"Grito de auxilio" del campo canario en el Parlamento: "no podemos soportar más presión"

La renta agrícola "se nos ha desplomado", en las leyes de protección del medio ambiente europeo "se nos ha tratado como delincuentes", el "exceso de burocracia" impide cumplir la legislación, los productos tienen que hacer frente a la "competencia desleal de terceros países" ajenos a la Unión Europea (UE) y "no hay relevo generacional porque los jóvenes no ven futuro" en el mundo agropecuario . 

Estas son las principales bases del "calvario" en el que está instalado el sector primario canario y el motivo por el que las organizaciones Asaga Canarias y Coag-Canarias lanzaron "un grito de auxilio" directamente a los diputados regionales para argumentar las protestas que agricultores y ganaderos llevarán a cabo los días 20 (Gran Canaria) y 24 de febrero (Tenerife), sumándose así a la movilización que los representantes del campo están llevando a cabo en la Península y varios países europeos.

"Estamos a punto de tirar la toalla porque ya no podemos soportar más presión", señaló la presidenta de Asaga, Ángela Delgado, en la Comisión de Agricultura y Seguridad Alimentaria de la Cámara autonómica, mientras que su homólogo de Coag, Rafael Hernández, insistió en que "no podemos competir contra la miseria cuando el coste de un tomate es de 60 euros y en Marruecos cae a cinco euros".

"Lo que nos ahorramos en el supermercado con lo de fuera, y que no cumple con las normas fitosanitarias que se exigen en la UE para nuestros productos, lo gastamos en medicamentos en farmacias", apuntó Hernández.

Por su parte, Delgado insistió en que "una UE inteligente protege a su sector primario, porque es la base de la industria, la tecnología y todo lo demás".

"Un puntito en el océano"

Ambos pidieron a los diputados que "se quiten la camisa del color político y se pongan la camisa manchada y llena de sudor de agricultores y ganaderos" porque "somos los que realmente regulamos el mercado".

"Cuando no haya producción en Canarias vamos a comer al precio que los de fuera quieran poner, no olvidemos que somos un puntito en el océano muy lejos que no le importa a nadie, somos un destino basura en alimentación, con productos que no quieren en otras partes del mundo", aseguró la presidenta de Asaga.

"Queremos la redistribución de las rentas de forma equilibrada, no puede ser que la Ley de Cadena Alimentaria obligue a las grandes superficies a pagar a los agricultores en un máximo de 30 días y algunos supermercados paguen a 90. Hay que evitar estos abusos y que no metan la mano en el bolsillo ni a los consumidores ni a los productores", destacó el presidente de Coag.

Además, ambos dirigentes de las organizaciones agraria y ganadera consideraron prioritarias en Canarias las infraestructuras hidráulicas, acabar con las fugas en las redes municipales y acelerar «un cambio cultural para ahorrar agua», por lo que valoraron la puesta en marcha de la mesa de la sequía en la que deben participar los tres niveles de la Administración (Gobierno, cabildos y ayuntamientos). 

En este sentido, el presidente de Coag afirmó que "en Las Palmas de Gran Canaria se pierden cada día 15 millones de litros, con los que se podría abastecer Telde, y sumando todas las fugas que hay en las islas, se podrían regar todas las plataneras de toda Canarias".

"Hay gente que piensa que somos profesionales subvencionados que siempre pedimos ayudas, cuando estas se han congelado desde el año 2014; no se compra ahora con 100 euros lo mismo que se compraba hace diez años", concluyó Hernández.

Por ello, insistió en que "no es malo que suba el salario, pero el problema gordo es que sube más todo lo demás, lo que afecta a los costes de producción y no es posible vender al mismo precio si los costes han subido e impera la ley del más fuerte en el mercado".

 Esta es la base, según apuntó Delgado, de la pérdida de competitividad, ya que "los salarios han subido un 50% en los últimos años" y, tal y como apuntó Hernández, "hay una distancia brutal entre lo que cobra el agricultor y paga el consumidor".

"Pegar cuatro gritos en las concentraciones está bien, porque sirve para desahogarse, pero de poco sirve si no se vincula a una estrategia de medidas para mejorar la rentabilidad en el campo", concluyó Hernández.

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