«De notable alto», por José Carlos Rivero

bilbao1.

SECCIÓN: BASExALTURA

TITULAR: «De notable alto»

AUTOR: José Carlos Rivero (entrenador superior de baloncesto y comentarista de EL DÍA y BASKETMANÍA)

Rivero23

«Estamos ya inmersos en las eliminatorias por el título de la Liga Endesa y es momento de resumir y analizar la temporada de nuestro representativo, en esta vibrante competición.

Se comenzaba una nueva andadura con demasiados meses de espera. Un equipo con más cromos nuevos que nunca y con los objetivos de siempre: no tontear con los bajos de la clasificación, apuntalar la permanencia lo antes posible, navegar por zonas intermedias que permitieran mirar siempre hacia arriba y hacer buen baloncesto. Objetivos nunca fáciles, dado el nivelazo y exigencia de esta actual Liga Endesa.

Mal comienzo. Derrotas y desconcertantes sensaciones. Se decía que se había fichado mal que estaba mal hecho el equipo… Nunca estuve de acuerdo con eso y así lo manifesté en diversos medios. Era cuestión de tiempo y el tiempo me dio la razón, estábamos de pretemporada en plena temporada, había necesidad de ajustar detalles, roles, estados de forma, ensamblar piezas. Hacía falta un director de orquesta en pista que hiciera fluir todas esas necesidades, en ese momento. Davin White era nuevo y es un base más anotador que director y Rodrigo San Miguel no estaba todavía a su nivel, por dolencias físicas. Este factor del base fue para mi el más influyente en ese mal comienzo, con derrotas en casa de difícil digestión. Ambos jugadores han tenido posteriormente un papel fundamental en la marcha positiva del equipo. Era necesario también que el “big three” liderara el equipo y así ha sido.

Javier Beirán ha completado su mejor temporada en la ACB, Nico Richotti ha cumplido con creces su papel de referente anotador y Blagota Sekulic, aunque irregular, ha sido fundamental en casi todas las victorias.

Se han vivido muchos momentos, estados y modos, pequeñas crisis y subidones. Las cinco derrotas iniciales, el paso al costado de Alejandro, el “Popovich de las islas”, como lo definió Daimiel .

La huida repentina y prematura de Xavi Rey, el punto de inflexión en Málaga con Marco Justo, la victoria en el derbi canario. Partidos que se ganaban fuera pero partidos que se perdían en casa. Victorias contra rivales “difíciles” pero derrotas contra rivales “fáciles”. La paranoia transitoria de los tiros libres. La victoria histórica contra el Real Madrid y el partidazo donde se derrotó a Baskonia. El vértigo de verse arriba, las dudas. La mejor versión en el tramo final.

Y el mérito de esta buena temporada tiene para mi, sin duda, dos protagonistas principales: El Club y Txus Vidorreta.

El Club, porque ha estado rápido, con reflejos y acertado con cada una de las mini crisis que iban surgiendo. Altas, bajas, sustituciones, decisiones eficaces, demostrando conocimiento del mercado y profesionalidad en la gestión. Todo en armonía.

Txus Vidorreta, porque fue capaz de enderezar el rumbo, porque hizo sentir a cada uno de los componentes de la plantilla parte del equipo, tenerlos a todos motivados. Porque armó al equipo con un arsenal táctico ofensivo con sus variantes correspondientes, siendo así menos previsibles en el mundo del “scouting”. Porque manejó trampas defensivas muy vanguardistas con objetivo de dificultar al rival la lectura del juego y la toma de decisiones, fomentando a la vez la concentración permanente de sus jugadores. Porque dio clases magistrales de dirección de equipo y partido.

Por tanto, para mi, poniendo en la balanza todos los factores y circunstancias, la temporada 2015/2016 del Iberostar Tenerife ha sido de notable alto.