«El vídeo no mata la polémica», por Faustino Sáez en EL PAÍS

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«La falta antideportiva sobre Singleton no fue revisada porque los árbitros no pitaron nada y la acción posterior de Randolph era un rebote legal»

FAUSTINO SAÉZ (PERIÓDICO EL PAÍS)

La presente temporada de la Liga Endesa arrancó con una nueva normativa del Instant Replay, el VAR del baloncesto, que ampliaba las situaciones revisables y modificaba el protocolo de actuación en todos los partidos de la competición liguera, así como en la Supercopa y en la Copa del Rey. Entre las nuevas situaciones destacaba la posibilidad de chequear en cualquier momento del partido si un contacto sancionado es falta normal o antideportiva, identificar los participantes en un enfrentamiento entre jugadores o verificar si un tapón sancionado como ilegal lo es. La falta clamorosa de Randolph a Singleton a 11s del final no se revisa porque los árbitros no la sancionan. Si lo hubieran hecho no solo habría sido falta sino que habría ascendido a la categoría de antideportiva. Si eso hubiera sucedido, la diferencia a favor del Barça habría sido insalvable con el margen de tiempo restante. Al no pitarse, el desenlace quedó pendiente del tapón de Randolph a Tomic en la penúltima jugada del partido.

Según relata la norma, “los árbitros podrán hacer uso del Instant Replay cuando, en caso de sancionar una acción de tapón ilegal, alberguen dudas sobre su existencia”. En las repeticiones que les ofrecieron desde el control de realización de la mesa de anotadores no apreciaron que el balón tocaba el aro antes de que el madridista lo estrellara contra el tablero. Doble polémica y doble error.

Los colegiados pueden recurrir a la repetición en cualquier momento del partido en caso de dudar si el tiro es de dos o tres puntos; identificar el autor de una falta, para determinar si un contacto sancionado es falta normal o antideportiva; para comprobar si una canasta está dentro de tiempo. La norma se reduce a los últimos dos minutos del partido, para ver quién fue el último jugador en mandar la pelota fuera y para verificar el campo atrás.

“Para mí es rebote de Randolph, lo reconozco y lo digo en voz alta sin problema, pero antes hay una falta a Chris [Singleton] que es clamorosa, antideportiva, dos tiros y balón para nosotros”, resumió el azulgrana Oriola tras el partido. “Te quedas con el mal sabor de boca después del final polémico que al final de lo único que se habla es de eso y no de una final que ha sido brutal”, añadió.

Los árbitros se equivocaron en las dos acciones decisivas de la final. Dos errores que bajo el análisis azulgrana hacían justicia entre sí y desde la óptica madridista multiplicaban la injusticia de hace un año. En el Gran Canaria Arena, los blancos se quedaron a un palmeo de la remontada tras ir perdiendo por 18 puntos. En la última acción, Taylor recibió la falta de Claver en su intento de rescatar el triple fallado por Causeur pero, en el análisis posterior a la final, el vestuario madridista no enfatizó la polémica.

Esta vez, dos decisiones erráticas del colegiado Juan Carlos García Gonzalez, que formaba terna con Miguel Ángel Pérez Pérez y Benjamín Jiménez Trujillo, redoblaron la controversia, y la reacción madridista fue furibunda. “Vaya puto robo, que lo vea todo el mundo. Son dos años seguidos. Es descarado. Es tapón clarísimo, me cago en la puta”, clamaba Felipe Reyes, pillado por las cámaras en el túnel de vestuarios. “Es una vergüenza”, se sumaba Rudy, antes de la comparecencia de Juan Carlos Sánchez, director del baloncesto madridista.