Edu Díaz (Santa Cruz de Tenerife, 1983) llegó la semana pasada a la ciudad de Nueva York con muchas ganas de trabajar, algunos sueños en la maleta y una de las prestigiosas becas Fulbright debajo del brazo. Actor y productor, este joven tinerfeño se ha hecho merecedor de formar parte de uno de los proyectos formativos más poderosos del planeta. El programa Fulbright es, además de un sistema de becas internacional, un instrumento diplomático creado en 1946 que cada año facilita el intercambio y desarrollo educativo, científico y cultural entre ciudadanos de Estados Unidos y más de 160 países.

Edu Díaz, por su parte, es uno de los creadores de la comedia Amores minúsculos, candidata a los Premios Max como mejor espectáculo revelación en 2015. Asimismo, en 2016 produjo el monólogo Sole Sola, dirigido por Natalia Mateo en el Teatro Lara, y al año siguiente repitió como productor en El tren de las 22:27, de Juan Vinuesa. Luego llegarían Para ser mujer eres bastante graciosa, de Virginia Riezu; Inestables, de Carlos Zamarriego; Con cartas y a lo loco, de Dani Alés; y Mirona y Tus otros hijos no te olvidan, de Juan Vinuesa. "Hace unos años, en 2012 o 2013, conocí a una persona, Diego Rebollo, que luego fue mi socio en Amores Minúsculos. Él había estado como becario hace unos años en la misma categoría, la de arte dramático. Ahí conocí la beca y ya se me puso la mosca detrás de la oreja", recordó el tinerfeño esta semana, ya desde Nueva York.

Pese al paso de los años y los múltiples compromisos profesionales, a Díaz no se le habían pasado las ganas de probar suerte en el programa Fulbright. "Llevo desde entonces, más de seis años, queriendo solicitarla. No encontraba el momento, ya fuera por temas de agenda, de inseguridad o porque mi inglés no era suficientemente bueno". Finalmente, y pese a que a sus recientemente cumplidos 36 años ya empezaba a considerarse un "poco mayor" para optar a esta beca, "este año todo se conjuró y parecía que encajaba". "Además, está la inseguridad propia de los artistas: ¿valdré yo lo suficiente? La Fulbright es una pedazo de beca", añadió.

Este artista canario, responsable además de películas como Smoking Club (129 normas) se enfrenta ahora en Estados Unidos al que considera su proyecto más ambicioso, una idea que le llegó justo en uno de los momentos más delicados de su vida. "En el momento en que escribí este proyecto estaba bastante revuelto por temas personales y lo que más me apetecía era irme a Abades de acampada. Tuve a un buen amigo que me aconsejó que le diera brillo a la idea. Entre varias personas me ayudaron y sacaron lo mejor del proyecto. Quedó bastante resultón y estoy muy contento", asegura.

Recientemente, Díaz se ha enfrentado a la durísima pérdida de su madre y eso, asegura, forma parte importante de lo que va a tratar de hacer en Nueva York. "La enfermedad y la muerte de mi madre son fundamentales para explicar por qué presenté el proyecto que presenté y por qué ahora mismo estoy aquí con mis pies en la Avenida Broadway", señaló.

A Díaz le quedan por delante doce meses de trabajo para desarrollar su proyecto escénico en los que, además, estudiará en una de las escuelas de interpretación más prestigiosas del mundo, el Susan Batson Studio, en pleno Times Square.

Batson es una de las maestras más respetadas de la profesión y ha formado, entre otros, a intérpretes de la talla de Nicole Kidman o Juliette Binoche. "Empiezo las clases el próximo 1 de octubre. La verdad es que voy un poco a verlas venir, es una escuela muy intensa y ese es otro gran reto. Son actores de método que usan materiales propios para expresarse, construyen personajes desde sus propias miserias. Va a ser una experiencia de autoconocimiento y catarsis", adelantó sobre su formación neoyorkina.

El proyecto que Díaz ha ido a desarrollar en Estados Unidos es un espectáculo de comedia, en formato de monólogo, producido y protagonizado por él mismo. "Quiero canalizar muchas cosas negativas que me han pasado a través de la comedia y hacer como si las artes escénicas fueran un arte marcial en el que conviertes la fuerza del ataque que te da la vida en la mejor defensa. Va a ser un proceso creativo y quiero que sea comedia, pero no tengo nada escrito. A lo mejor luego termina siendo un dramón horrible. Mi justificación para estar en Nueva York es que quiero hacer algo multidisciplinar y que tenga temas de varias disciplinas", explicó el tinerfeño.

Solo hay una plaza al año para el tipo de beca que le ha sido concedida a este actor y productor tinerfeño. Ese dato habla por sí mismo. "Me siento muy afortunado, ni te lo imaginas", comenta abrumado.

"Hace unos años trabajaba en El País como brand manager y de repente me veo aquí, en Nueva York. Cuando redacté el proyecto para presentarme a la beca todo cobró sentido. Ha sido todo muy orgánico y muy natural", asegura. Además, Díaz contará la experiencia periódicamente en primera persona desde el programa La Sala de Radio Nacional de España.