Crisis migratoria

Pestana resta gravedad a la amenaza de la migración irregular

El delegado del Gobierno asegura que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad garantizan que «no haya riesgo» con las llegadas 

El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana.

El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana. / Quique Curbelo /Efe

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

El informe anual Análisis de Riesgo del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) apunta al flujo migratorio como una de las tres

. Una cuestión que no preocupa al delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, quien, al ser preguntado ayer sobre este asunto, se limitó a aplaudir la labor que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y asegurar que el trabajo de estos profesionales «es la mejor garantía» para que no haya ningún riesgo. Pestana restó gravedad a las conclusiones del informe, ayer tras la reunión de la Autoridad de Coordinación frente a la inmigración en el Archipiélago, que regularmente se celebra entre los organismos y diferentes administraciones con competencias en materia migratoria.

El DSN ya colocaba los flujos migratorios entre las cinco principales amenazas en 2021, pero en esta ocasión la cuestión escala hasta el tercer puesto, solo por detrás de las campañas de desinformación y la vulnerabilidad del ciberespacio. Y además, el Departamento lo clasifican como amenaza de «intensidad muy alta».

«El tema de la migración es muy complejo, hay muchísimas variables», aclaró ayer Pestana, quien insistió en destacar la labor que realiza la «Guardia Civil y la Policía Nacional», que es la que realiza la identificación. Para el delegado del Gobierno es «esencial» ese primer paso en las llegadas. «La identificación de cada una de esas personas nos permite hacer un seguimiento y conocer si cometen algún delito o si cuentan con anteriores referencias de delincuencia ordinaria», explicó Pestana. «Se hace un trabajo muy riguroso, y esa es la mejor garantía para que no haya riesgo de seguridad», subrayó.

Pico y temporales

En lo que va de año han llegado al Archipiélago 13.115 inmigrantes a bordo de cayucos o pateras, un 500% más que en el mismo periodo de 2023, según los datos de Delegación del Gobierno. «A principio de este año hubo un pico en la arribada y los temporales en el mar también han reducido la salida de embarcaciones de las costas africanas», añadió Pestana sobre las últimas cifras.

Según los datos del delegado, los centros de acogida de las Islas mantienen una ocupación de un 40%, cuando en los periodos de más llegadas han estado al 85%, y además continúan las derivaciones a la Península. Respecto a los países de origen, Pestana aclaró que los inmigrantes llegados en estos meses de 2024 proceden de Senegal, sobre todo, así como del Sáhara y Marruecos, de donde las llegadas «han descendido aunque siguen aprovechando ventanas de buen tiempo para viajar a Canarias». En los últimos meses se han dado momento de tensión en los sistemas de ayuda, sobre todo, según recordó el delegado, en la isla de El Hierro.

Es precisamente el incremento de la presión migratoria registrado a lo largo del año pasado lo que ha llamado la atención de los especialistas en seguridad. En el informe del departamento dependiente de Moncloa han participado 253 expertos de todas las áreas del Gobierno. En 2023 las entradas irregulares en el país aumentaron un 95% respecto al año anterior, siendo la ruta canaria la de mayor intensidad, con un 71% de las llegadas.

El foco de preocupación lo centran en «la inestabilidad y el deterioro de la seguridad» que sufren algunos países africanos como Mali. «Durante el año, destacan dos áreas de origen que, por la cantidad de llegadas gestionadas, han supuesto un reto en sí mismas: el Sahel y Ucrania», apunta el informe, que detalla que el Sahel reúne una serie de factores que contribuyen a la emigración como la inestabilidad social, tensión política, aumento de la actividad terrorista y unas condiciones económicas deficitarias.

En el análisis que realiza el DSN se especifica que «la situación en el Sahel y su proximidad geográfica con España constituye una amenaza real, tanto por la posible salida de combatientes a dicho territorio como por la posible llegada de terroristas que pueden servirse de estructuras y rutas de tránsito utilizadas por el crimen organizado».

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