CB Valladolid: ¡¡11 meses sin cobrar!!

ARTÍCULO DE OPINIÓN FIRMADO POR El CAPITAENCIAM EN EL BLOG «EL CONTRATAQUE».-

El terremoto continúa en el Pisuerga. Mike Hansen cumplió, como explicamos en estas líneas, con su intención de presentar la dimisión como presidente del CB Valladolid. No se trata de una huida sino de un acto de responsabilidad. A Mike Hansen le enredaron para sumarse al proyecto. No se trataba de rehabilitar a un paciente sino de evitar la extremaunción de un paciente crónico en coma profundo. Que la semana próxima probablemente tenga bloqueados los transfers por parte de la FIBA tras la reclamación de Othello Hunter. Sólo podran fichar jugadores de ACB y de la LEB. Una de las explicaciones que resumen la situación del Valladolid la ha ofrecido hace unos minutos Mike Hansen en rueda de prensa, “el CB Valladolid ha querido ser algo que no es”. El club siempre viviendo por encima de sus posibilidades, sin ningún acto de responsabilidad por parte de los dirigentes. Con un Ayuntamiento como máximo accionista del club evitando tomar decisiones drásticas. Todo pasaba por una refundación del club, una marcha atrás para coger nuevas energías. Un concurso de acreedores que merece cumplirse de forma estricta y unas obligaciones tanto deportivas como contractuales que no se han cumplido en los últimos meses. Y Mike Hansen no estaba dispuesto a asumir situaciones no expuestas antes de su llegada a la presidencia.

No se trata sólo de cumplir las obligaciones contractuales con los jugadores y entrenadores. El problema del CB Valladolid es más grave. No hay recursos ni para asumir las deudas contraídas con sus propios empleados administrativos. Una recepcionista, un jefe de prensa, un responsable de marketing, dos médicos, un delegado, un preparador físico y un contable;  8 empleados que llevan once meses sin cobrar, sueldos más propios del mileurismo a los que se debe añadir Eduardo Pascual director deportivo al que ni se le pagó lo adeudado ni se le renovó su contrato. Se trata del verdadero drama, del abuso del patrono respecto a un proletariado que no puede abandonar su puesto de trabajo porque se le podría abrir expediente disciplinario. Empleados a los que el club como mejor propuesta sólo tiene la de despedirlos a todos, que se acojan al subsido de desempleo y que cobren las cantidades adeudadas del FOGASA. Triste realidad y el verdadero drama ocultado, por el que nadie ha exigido responsabilidades y donde la ACB no ha sido valiente para afrontar el problema.

Jugadores y entrenadores cuyos derechos están recogidos en un convenio del cual la ACB y la ABP se convierten en los vigilantes de los clubes. No así con los empleados anónimos, los que sustentan el día a día de los clubes que compiten en la ACB. Se trata de la situación real del CB Valladolid. No es cuestión de sacar un presupuesto para fichar a jugadores, competir y ganar el mayor número de partidos. La insistencia de vivir su propia mentira, lo que Hansen ha definido como el querer ser lo que no es. La ACB debe dar explicaciones sobre su posicionamiento en este aspecto y exigir responsabilidades para que estos ocho empleados puedan poder cobrar las cantidades adeudadas.

Silencio en una Calle Iradier a la que el conflicto del CB Valladolid la ha sorprendido estando de vacaciones. Una situación nada novedosa sino explicada cronológicamente desde estas líneas. La auditoría que fiscalizó las cuentas del club dio luz verde para participar en la ACB. La Calle Iradier decidió mirar hacia otro lado. Se trataba de negociar con el club la venta de la plaza a otro club que presentara un proyecto saludable, con energía  y que ayudara al Valladolid a refundarse y volver a la élite lo más pronto posible. La Calle Iradier optó por lo más sencillo y a la vez lo más complicado, optando por sus soluciones extremas. El pasado verano optó por la cacicada, sin decir nada a nadie e intentando liquidar tanto al Lucentum de Alicante como al CB Valladolid. La estrategia de la ACB sólo fundamentada en una liga de 16 por lo civil o por lo criminal. Este verano optó por el otro extremo, el laissez faire, marcharse de vacaciones y desentenderse del asunto hasta Septiembre. Cada vez más cerca de otra liga de 17, como un disparo en el pie en la propia ACB y con un patrocinador como Endesa que suma su tercera temporada en el baloncesto observando una cronología de la infamia nunca vista en el baloncesto español.

La ACB tiene dos responsabilidades con el CB Valladolid, la principal es la de tutelar la labor de uno de los miembros de la asociación,  la segunda es la más paradójica, la ACB como acreedor del CB Valladolid. Hace dos años asumió la deuda contraída del club con la agencia U1st que denunció al Valladolid a la FIBA y le bloqueó los transfers de los jugadores fichados ese verano. ACB asumió la deuda del club recogida en el concurso de acreedores, una cifra de 180.000 euros a cobrar en 8 años. La liquidación del club provocaría que la ACB cobre la totalidad de esa deuda asumida con la agencia U1st. Ahora bien, la liquidación del club abre un panorama muy rentable para la propia Calle Iradier.

La liquidación del CB Valladolid supondría para la ACB el no tener que abonar el canon y descensos al club. Tal como ocurrió con el caso Akasvayu. La plaza del CB Girona se destinó al Obradoiro al que se le dio la razón por el Tribunal Supremo y se le ratificó su ascenso a la ACB por el caso Esteban Pérez. Con los costes de aquel entonces. Con el CB Valladolid ocurrirá lo mismo. ACB se apropiará de la plaza ACB del club, así como su participación en ACEB SA que gestiona los derechos económicos de la liga, como su participación en ACEB  Invest SL empresa que gestiona los gimnasios construidos por la ACB en Zaragoza y Málaga, valorados aproximadamente en 160.000 euros. El ahorro por no abonar el canon de descensos al CB Valladolid y su participación en los gimnasios ascendería a 1,66 millones de euros.

Quedaría pendiente la resolución de la ACB con la plaza del CB Valladolid. Podrá venderla a otro club cuyo importe total supondrá un beneficio neto para la ACB. La otra opción a valorar sería la de amortizar la plaza, léase la liquidación de la misma a la espera que otro club en el futuro se encuentre en la misma situación que el CB Valladolid y también deba liquidarse. En esa situación de extrema vulnerabilidad se encuentran clubes como el Estudiantes o la misma Penya los otros dos clubes que salieron del concurso de acreedores. Por el momento los cuatro clubes que optaron por esta vía han desaparecido como el Menorca o reducido a cenizas como el Lucentum Alicante. Primero el Menorca, luego el Lucentum y ahora mismo el CB Valladolid quedando herido de muerte a falta de un mes para que comience la ACB. Mientras tanto en Calle Iradier disfrutando de sus inmerecidas vacaciones sin posicionarse ni como Asociación, ni como acreedora.

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