Durante su reciente visita a Tenerife en un acto organizado por la Cadena Ser dirigido a abordar las consecuencias del brexit sobre el principal sector económico de la región, Hugh Elliott, nombrado en el pasado septiembre embajador del Reino Unido en España, tuvo un momento para posar su mirada en el Cabildo Insular, sobre el cual pudo ver desplegadas tres banderas banderas, al centro la española, a la derecha la canaria y a la izquierda, ¿la de Escocia?

Hizo zoom con la cámara de su móvil, capturo la imagen y mostró su sorpresa a sus seguidores en Twitter, en un tuit en español e inglés reconociendo que conocía los "estrechos lazos entre el Reino Unido y Canarias", al tiempo que reconocía su asombro porque "no sabía que Escocia formaba parte del Cabildo de Tenerife" y lanzaba la pregunta "¿Cuál es la historia detrás de esto?"

No tardaron mucho en responderle con teorías sobre la influencia de la masonería al indicar que "los políticos canarios más influyentes pertenecían a la Gran Logia Masónica de Escoia y propusieron un diseño similar a la bandera de Escocia como homenaje al Gran Maestre de la logia escocesa para la provincia marítima del archipiélago".

Otros recalcaban la diferencia en la tonalidad azul entre la bandera tinerfeña y la escocesa, más oscuro en el caso escocés y recordaban que es la cruz de Sandrés, o cruz de Borgoña, como tienen otros países, Escocia y la Union Jack, la bandera oficial del Reino Unido.

La socorrida Wikipedia resuelve el misterio y la incognita que el embajador del Reino Unido mostraba. Alejado de teorías ocultistas, lo cierto es que es el resultado de que Tenerife fuese provincia marítima en 1845 y la utilización de códigos de señales marítimas que debían utilizar como contrasñeas en el tope mayor de los buques mercantes. "La bandera de Tenerife tiene su origen en la contraseña asignada a la provincia marítima de Canarias por Real Orden de 30 de julio de 1845, que indicaba las "contraseñas que deben largar en el tope mayor los buques mercantes de las diferentes provincias marítimas españolas, al mismo tiempo que arbolan en el pico el pabellón nacional, para distinguirse unos de otros en la mar y a la vista de los puertos", indica la biblioteca online.