico de la ciudad no está fuera, sino dentro de su propia casa". Tras una época de terror como el franquismo, lo más peligroso estará dentro de su propio hogar.

José Luis de Madariaga inicia, de esta forma, el año 2020 de la mejor manera posible, con el que será únicamente el primero de los numerosos proyectos en los que trabajará a lo largo de estos doce meses. En la actualidad, ultima el estreno de la obra de Juan Mayorga, Siete hombres buenos, con 2 RC Teatro, Compañía de Repertorio, y que tendrá lugar en febrero en Gran Canaria y que en marzo llegará a Tenerife. Además, participará en la segunda temporada de Hierro, que se comenzará a rodar en los próximos meses en la Isla del Meridiano.

No obstante, el talentoso actor afirma que "no pido más trabajo, yo espero que venga porque, para mí, es un regalo". "Me encantaría no parar de trabajar porque es lo que me llena de vitalidad y emoción y lo único que pido con más ahínco es tener la salud suficiente para poder seguir afrontando esta cerrera", concluye este actor universal de las Islas.