Las cosas claritas, claritas, claritas

Suele decirse que las verdades duelen, Y que una verdad a medias es la más grandfe de las mentiras. Hay personajes en el baloncesto tinerfeño que se creen dueños de la verdad y consideran que quienes opinen lo contrario forman parte del «enemigo». ¿Enemigo de qué o de quién?…

Desde que arrancó la campaña 09/10 muchas son las voces que hablan de unión, de fusión… de absorción. Pretenden que el CB Canarias y el Tenerife CB SAD se pongan de acuerdo para que esta Isla cuente, a partir del próximo curso cestista, con un sólo representativo en la Adecco-Oro. ¡Qué fácil es hablar!

¿Y quién debe «desaparecer»? El CB Canarias, por el grave delito de haber resurgido de sus cenizas, tras ser «incendiado» por el proyecto que nació en 1996? ¿O debe ser el Tenerife CB SAD, creado por el Cabildo tras el acuerdo firmado por la totalidad de clubes tinerfeños de categoría nacional?

Entiendo que se hace necesario respetar los sentimientos aurinegros con la misma fuerza que deben ser tenidos en cuenta los blanquiazules. El seguidor del CB Canarias, ese que presume de un pasado marcado por el éxito, tiene que ser escuchado con el mismo respeto que el aficionado que arropó al Tenerife CB SAD desde su creación o esas nuevas generaciones que sólo han vivido el quehacer del equipo del Santiago Martín. ¿Imposiciones?, no gracias.

El Cabildo, en su condicón de principal patrocinador de uno y otro clubes, lanza el mensaje que la situación económica  le obliga a decir: «La crisis no puede permitir que en la 09/10 existan dos equipos en la élite de nuestro baloncesto». Y tiene toda la razón del mundo el político de turno que hace esa consideración. Y es que no hay dinero pa´tanta gente, aunque sólo sean dos en la Adecco-Oro.

Arteaga, consejero de Deportes ,ha mantenido reuniones con los dirigentes de ambas entidades y afirma, no públicamente, que ve la luz al final del túnel. Una apreciación que tranquiliza y que permite ser optimistas al desenlace final. Un servidor ha tenido acceso a ese deseo y, la verdad, me parece el más correcto. Eso sí, hará que unos rían o otros lloren.