Vigas de hierro, conducciones de cobre, ventanales, bloques de hormigón... Todo era objetivo de los ladrones en esta fábrica de Girona. No ha quedado nada. Dedicada a la producción industrial de aluminio, fue cerrada hace ya dos años debido a las dificultades económicas ocasionadas por la crisis. Desde entonces, y pese a la seguridad privada instalada, los robos han sido una constante. El procedimiento era sencillo. Para evitar las medidas de seguridad nocturnas, simplemente lo hacían a plena luz del día. Haciendo uso de camiones transportaban grandes cantidades de material en cada uno de los golpes. Golpe a golpe, se estima que se hicieron con un total de material que asciende a 250.000 euros. Los todavía propietarios reclaman mayores esfuerzos en seguridad y vigilancia, tanto a nivel privado como público.