Las autoridades comunitarias son conscientes de la lacra social que supone el desempleo juvenil en Canarias. Un mal endémico que comparten todas las Regiones Ultraperiféricas (RUP) pero de mayor gravedad si cabe en el Archipiélago, que reúne a unos 2,2 millones de personas de las alrededor de cinco millones que habitan en las nueve RUP. La Comisión Europea anunció este miércoles que destinará un millón de euros para promover el emprendimiento en las RUP, una cuantía de la que las Islas se beneficiarán en mayor medida precisamente por su mayor población. Aunque se trata de una cantidad modesta ante un reto de la envergadura de reducir el paro entre los jóvenes –en concreto entre los menores de 25–, este millón de euros tan solo es el primer paso de una hoja de ruta que se ejecutará en los dos próximos años. El anuncio del Ejecutivo comunitario se produce así cuando los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que la mejora económica no es suficiente para frenar el enésimo repunte del desempleo juvenil en la Comunidad Autónoma.
La región cerró el primer trimestre de 2022 con un 57,35% de los menores de 25 años –de los menores de 25 que quieren trabajar, que buscan un empleo y que están en condiciones para desempeñarlo– en la cola del paro. Es decir, de cada cien jóvenes que integran la población activa en Canarias, 57 están desempleados. O lo que es lo mismo: prácticamente seis de cada diez. Ese 57,35% son 5,2 puntos más que en el último trimestre del año pasado, lo que pone de manifiesto que la progresiva reactivación económica no se traduce, al menos de momento, en una igualmente progresiva reducción del paro juvenil, que en lo peor de la crisis del coronavirus llegó a afectar al 62% de los canarios menores de 25. En definitiva, el Archipiélago padece una tasa de desempleo joven 27 puntos superior a la del conjunto de España –30,18– y más de 40 puntos por encima de la media en la Unión Europea (UE). Una losa que se ha convertido en una de esas «desventajas permanentes» que sufren Canarias y las RUP y a las que este miércoles se refirió la comisaria Elisa Ferreira.
La representante de la Comisión Europea para las políticas de Cohesión y Reformas explicó que las subvenciones comunitarias con cargo a esa partida de un millón de euros ayudarán a poner en marcha los proyectos de 70 jóvenes de las nueve RUP. Es una cifra modesta, cabe insistir, pero es solo la primera fase de una estrategia mayor para estas regiones «vulnerables y remotas». La idea es que las propuestas con que los jóvenes concurran a la convocatoria contribuyan en cierta medida al crecimiento económico del territorio de que se trate. Y, además, deberán orientarse hacia esos sectores o actividades que Bruselas considera primordiales para el futuro del Viejo Continente: transición ecológica, transición digital, inclusión social, igualdad...
Bruselas va a facilitar las inversiones en las Islas en ámbitos como el de la economía verde
«Los jóvenes pueden ser agentes de cambio, emprendedores e innovadores en sus comunidades locales; necesitamos la visión, el compromiso y la participación de la gente joven para construir el futuro de la Unión Europea sin dejar a nadie rezagado», expuso la comisaria Ferreira. En este sentido, la economista y política portuguesa avanzó que el Ejecutivo comunitario, ya al margen de las ayudas directas, va a facilitar las inversiones en las Regiones Ultraperiféricas en ámbitos como los de la economía verde o la digitalización. La meta es contribuir al desarrollo de las potencialidades de estos territorios, sus «activos únicos», en palabras de Ferreira, y reducir así esas «desventajas permanentes» que lastran su progreso socioeconómico.
«Una oportunidad para construir su propio futuro y para la puesta en práctica de proyectos e iniciativas que marquen la diferencia», ahondó la comisaria de Cohesión y Reformas.
En el documento en que el Ejecutivo europeo detalla su hoja de ruta para las RUP –estatus que Canarias comparte con los territorios franceses de Guadalupe, la Guayana, Martinica, Mayotte, La Reunión y San Martín y con las regiones portuguesas de Azores y Madeira–, la Comisión Europea hace hincapié en las fortalezas que ofrecen las RUP también a ojo del potencial inversor. Sobre todo en las economías verde y azul, es decir, en esas actividades que reducen de forma significativa los riesgos ambientales y en esas otras que tienen su eje en el mar o el océano.
Hay que recordar que la Comunidad Autónoma viene dando pasos hacia un cada vez mayor peso de las economías verde y azul y, en general, hacia la sostenibilidad, si bien aún tiene mucho margen de crecimiento por delante.
