El rey Felipe ha inaugurado este mediodía en las burbujas de lava de Taro de Tahíche (Lanzarote) que hace medio siglo un genio de personalidad expansiva transformó una de las casas más insólitas del mundo la exposición que relata la historia de cómo César se convirtió en Manrique.

"César Manrique. Es un placer", el hito central en el vasto programa que conmemora el centenario del artista (1919-1992), es una muestra tan difícil de etiquetar como el personaje al que rinde homenaje. Es una colección arte, bienes personales, fotografías públicas, retratos privados, diarios nunca antes mostrados, recuerdos familiares, recortes de prensa, reportajes de televisión.... que ocupan todo el espacio de la sede de la Fundación César Manrique.

"Maravillosa". Así resumía don Felipe la sensación que le ha producido recorrer las estancias del antiguo refugio de pastores que por obra y gracia de Manrique se convirtió, en la etapa final de la dictadura, en un refugio de libertad y, luego, en la referencia de las fiestas de imprescindible asistencia para grandes nombres de la cultura, la política y la vida social española y europea de la época.

En esas burbujas de lava César no solo compartió su visión del mundo, el arte y el disfrute de la vida con sus amigos, sino que, por ejemplo, sentó alrededor de una mesa al canciller Helmut Kohl y al presidente Felipe González para que allanaran el camino de la negociación que abriría la puerta de la Unión Europea a España.

El rey ha hecho todo ese recorrido por la construcción del personaje de César, desde su juventud hasta los días previos a su muerte, en accidente de tráfico casi a la puerta de casa, acompañado por los patronos de la fundación custodia el legado del artista y del activista ambiental y por Juana y Carlos, los hermanos de Manrique que conservan viva en Lanzarote la memoria de la familia.

Felipe VI se ha detenido en varios puntos del recorrido a disfrutar de cómo el genio creativo de Manrique transformó un campo yermo de lava en una piscina de un blanco y azul puros, a preguntar a sus acompañantes si él diseñó todo el proyecto arquitectónico o lo solo lo concibió, a contemplar en la habitación personal de Manrique un retrato dedicado de sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, a admirar sus pinturas, sus esculturas y sus juguetes del viento.

El rey ha ido observado a lo largo de casi una hora de paseo por Taro de Tahíche los recuerdos personales que revelan al Manrique transgresor y liberal, al artista de vanguardia que decidió que sus texturas y sus colores eran las de su isla natal, que las cenizas volcánicas y la arena podían dar un carácter único a su pintura y que había que levantar la voz para defender el planeta, empezando por lo más cercano, por el mundo que lo rodeaba, su isla de Lanzarote.

Así, ha visto como el artista que se codeaba en Nueva York con lo más cotizado de la cultura pop de la segunda mitad del siglo XX aparece en algunos retratos, megáfono en ristre, en primera línea de manifestación protestando contra la deriva desarrollista que, a su juicio, estaba tomando la conversión de Lanzarote en un destino turístico de primer nivel, algo a lo que él mismo había ayudado.

Más de 400 fotografías, tanto de la esfera pública como privada, y 17 audiovisuales, acompañan al visitante de esta exposición en su recorrido por la vida de César Manrique.

Lectura icónica del artista

Según ha informado la Fundación César Manrique, (FCM) se trata de una muestra, comisariada por el director de la institución, Fernando Gómez Aguilera, que presenta una lectura icónica del artista y ocupa una superficie total de 1.600 metros cuadrados

Los audiovisuales de creación son un encargo del comisario al cineasta Miguel G. Morales e incluyen 10 documentos testimoniales de nueva creación con entrevistas a personalidades de diversos ámbitos de la cultura reflexionando sobre César Manrique.

Entre ellos están Joaquín Araújo (naturalista), Alberto Corazón (diseñador gráfico y artista), Juan Cruz (escritor y periodista), Waldo Díaz Balart (pintor), Elvireta Escobio (escritora), Elvira González (galerista), Fernando Menis (arquitecto), Frei Otto (arquitecto), Fernando Prats (urbanista y arquitecto) y Wolfredo Wildpret (Catedrático de Biología).

Además, en la exposición se exhibirán reproducciones de sus máscaras del Carnaval, cerámicas que diseñó en los años cincuenta, cuadros pintados por el artista.

De igual modo, se ambientarán distintas estancias de su casa Taro de Tahíche; y se mostrarán numerosos objetos pertenecientes al creador de los Jameos del Agua (maniquíes, libros, prendas de vestir, esculturas africanas...), diarios personales, carteles originales de sus exposiciones tanto nacionales como internacionales, reportajes de revistas, postales de sus viajes y álbumes-collage de gran tamaño realizados por el artista.

"Un relato visual"

Por su parte, Gómez Aguilera ha dicho que la exposición ofrece "un relato visual" mediante el empleo de imágenes gráficas, audiovisuales y el resto de elementos mencionados anteriormente, "para crear un argumento y encarnar una subjetividad compleja en torno a un estilo de vida, una forma de ser de un artista, César Manrique, y un modo de relación activa con un territorio, Lanzarote".

En este sentido, el comisario del proyecto explica que Manrique, convertido en "fetiche de su isla", "vivió en permanente idilio con la cámara fotográfica" y se presentó como "un artista hipermoderno, intuitivo, cercano, diverso, con una presencia pública vigorosa, contemporáneo de su época, aunque también anticipador de nuevos sentidos, sobre todo, en relación con el paisaje y la apertura del arte hacia comportamientos novedosos".

"Manrique se reivindicaba como pintor, pero su deseo fue excedido por la realidad de un artista-personaje con tantos pliegues como inmersiones de una matrioska. Un verdadero desafío para la consolidación de la identidad en términos convencionales", ha concluido.

La muestra puede visitarse en la sede de la FCM, en Taro de Tahíche, en horario de 10.00 a 18.00 horas de lunes a domingo hasta el 26 de abril de 2020.