Muchos empresarios dedicados al sector de la hostelería se han quejado desde comienzos de este año que faltan cerca de 40.000 camareros en toda España. Alertaban del problema al que se veía abocado el sector antes del verano ante unas expectativas formidables de afluencia turística. Faltaba mano de obra y, además, la que más faltaba era la cualificada. De lo que no hablaban muchos de esos empresarios era del por qué había carencia de trabajadores para servir en mesas y barras de bares de toda la geografía nacional. Quizás horarios abusivos y no computados como horas extras, sueldos precarios y días festivos en los que lo normal es trabajarlos porque son esos días en los que más caja se hace en estos negocios.

Empresarios del sector hay como en botica, los hay buenos, los hay malos y los hay que directamente son unos delincuentes como parece ser el caso que denuncia una camarera a través de Twitter respondiendo a una supuesta oferta de trabajo que en realidad era una proposición para explotar laboralmente a quien hubiera aceptado las condiciones y es que este es uno de los sectores más precarios en España.

A través de la cuenta de Twitter Soy Camarero, que publica historias reales de esta profesión, la mujer le ha metido un buen repaso a quien pretendía emplear a un camarero o camarera.

La camarera que buscaba trabajo sube un tuit en el que escribe: “Pero es que no hay camareros…”, una frase llamativa que en tono irónico sirve para introducir la captura de pantalla con el intercambio de palabras entre ella y el supuesto empleador.

El hostelero que pretendía contratarla le escribe: "Te digo las condiciones por si estás interesada: jornada completa de 8 horas, un día y medio de descanso, 900 euros al mes, damos de alta media jornada”, proponía el empresario al aspirante de ese puesto. A la oferta laboral, que no cumple con los requisitos mínimos exigidos por ley, la candidata al puesto responde con un contundente mensaje al empresario: "A ver si entiendo, quiere darme de alta a media jornada (20 horas semanales) y que trabaje 8 horas diarias, 6 días y medio, un total de 44 horas", señala la camarera evidenciando la ilegalidad de la propuesta.

Después de señalar el fraude a la Seguridad Social, por cotizar por debajo de las horas efectivas de trabajo, y una jornada laboral que excede las 40 horas semanales máximas establecidas por la legislación actual, la trabajadora continúa: "Por el precio del trabajo a media jornada, que más o menos sale a 5 euros la hora" dejándole ver que ese salario es de todo menos una maravilla porque cobraría la mitad de lo que se estipula. Tras esa contestación, la mujer le espeta: "¿Vergüenza le queda o ya la ha agotado?"