En aras de facilitar los ensayos y evitar una larga duración de los certámenes, todas las modalidades acordaron recortar sus repertorios, lo que supondrá que los actos serán dinámicos.

A falta de tres días para que comience el Carnaval de la transición o de la vuelta a la normalidad, esta convocatoria que se dedica a la Ciencia Ficción tendrá un denominador común: para facilitar los ensayos cuando estaban prohibidos por las restricciones sanitarias, murgas, comparsas, rondallas y agrupaciones musicales y coreográficas decidieron recortar la duración de sus repertorios, lo que permitirá a la organización alcanzar otro objetivo: no saturar el ambiente cada uno de los certámenes. La tónica general de los concursos –que arrancan este sábado, con el certamen de rondallas– es el de una edición marcada por menos temas y hasta componentes.

De hecho, la modalidad estrella, las murgas adultas, ha limitado a dos temas su repertorio –hasta ahora era de cuatro–, lo que se traducirá en que las fases se disputará de forma más abierta. Una de las llamadas murgas de media tabla podría quemar su tema estrella en fase a costa de una formación tradicional de final. Al término de cada concurso el público tendrá la percepción de haber disfrutado de un certamen mucho más dinámico y ligero, al ser menos los temas que se interpretarán.

Las rondallas cantarán dos obras, y no tres, y en el Guimerá

El próximo sábado, 4 de junio, se celebrará el primero de los concursos, que en esta edición correrá a cargo de solo cinco rondallas, tras las bajas de Los Acevinos, Gran Tinerfe y Orfeón La Paz.

La cita se desarrollará en el teatro Guimerá y no en el Auditorio de Tenerife, como era habitual, dado que el cambio de fecha del Carnaval –de febrero a junio– impedía celebrar la fiesta de la lírica en su marco tradicional al estar comprometidas esas fechas.

Respecto a ediciones anteriores, las rondallas se mantienen con el mismo número mínimo de componentes (35), al igual que ocurre con el máximo (65). La principal novedad se refiere al tiempo de duración máxima de su actuación, que pasa de media hora a 20 minutos. Ya en lo que se refiere al concurso, pasan de los tres temas que interpretaban antes de la pandemia –siendo opcional el pasacalle–, a dos canciones –una lírica y otra lírica o de libre elección–, y sigue siendo opcional la interpretación del pasacalle de la formación lírica.

Baja el mínimo de componentes en las agrupaciones coreográficas.

Segundo certamen del Carnaval, de la mano de las agrupaciones coreográficas, que solo aspiran –como hace tres años– a premio único por disfraz. Aunque el gran ausente de esta edición es el Colegio Echeyde –la formación más numerosa–, se experimenta una notable curiosidad, pues se duplica el número de participantes, que pasa de ocho a dieciséis.

Las principales novedades: el número mínimo de componentes pasa de 35 a 20 y, por primera vez en la historia, se establece un máximo: 80 integrantes. De resto, el tiempo de duración de su actuación se mantiene en diez minutos.

Agrupaciones musicales, mismos componentes con cinco minutos menos.

Única modalidad del Carnaval que mantiene los mismos participantes de la última edición antes del covid. Su concurso se celebrará a las 21:00 horas del sábado, 11 de febrero. El mínimo de componentes se mantiene en 20 y, por primera vez, el máximo se fija en 50. Si en 2020 tenían veinte minutos para interpretar su repertorio, este año pasan a quince, tiempo en el que tendrán que interpretar dos canciones y será opcional el pasacalle en la entrada, mientras que en el pasado tenían que ejecutar pasacalle y despedida.

Murgas adultas.

Concurso rey del Carnaval, lo que no le exime de bajas. De las 22 del último certamen antes del covid pasan a 17 y amortiguan la merma gracias al alta de La Sonora, de Carlos Estévanez. El concurso de murgas de la vuelta a la normalidad se resiente con la baja de seis formaciones críticas, una de ellas de forma indefinida, según el presidente de La Traviata, Juan Díaz El Breba.

A falta de que el Carnaval 2023 asome al final de este mes de junio, en una edición atípica y, si cabe, atropellada por el ritmo de afrontar los preparativos de dos convocatorias en seis meses, las formaciones críticas Marchilongas, de Keila Jerez; Klandestinas, de Cinthia Prendes; Triquikonas, de Almudena Domínguez; Tiralenguas (Icod de los Vinos), de José Antonio Vera –ganadores del concurso del Norte 2020–; y Ni Muchas-Ni Pocas, de Laura Sierra.

