Según la descripción de varios testigos se trata de un hombre de unos 40 años, alto y con el pelo canoso. Llevaba varios días acudiendo al comercio que los padres de la pequeña, de seis años, regentan en el madrileño barrio de Ascao, en Ciudad Lineal. Al parecer el pederasta se había ganado su confianza jugando con ella a las puertas del comercio.