El planeta Tierra da vueltas y vueltas, de hecho da una vuelta sobre su mismo eje cada día y una enorme vuelta alrededor del sol cada año. Sin embargo, hay personas que la vida misma les da demasiadas vueltas y acaban sin saber muy bien dónde están. Esto es lo que le ha podido pasar a una mujer que ha resultado estafada por un falso astronauta que, según él, ha estado dando vueltas a la órbita terrestre y no ha podido regresar a la Tierra por falta de dinero. No es broma, un hombre ha estafado con este argumento a una mujer a la que le ha espalillado 30.000 euros.

Simon Leviev fue conocido como el estafador de Tinder por presuntamente haber engañado a numerosas mujeres de varios países a través de esta aplicación para encontrar pareja. Su historia fue llevada a la pequeña pantalla por medio de Netflix, pero ahora podría quedarse en una pequeña broma si se compara con el engaño que ha ejecutado otro supuesto estafador. 

Por el momento, de esta nueva joya del fraude no ha trascendido su nombre, solo que se hacía pasar por un astronauta que se encontraba en una misión en la Estación Espacial Internacional (ISS). Supuestamente, desde la órbita de la ISS -a unos 354 kilómetros sobre la Tierra- el estafador contactó por medio de Tinder con una mujer que vive en Higashiōmi, una ciudad relativamente pequeña de 120.000 habitantes, situada en el centro de Japón, y entablaron una relación hasta que el falso astronauta la convenció de que estaba enamorado de ella y que quería casarse, pero había un problema...

Ella igual sospechó al principio sobre cómo podía haber entablado conversación con un astronauta así que miró en la cuenta de instagram que éste le dio y allí había un montón de fotos de astronautas, así que debió de pensar que la relación comenzaba con muy buena estrella.

Como publica el Daily Mail, de la mujer tampoco se conocen muchos datos salvo que tiene 65 años y que se creyó todo lo que le decía su enamorado espacial por internet. Tanto que no dudó en enviarle dinero cuando le explicó que quería casarse con ella en cuanto volviera a la Tierra, pero para poder hacerlo necesitaba cierta cantidad de dinero.

El falso cosmonauta, que decía ser ruso, convenció a la mujer entre el 19 de agosto y el 5 de septiembre para que le enviara 4,4 millones de yenes, unos 30.000 euros al cambio, "para pagar los gastos de un cohete y las tasas del aterrizaje" que le devolvieran a la Tierra. Le prometió que, de esa manera, podría regresar antes de su misión y después se casaría con ella. Pero, una vez pagado el dinero, no recibió más respuesta, aunque también pudo haberle prometido la Luna e igualmente seguiría esperando a que se la trajera.