La palabra de origen mongol hutong significa pozo de agua. En Pekin se utiliza para definir un tradicional estilo de vivir: los callejones que forman el casco histórico de la ciudad china. Muchas de estas callejuelas fueron construidas durante las dinastías Yuan, Ming y Qing. En la era de Mao se empobrecieron hasta la extenuación y ahora, en la era del despegue económico de China muchos hutongs de Beijing han sido demolidos para dar paso a nuevas construcciones. Como era de esperar, la sutil complejidad del hutong como un auténtico espacio urbano, y como una gran tradición cultural, ha sido ignorado tanto por los constructores e inversores inmobiliarios como por los políticos, que la mayoría de las veces prefieren verlo como un lugar donde se puede hacer tabula rasa para poder construir más metros cuadrados. Afortunadamente algunos hutong fueron protegidos, siendo actualmente áreas históricas que, poco a poco, están siendo renovadas.

Especialmente relevante desde el punto de vista de la arquitectura es la obra realizada por el arquitecto chino Zhang Ke, que ha creado un micro albergue en uno de los antiguos barrios hutong de Beijing, con habitaciones pequeñas que se proyectan en ángulo hacia un patio central. Ke y su estudio de Beijing ZAO / standardarchitecture crearon habitaciones sociales de 30 metros cuadrados como parte de su proyecto MicroHutongRenewal, pues ya han puesto en marcha otras experiencias similares.

Uno de los objetivos de este proyecto es resaltar el potencial en estos barrios tradicionales con patio central, que son en gran medida exclusivos de la capital china, y también mostrar cómo las propiedades tradicionales del patio se pueden adaptar para crear recursos para las comunidades locales, desde áreas de juego seguras para niñas y niños hasta espacios de trabajo conjunto y por supuesto micro viviendas sociales.

Para el equipo de Ke era importante que el proyecto simpatizara con la materialidad de los hutong históricos, por lo que agregaron una serie de habitaciones escalonadas con un acabado de hormigón irregular y bellísimo, creando un contraste perfecto entre historia y contemporaneidad, y en armonía con los colores oscuros de Pekín.

Zhang Ke, que es profesor en Harvard y en la escuela de arquitectura, equivalente en China al gigante americano, la Tsinghua University, explica así el proyecto: "El objetivo de este proyecto, un albergue de 30 metros cuadrados, es buscar posibilidades de crear viviendas sociales a escala ultra pequeña dentro de las limitaciones del hutong tradicional súper apretado de Beijing".

El albergue está construido con hormigón mezclado con tinta china, vertido in situ y encofrado en tablas de madera. Estas superficies rugosas de hormigón quedan expuestas internamente y se combinan con pisos de madera a juego. Las habitaciones están dispuestas de manera que se proyectan en una variedad de ángulos hacia el patio, ayudando a una magistral entrada natural de la luz y del aire (hay tres tragaluces que se pueden abrir y que permiten que el aire circule, de manera natural, por todo el albergue), y evitando que los interiores se sientan demasiado estrechos, creando una relación directa entre el espacio vital y el entorno inmediato. En la planta baja, las habitaciones incluyen cocina y comedor, dos baños y dos pasillos de conexión. Unas mínimas escaleras conducen al piso de arriba. Este nivel superior, contiene un dormitorio, un estudio y una casa de té, además de una pequeña terraza.

Esta no es la única experiencia llevada a cabo a favor de la pequeña historia de Pekin que suponen los hutong, ya que a través de una serie de renovaciones y nuevas inserciones, el mismo arquitecto Zhang Ke ha transformado otros hutongs antiguos en bibliotecas infantiles y centros de arte como el Cha'er Hutong (con una antigüedad de 300-400 años cerca de la Plaza Tiananmen, ganador del Premio Aga Khan 2016), siempre con el objetivo de resaltar el potencial en los barrios hutong. Otros equipos de arquitectura se están sumando a esta interesante iniciativa que demuestra que no siempre el poco espacio es sinónimo de precariedad, sino que puede ser análogo, equivalente, también, a la belleza.