El Carnaval de Santa Cruz guarda muchas historias entre sus días y noches de disfrute carnavalero. Amores de unas horas, amigos para toda la vida o caprichos del destino en forma de coincidencias difíciles de explicar.

Esto es lo que les ha pasado a dos personas nacidas en Santa Cruz, M. G. y V. G., con lazos de sangre en común y que no se conocían hasta que, como por arte de magia, coincidieron. En una Villalba Hervás repleta de gente, en el lateral de la plaza del Príncipe, entre multitudes disfrazadas, el destino tenía guardado un as en la manga.

Una historia para quedarse "en shock"

Primer sábado del Carnaval de Santa Cruz. Aquel día, recuerda uno de los implicados, "no iba a salir porque llevaba unos días malos", pero sus amigos lo empujaron a ponerse el disfraz y vivir la fiesta carnavalera en la capital de Tenerife.

Un disfraz de payaso (otros implicados cuentan que iba "bastante guapo esa noche") valió para que saliera a la calle a pasar un rato agradable entre amigos y que, sin él saberlo, acabaría en una sorpresa mayúscula.

En torno a las 3:30 de la madrugada, y acompañado de dos amigos, un típico traslado en estas fechas: de la plaza España hasta el Águilas para juntarse con todo el grupo. Tras una "votación democrática" en la que el protagonista de esta historia salió derrotado, decidieron subir por la calle Villalba Hervás, descartando la calle Castillo y la San José. Según cuentan, "porque había menos gente". Que irónico.

Tras andar y llegar a la altura de la plaza del Príncipe, la gente se amontanaba en ese lugar, lo que dificultaba el fácil traslado de un lugar a otro. En un momento, uno de los amigos se separó y el trío se quedó cortado, dejando al implicado de esta historia y al otro amigo estáticos en un punto de la calle a la espera de poder moverse.

La 'aparición' de la Virgen

Cómo si de una película de acción se tratase, la escena dio un giro drámatico de los acontecimientos. Al mirar a la derecha, el protagonista conectó su mirada con un grupo cercano en el que había una chica, disfrazada de Virgen María, que tomó las riendas del destino y dio el paso para un encuentro inesperado.

"Se acercó y me preguntó si la conocía. Yo pensé que estaba de broma y le respondí que era la Virgen María. A pesar de esto, volvió a insistir en que si sabía quién era. Se me cruzó por la cabeza que podía ser mi hermana, que no conocía hasta ese momento, pero no me atreví a decirlo", relata el implicado.

Ante su silencio, y como si de una escena ultraconocida de Star Wars se tratase, ella afirmó que era su hermana. Era la primera vez que se veían en 28 años, que es la edad que tiene uno de los dos.

Lo reconoció por el parecido al progenitor que tienen en común y, tras unas cuantas frases y demás, la noche siguió como si fuera normal, pero "me quedé en shock toda la noche y, a la mañana siguiente, seguía un poco pensando en todo lo que había pasado".

Una de las historias que esconde el Carnaval de Santa Cruz dentro de la luz, la música y la purpurina, pero que dejan un mensaje claro. Uno de los mejores carnavales del mundo por el espectáculo, sus grupos, su gente y por historias sorprendentes como estas.