Asturias ha notado una brusca bajada de las temperaturas. Si hace tan solo unos días disfrutaban de un caluroso verano, en cuestión de unas horas el cielo se cerró y comenzó una repentina lluvia que pocos minutos se convirtió en una tormenta de granizo. Fueron tan solo algunos minutos en los que estuvo cayendo hielo, pero bastó para provocar riadas en algunas calles de la localidad de Grado. El repentino cambio de temperatura sorprendió a muchos de los vecinos de esta localidad asturiana que tuvieron que buscar cobijo hasta que pasase la tormenta.