La «marea azul», siempre con el San Pablo Burgos

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Jornada diaria de entrenamiento, con tres sesiones. En una de ellas, los jugadores y técnicos miran a una parte de la grada del recinto de entrenamiento, no en el Coliseum, y observan cómo casi medio centenar de aficionados, luciendo las camisetas azules del equipo, siguen el entrenamiento. Cuando el mismo concluye, los aficionados presentes comienzan a entonar cánticos y los profesionales no dudan en acercarse a la grada, subir unos peldaños y saludarlos.

Fue un detalle que habla de la fidelidad de una masa social, de una ciudad entera, Burgos, para su principal equipo en la élite del deporte nacional. Acudieron para decirles, sin palabras, que no les preocupa las últimas derrotas encajadas ni la situación clasificatoria. Ellos siempre estarán ahí, siendo más de 8.000 los abonados que llenan las gradas del Coliseum para tratar de guiar al triunfo a sus jugadores.

Esta «Marea azul», que no duda en desplazarse en masa a los partidos lejos de casa (lo de no tener que coger un avión les facilita las cosas), estará el domingo en el partido con el Iberostar Tenerife y, como indicó ayer Sebas Sáiz, convertirán el recinto en un verdadero infierno con sus cánticos y presión al visitante.

Por eso será necesario ofrecer la mejor versión del CB Canarias, es decir, defender con el cuchillo entre los dientes, asegurar el rebote, correr y, en ataque, ofrecer iguales porcentajes a los que tuvieron frente al Valencia Basket. Porque repetir los números y las pérdidas vistas ante el PAOK Salónica será sinónimo de derrota.