El baile de altas y bajas en este concurso de murgas de junio altera la configuración de las fases previas, hasta el punto que serán menos numerosas que la propia final. Así, en la primera y segunda fase actuarán seis murgas –el lunes, 13, y el martes, 14– y cinco, el miércoles, 15 de junio, mientras que a la gran final, prevista para el viernes, 17, subirán las ocho formaciones con mejor puntuación.

Este año el concurso arrancará casi de día, por la coincidencia con el horario estival y con la ausencia de las murgas infantiles ganadoras en Interpretación, que, en el pasado, actuaban de teloneras y que en esta edición, al retrasarse su certamen para que no coincida con los exámenes y el fin de curso escolar, hace que se viren las tornas. Así, serán las murgas adultas ganadoras la que en la semana del lunes, 20, al miércoles, 22, abran las tres fases de la cantera, un aliciente para que los mayores acudan a llenar el aforo.

En este Carnaval de transición se mantiene el mínimo y el máximo en 40 y 85 componentes, respectivamente. La gran novedad, deben preparar un tema para fase y otro para final, y no dos para cada convocatoria; también el tiempo se recorta, de media hora a veinte minutos en fase y en final. También está pendiente de estipular el número de extras. Se permitía un máximo de 85 –tantos como componentes– y en la negociación durante la época covid se limitó a 20, condicionado a la evolución de la situación. Ahora, ya no existe distancia de seguridad ni mascarillas.

Las comparsas, a mitad de tiempo y hasta 100 componentes.

El concurso sobre escenario de la modalidad más caribeña se celebrará en el recinto ferial el sábado, 18 de junio. Se mantiene el mínimo de componentes a 40, y se fija un tope por primera vez: 100 integrantes. El tiempo máximo pasa de veinte minutos de actuación sobre el escenario a diez.

Llamativa la evolución de esta modalidad que está al alza, incluso en el regreso a la nueva normalidad y pese a la baja de la laureada Joroperos, de Fernando Hernández, llegada de La Laguna, que protagonizaba el mano a mano con la otra gran favorita: Cariocas, de José Manuel González, con sede en Valleseco.

Pese a la baja de Joroperos, tres altas: el regreso de Río Orinoco, de Antonio Socas y Daniel Baute, y de Los Valleiros, de Isauro Rivero, que participaron en 2019 por última vez en concurso. A esto se suma el estreno de Abenaura, de Domingo García Galván, la primera comparsa que se crea en los últimos veinte años; la anterior fue Bahía Bahitiare, en 2002.

A diferencia del concurso de escenario, las nueve comparsas protagonistas del certamen estrenarán formato en el Ritmo y Armonía del domingo, 26 de junio, cuando la dirección artística tiene previsto establecer cuatro sets en el recorrido de la avenida de Anaga para dar mayor relevancia al desfile en el que se fallan los galardones del Manolo Monzón, que se dirime en la calle.

Las murgas infantiles, a un tema y menos numerosas.

Bajón en la modalidad infantil por el éxodo del Norte. Al no celebrarse el Carnaval en aquella comarca, murgas como Distorsionados, de Los Realejos; MiniVirgues, de La Orotava, o Tiralengüines, de Icod de los Vinos se toman, al menos, un año sabático en Santa Cruz de Tenerife. Tampoco estarán las capitalinas Rebobinados, una de las candidatas a los cartones, y FrikyWiky’s, con el aval de Katy Rancel, y eso, incluso, después de haber bajado el mínimo de 30 a 20 niños, mientras el máximo se deja en los 50.

Amortiguan las bajas el regreso de Distraídos y Revoltosos, que salieron por última vez en 2019. La primera fase –que se celebrará el lunes, 20 de junio– tendrá seis participantes y la segunda y tercera –martes, 21, y miércoles, 22–, cinco cada una, con tres ganadoras adultas de teloneras, a una por día. Interpretarán solo un tema en concurso y no dos, como era habitual, además de que el tiempo en escenario se limita de 30 a 20 minutos. El aliciente añadido: que los murgueros adultos se vuelquen con la cantera y los niños disfruten de un recinto ferial a tope de público.