Tensión y sobre todo mucho nerviosismo fue lo que se vivió ayer en el aeropuerto Tenerife Norte, después de que la compañía Spanair decidiera suspender un vuelo con destino a Barcelona tras detectarse un fallo en el funcionamiento del motor.

El hecho de que precisamente ayer se cumplieran dos años del accidente de una aeronave de la misma compañía en el aeropuerto madrileño de Barajas y que se saldó con 154 muertos, hizo que los ánimos se caldearan y que muchos de los ocupantes manifestaran su negativa a embarcar en ese avión si finalmente era reparado. Sin embargo, la magnitud de los daños en el motor obligó a inmovilizar el aparato.

"Tras aterrizar procedente de Copenhague y Barcelona, la revisión previa al despegue rumbo de nuevo a Barcelona alertó de que una pieza del motor no funcionaba correctamente. Ante la imposibilidad de contar con una pieza similar en Tenerife, y dado que tendría que ser transportada desde la Península, Spanair decidió recolocar a los pasajeros en otro vuelo que se convenió con AirEuropa y que saldría esa misma noche", explicaron ayer fuentes del gabinete de comunicación de la empresa.

Finalmente de los 222 pasajeros que tenían su billete para volar en el Airbus 321 de Spanair a las dos y diez de la tarde, 186 se acogieron hasta opción. El resto prefirió retrasar su salida hasta hoy o directamente reclamó la devolución del importe del pasaje y se quedó en el Archipiélago.

Y es que el trágico aniversario del accidente de Barajas hizo que más de un pasajero reconsiderada trasladarse en ese avión, máxime cuando este mismo jueves un vuelo que acababa de salir Gran Canaria tuvo que regresar de inmediato a Gando tras dejar de funcionar uno de los motores.

Según relató a este periódico uno de los viajeros, en un primer momento informaron del retraso, pero no fue hasta tiempo después cuando les detallaron las causas.

"Llevamos dos horas de retraso, y nos han dicho que es debido a una avería en un motor, pero que los técnicos lo están intentado solucionar en la propia pista para poder realizar el vuelo", detalló.

En ese momento los nervios afloraron en algunos pasajeros, quienes recordaron con pesar lo sucedido hace dos años en Barajas y se negaron a volar en ese aparato pese a las posibles seguridades que les pudieran dar.

"En un avión que tiene un motor averiado y tal día como hoy... ¡Y encima un Spanair! Nosotros no viajamos en ese aparato", aseguraron algunos pasajeros, quienes permanecieron en la terminal del aeropuerto a la espera de nueva información de la compañía. Cabe señalar que pese a la preocupación, los pasajeros mantuvieron la tranquilidad en todo momento, pero firmes en su negativa a viajar en ese avión.

No obstante, desde Spanair insisten en aclarar que los pasajeros del vuelo JK 5235 "en ningún caso llegaron a subir al avión y que éste ni siquiera llegó a poner en marcha sus motores, ya que desde el primer momento se comprobó que la avería no se podría reparar ese mismo día".